La Universidad Nacional (UNA) destituyó a quien fuera su vicerrector de extensión, Hernán Alvarado Ugarte, tras denuncias por incumplimiento laborales.
El académico fue acusado de haber realizado consultorías mientras gozaba de tiempo completo en docencia y de haber violado la dedicación exclusiva que gozaba.
La decisión de cesar a Alvarado la tomó el rector de esta casa de enseñanza, Alberto Salom, quien es el encargado de nombrar y remover a los vicerrectores, y la medida tiene validez a partir del 1 de enero del 2017.
Salom explicó que el año pasado la Universidad recibió una denuncia anónima que acusaba al entonces vicerrector de 30 diferentes faltas relacionadas con su jornada laboral y el cumplimiento de sus funciones académicas.
A partir de la denuncia, la Rectoría revisó cada caso y concluyó que solamente en cinco de ellos identificaron “indicios de posibles faltas del vicerrector”.
El rector envió los documentos pertinentes al órgano instructor, encargado de revisar estos casos dentro de la UNA, y al mismo tiempo solicitó explicaciones a Alvarado.
“Él no me presentó ningún documento, ni a mí ni al órgano instructor, que fuera suficientemente concluyente para demostrar a cabalidad que él no había cometido los ilícitos de los que se le acusaba”, explicó Salom.
El órgano instructor ordenó conciliar la denuncia ante la Junta de Relaciones Laborales, pero la convención colectiva no permite a los vicerrectores acudir a este órgano, apuntó Salom.
Luego de que el vicerrector no aceptara renunciar a su cargo, Salom tomó la decisión de separarlo.
“No lo separé a él por incumplimiento en su cargo de vicerrector, porque lo hizo bien, fue por las acusaciones, sí”, señaló el rector.
A pesar de que Salom dijo que esta denuncia anónima es la única presentada ante alguna instancia de la UNA, los abogados Juan José Navarro y Federico Piedra dicen haber planteado una denuncia formal ante la Contraloría Universitaria el pasado noviembre.
Incluso, el 17 de noviembre la Contraloría Universitaria de la UNA les remitió un oficio a los abogados explicando que pasaría el expediente a la Rectoría, explicó Navarro.
Él y su colega representan a un grupo de académicos, estudiantes y administrativos inconformes con los supuestos incumplimientos laborales del vicerrector.
Los denunciantes reclamaron que el entonces vicerrector “ha realizado diversas y cuantiosas consultorías en el ámbito nacional e internacional, teniendo que viajar localmente y fuera del país, en el marco de las jornadas laborales pagadas”, según un comunicado de prensa.
En total, su denuncia achaca 1.730 días hábiles como el total de jornadas de abandono de trabajo de Alvarado.
Dado que solo fue apartado de su cargo de vicerrector, Alvarado se mantiene todavía como funcionario de la Universidad y solo sería cesado si un proceso interno confirma las acusaciones en su contra.
“La separación de él como vicerrector es una medida discrecional del rector. La parte académica, como funcionario público, tiene que verse como parte de un procedimiento administrativo ordinario”, apuntó Navarro.
Alvarado es sociólogo, economista y director de fútbol, con una maestría en teoría psicoanalítica. Labora en la UNA desde hace más de 35 años.
El puesto que dejó vacante lo ocupará ahora Yadira Cerdas, quien hasta este año se desempeñaba en el área de Diseño e Innovación Curricular de la Vicerrectoría de Docencia de la UNA.
