Universitarias

Venden en Internet marchamos estudiantiles de UCR para parqueo

La alta demanda de parqueos en la UCR ha creado un mercado informal en el que los precios rondan entre ₡50.000 a ₡100.000

“Compré el marchamo a 90.000 colones. Hice cuentas y salía más barato pagar ese monto, que alquilar parqueo privado para todos los días”, explicó a UNIVERSIDAD Emilio Valverde, estudiante de la UCR.

Una vez por semestre, la Universidad de Costa Rica (UCR) realiza un concurso para rifar al azar 600 marchamos (tarjetas electrónicas) que abren las agujas de seguridad de los parqueos dentro del campus.

Si el estudiante gana la rifa, la Universidad le cobra ₡20.000 si no tiene la tarjeta de acceso y ₡15.000 si ya la tenía previamente. Si no se gana la rifa y el estudiante tiene una tarjeta, esta es desconectada.

Para reclamar el servicio, basta con ser estudiante activo y tener licencia de conducir. Sin embargo, no todas las personas que ganan el concurso necesitan el marchamo.

Es por eso que algunos estudiantes sacan provecho de la situación y revenden los marchamos a quienes sí lo necesitan pero que no ganan la rifa.

Según Carlos Araya, Vicerrector de Administración, los precios de la reventa oscilan de 50.000 a 100.000 colones.

“El otro estudiante me hizo el depósito de 60.000 colones, yo conseguí la tarjeta y la fui a recoger, y se la di a él”, aseguró un estudiante de Ingeniería Eléctrica, quien revendió su marchamo tras haber salido favorecido en el concurso.

La logística del trámite depende de cada comprador. Unos prefieren transacción bancaria, otros en efectivo, pero se sabe que los precios cambian de acuerdo con la cantidad de días en que el marchamo está habilitado o la capacidad de los compradores de ofrecer más o menos dinero.

“Mucha gente solo se mete a participar para ver si se lo pega y lo vende. De todos mis amigos que se lo pegaron, ninguno necesita el marchamo. Aquí el problema es que todo el mundo puede concursar”, dijo un estudiante de Ingeniería Industrial que vendió su marchamo en ₡70.000.

Araya aseguró que de ser identificados los estudiantes que revenden, se les instruirá en un proceso administrativo con el fin de aplicar las sanciones respectivas, sin embargo el vicerrector no especificó cuáles.

El año pasado, la Ciudad de la Investigación (Finca 2) contaba con un parqueo (ubicado al frente de la Facultad de Ciencias Sociales) de acceso libre para cualquier persona, ya sea interna o externa del centro universitario.

Sin embargo, en abril de este año, se tomó la decisión de colocar agujas en ese parqueo impidiendo que los estudiantes sin marchamo pudieran hacer uso de este.

De acuerdo con Jeffrey Dimarco, Director de la Oficina de Servicios Generales (OSG), esta medida se tomó debido a que personal de Seguridad de la UCR había alertado que personas ajenas a la UCR se estaban aprovechando del parqueo gratuito.

La decisión generó críticas y molestias entre los estudiantes que no poseían marchamo, ya que la medida les limitaba sus opciones de parqueo.

Seguidamente, la UCR inauguró este año, en julio, su segundo edificio de parqueo en la Ciudad de la Investigación, que cuenta con 700 espacios para vehículos, 64 bicicletas y 40 motocicletas.

Ahora, la queja de los estudiantes se debe a que se tiene más capacidad para vehículos pero no se rifan una mayor cantidad de marchamos, lo que provoca que el nuevo edificio de parqueos no se aproveche al máximo.

Ante estas disconformidades, el Vicerrector añadió que el nuevo edificio de parqueo se construyó con el fin de hacerle frente a una mayor demanda por espacios de estacionamiento que se prevé en Finca 2 a partir del próximo año, producto de la entrada en funcionamiento de los nuevos edificios de la Facultad de Ingeniería, aulas y laboratorios, plaza de la autonomía, entre otros.

“La posibilidad de ampliar la cantidad de marchamos estaría supeditada a una valoración del comportamiento de uso el próximo año”, sostuvo Araya.

Marchamos al azar

Para concursar por el marchamo, el estudiante debe estar atento a las fechas de inscripción. A la hora de inscribirse, se debe poner el número de carné y la contraseña del sistema.

“Los estudiantes interesados se inscriben en una plataforma durante un período previamente informado. Posteriormente, se realiza un sorteo automático en el que se seleccionan los estudiantes que tienen derecho a un marchamo. Las personas seleccionadas pagan el valor correspondiente y se les entrega el marchamo respectivo”, comenta el Vicerrector.

De acuerdo con Araya, este mecanismo de rifa de las tarjetas se estableció aproximadamente desde hace dos años y medio.

El funcionario recomienda a la población estudiantil que no logró obtener marchamo, que utilicen medios de transporte colectivos como el tren o buses.

“La institución no aspira a promover el uso del vehículo particular para los estudiantes, por el contrario, se han realizado esfuerzos por mejorar los servicios de autobús interno y las líneas que prestan servicio directo a la Universidad, de forma tal que los estudiantes utilicen esos medios”, agregó Araya.

Es común ver publicaciones de este tipo en los grupos de Facebook de los estudiantes de la UCR

Estudiantes indignados

Alex Solís es un estudiante de la Facultad de Ingeniería, quien este semestre no consiguió el marchamo, sin embargo, rechaza cualquier opción de comprárselo a otro estudiante porque “se aprovechan de la condición de los que no lo ganaron”.

“Debido a la oferta-demanda, a los compradores no les importa ponerles precio alto porque saben que la gente lo va a comprar y no está bien porque es un servicio que brinda la U”, expresó el estudiante.

Al igual que Solís, existen muchos otros casos de estudiantes que expresan su descontento y su rechazo a esta práctica.

“El sistema de marchamos actual se presta para este tipo de prácticas lucrativas, por lo cual, muchas personas, incluyéndome, perdemos la oportunidad del permiso para estacionar el carro”, dijo el estudiante Isaac Hong Lo.

Por último, Araya comentó que existe la posibilidad de que los estudiantes puedan utilizar los dos parqueos de Finca 2 si enseñan el carné estudiantil o el informe de matrícula, pero que para implementar esta medida se requiere la instalación de un sistema de tiquetes que se “está valorando”.

“No se puede dejar a la libre, ya que la experiencia nos indica que personas externas a la comunidad universitaria se las ingenian para ingresar y dejar sus vehículos por largos periodos del día, sin que le ampare derecho a hacerlo”, concluyó el administrativo.

 

 

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