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UCR y la Caja estudian posibilidad de producir tratamiento para pacientes críticos de COVID-19

Proceso sin embargo es complejo y producción dependería de donaciones de quienes hayan superado la enfermedad y cuyo plasma sanguíneo supere controles de calidad.

La posibilidad de que la UCR ponga a disposición del país al personal y recursos científicos del Instituto Clodomiro Picado (ICP) para desarrollar tratamientos que ayuden a quienes caigan en las etapas más críticas de la enfermedad está más cerca, luego de que el rector Henning Jensen así lo planteara en un oficio enviado a Román Macaya, presidente ejecutivo de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).

Recién este domingo, Jensen dirigió la misiva en la que tras agradecer el manejo que esa institución y el Ministerio de Salud han hecho de la epidemia en el país, el rector manifestó que “en apoyo a ese esfuerzo nacional”, la UCR pone a disposición los recursos del Laboratorio Clínico y el Banco de Sangre (LCBSUCR) -ubicados en el Hospital del Trauma- y del ICP para cooperar con “la extracción y control de calidad del plasma de pacientes convalecientes y en la preparación de formulaciones de inmunoglobulinas inyectables, para ser usadas en el tratamiento de los pacientes con cuadros agudos de infección”, causada por el coronavirus SARS-CoV-2.

Según explicó Alberto Alape, director del ICP, esas “inmunoglobulinas” son un tipo de proteínas consideradas anticuerpos, es decir, son producidas por el sistema inmunológico del cuerpo. “Esas proteínas circulan en la sangre y cuando se encuentran con un agente extraño, infeccioso por ejemplo, esos anticuerpos por decirlo así lo etiquetan para que sea destruido por el sistema inmunológico”.

La separación de esas o cualquier otro tipo de proteínas de la sangre se denomina fraccionamiento de plasma. El plasma sanguíneo es el líquido en el que están suspendidas las células de la sangre, glóbulos rojos y blancos, contiene una cantidad enorme de proteínas y las más abundantes son precisamente las inmunoglobulinas.

En el país no existe ninguna empresa que lleve a cabo el fraccionamiento de plasma humano, por lo que la CCSS importa las proteínas necesarias para diversas terapias.

El ICP tiene una vasta experiencia de 50 años en la producción de sueros antiofídicos, que son “preparaciones de anticuerpos purificados del plasma de caballos que han sido inmunizados con los venenos de serpientes”, detalló Alape y añadió que se probó el uso de esa metodología en la purificación o separación de anticuerpos humanos con buenos resultados.

Así, ese Instituto desarrolló dos técnicas para el fraccionamiento del plasma equino que son aplicables al fraccionamiento del plasma humano, incluso una de esas técnicas está patentada por la UCR en más de 32 países y se otorgó la licencia para que un consorcio colombiano-español la utilice.

“Hace 12 años empezamos a hacer pruebas para fraccionar plasma humano y vimos que los productos que se obtiene con las técnicas desarrolladas en el ICP cumplen con las especificaciones requeridas para uso terapéutico”, aseveró.

Cautela

La posibilidad de producir el medicamento a partir de los anticuerpos de personas que hayan superado la enfermedad cobró notoriedad luego de que se le mencionara en una conferencia de prensa a Macaya.

Con cautela, Alape explicó que la posibilidad de que el ICP asuma la purificación de anticuerpos humanos de pacientes convalecientes y genere un medicamento propio para tratar personas con infecciones agudas en cuidados intensivos, es “técnicamente factible, nosotros tenemos el equipo y el personal que sabe hacerlo”.

Al mismo tiempo, llamó la atención a que es necesario el control de calidad del plasma que eventualmente se reciba, por parte del LCBSUCR. “Hay unas pruebas que ellos tienen implementadas y que son necesarias para hacer ese procesamiento del plasma humano”.

El funcionario subrayó que, si bien ya se está en “conversaciones preliminares” con funcionarios de la CCSS, del LCBSUCR y del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), la misiva de Jensen aún no ha sido formalmente respondida.

Además, informó que se requerirán permisos del Ministerio de Salud, ya que no se trata de un procedimiento que el ICP haga normalmente y por ello esa institución “tiene que dar visto bueno al plan que se trate de implementar”.

“Hay mucha tela que cortar” aseveró, respecto a la posibilidad de que se llegue a concretar el proyecto, pues además de toda la coordinación y requisitos necesarios, también se dependerá eventualmente de que personas que hayan superado la enfermedad accedan a donar su plasma, el cual a su vez debe superar los controles de calidad.

“Vamos a necesitar tal vez cien donadores que superen pruebas de calidad, para tener un lote lo suficientemente grande para atender un número importante de pacientes, es un asunto que va a requerir tiempo para ser significativo desde el punto de vista cuantitativo”, aseveró.

 

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