La Universidad de Costa Rica, sin saberlo, hace 15 años había empezado a allanar el camino para enfrentar la pandemia y lograr la migración masiva hacia la virtualidad en tiempo récord. En el año 2006 nacía la Unidad de Apoyo a la Docencia Mediada con Tecnologías de la Información y la Comunicación (Metics) de la Vicerrectoría de Docencia para dar acompañamiento a la comunidad docente interesada en el uso e incorporación de tecnologías en sus clases.
El conocimiento acumulado de su personal y el respaldo del Centro de Informática en el 2020 permitieron el salto tecnológico de la institución. En el 2012 la UCR tenía apenas 313 entornos virtuales activos en Mediación Virtual, la plataforma oficial para los cursos, y la Unidad Metics había capacitado ese mismo año a 87 personas. Sin embargo, la crisis sanitaria por el COVID-19 marcó un antes y un después. Actualmente “Mediación virtual” alberga 25.738 entornos de aprendizaje construidos durante su historia, y solo entre el 2020 y el 2021 se capacitaron a 5.750 docentes.
“El reto a corto y mediano plazo es la implementación de un modelo híbrido de educación, porque si bien es cierto la Universidad ya logró virtualizar, esa virtualización de alguna manera, fue técnica. Hay que dotarla de un rostro pedagógico”, José Antonio Blanco Villalobos.
Ahora, a las puertas de un retorno paulatino a la presencialidad en ciertas áreas y carreras, “el reto a corto y mediano plazo es la implementación de un modelo híbrido de educación, porque si bien es cierto la Universidad ya logró virtualizar, esa virtualización de alguna manera fue técnica. Hay que dotarla de un rostro pedagógico”, afirma José Antonio Blanco Villalobos, director de Metics.
La idea es que “no sea solo una forma metodológica del profesorado, sino que esté contemplado en el plan de estudios”, agrega Blanco. Por ello se trabaja en coordinación con instancias universitarias como el Centro de Evaluación Académica y la Escuela de Orientación en un plan piloto desarrollando un plan de estudios con componente virtual, que luego se implementará con otras Unidades Académicas.
Trabajo colaborativo en medio de la tormenta
“Somos una unidad que es capaz de adaptarse al contexto, de acompañar procesos grandes, de ayudar a transformar al docente y ayudar a las Unidades Académicas”, afirma María Ileana Enríquez Barrantes, asesora desde hace diez años. Ella explica que hay “distintos perfiles en la comunidad docente, sabemos que hay diferentes niveles de adopción, de apropiación de las tecnologías” y por ello el equipo está enfocado en el diseño de diferentes formatos de capacitación, para así abarcar grupos de múltiples tamaños y características.
De hecho, en medio de esta diversidad, muchas personas docentes han llegado a convertirse en líderes, verdaderos portavoces. Por ejemplo, Hannia León Fuentes, educadora de la Sede del Atlántico se unió a un pequeño grupo de compañeros con fortalezas en el área informática y juntos capacitaron a 230 profesores y profesoras cuando inició la crisis sanitaria de la mano de Metics.
Ella se describe como una apasionada de la educación: “me ofrecí porque tenía experiencia, venía implementando más la virtualidad en mis cursos, sobre todo a nivel de licenciatura”. Mapearon las necesidades y pensaron en cómo diseñar las clases porque “no tenés los mismos periodos de concentración ni el mismo nivel de interacción. No sabíamos cuántos estudiantes íbamos a poder recibir asincrónico o sincrónico”. Esta dupla colaborativa entre docentes gestores y Metics funcionó para apoyar al profesorado en la instalación de herramientas básicas para diseñar el entorno de aprendizaje en línea o en el cambio de paradigma evaluativo hacia un enfoque más integral, pensado en procesos y no en productos.
Este último aspecto ha sido medular y crítico en todas las carreras. Pedro Vargas Aguilar, profesor de Tecnología de Alimentos de la Sede Rodrigo Facio, con más de 25 años de experiencia en la enseñanza, se apoyó en los múltiples materiales de consulta de Metics para replantear sus exámenes y, hoy por hoy, considera que sus estudiantes demuestran realmente su nivel de aprendizaje, sin posibilidad o necesidad de copiarle a otros gracias al grado de sofisticación de sus evaluaciones y, por supuesto, a que sus clases virtuales son tan comprensibles como las presenciales.
Soporte tecnológico
En este momento desde el área de informática se analiza el remozamiento de la arquitectura que soporta la plataforma de Mediación Virtual, además del cambio del sistema Moodle a una versión más reciente pero que al mismo tiempo permita estabilidad. Asimismo se considera integrar a otras personas administradoras de recursos informáticos de las diferentes escuelas, facultades y sedes de la institución para que apoyen en capacitación y otros aspectos tecnológicos, lo que permitirá conocer mejor las necesidades de la población docente y mejorar la plataforma con plugins o programas complementarios.
Además, Grace Cascante Prada, informática a cargo de la plataforma de Mediación Virtual, señala entre los múltiples metas a mediano plazo “fortalecer la comunicación con la Oficina de Registro e Información para no solo integrar las listas de estudiantes, sino que se puedan enviar las actas de las notas por medio de la plataforma, realizar la matrícula y que el estudiante vea cuáles son los posibles cursos y cuáles tiene matriculados”.
Por ahora, el rumbo está claro. “La Universidad de Costa Rica es una institución cuyo sistema educativo está basado en el acompañamiento”, es decir, no hay distancia aún en la virtualidad, el docente sigue siendo una guía, no un mero tutor, expresa José Antonio Blanco. Para profesores como Pedro, la institución tiene la capacidad y el recurso humano para ser ejemplo a nivel país, “tenemos a los mejores pedagogos y los mejores informáticos; Metics refleja eso”.
