¿Sabe usted cuál es realmente el estado del agua que consume? ¿Conoce de dónde viene, cómo es tratada y si verdaderamente está limpia? Una nueva investigación pretende evaluar justamente la calidad del agua de consumo en tres áreas del país: Alajuela, Cartago y Puntarenas.
Para realizar esto, cuatro investigadores del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR) utilizarán una de las técnicas más novedosas aplicadas al análisis del agua: la biología molecular. Con esta técnica se pretende evaluar la calidad del agua de 20 Asociaciones Administradores de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados comunales del país, conocidas como asadas, ubicadas fuera del área metropolitana y determinar si existen agentes virales.
“Desde el punto de vista de Inisa, lo que nos interesa es ver la carga de microorganismos como los virus, por ejemplo, de los cuales sabemos no hay información en el país, como hepatitis A, enterovirus y rotavirus, que son los que nosotros vamos a analizar y que sabemos que son agentes muy importantes de diarrea particularmente en niños pequeños aquí en Costa Rica y que perfectamente se pueden transmitir por agua” comentó la Doctora Kenia Barrantes, investigadora de Inisa y una de los cuatro investigadores de la UCR en el proyecto.
A esta investigación se le suman ocho profesionales más especializados a nivel microbiológico y físicoquímico pertenecientes al Tecnológico de Costa Rica (TEC), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Técnica Nacional (UTN), quienes trabajarán en el proyecto gracias al financiamiento de ₡40 millones otorgado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare).
La investigación analizará las 20 asadas escogidas durantes tres épocas en un año: la época de transición de seca a lluviosa (que sucede actualmente), la época lluviosa y la época de transición de lluviosa a seca.
Aparte de analizar la presencia de virus por medio de una de las técnicas de la biología molecular, el proyecto también estudiará la presencia de otras sustancias químicas importantes como el cloro y de bacterias como las coliformes fecales.
De acuerdo con la Dra. Barrantes, son cerca de 100 muestras por periodo y cada asada se va a analizar tres veces en un año. Además, se espera que los resultados obtenidos de esta investigación sean empleados para mejorar el manejo del agua por parte de las asadas, si así es requerido, y determinar si el agua es realmente una vía de transmisión de agentes patógenos importantes que resultan en enfermedades.
Proceso de análisis
Para hacer esta clase de proyecto, se necesita de un equipo interdisciplinario que ponga al servicio sus recursos y conocimientos. En este caso, el equipo está conformado por 12 investigadores especializados de cuatro universidades públicas del país.
Los investigadores pertenecientes al TEC son los encargados de la recolección de muestras de las asadas ubicadas en Cartago, mientras que los de la UNA se ocuparán de las asadas en Alajuela y Puntarenas.
Para hacer el proceso de análisis, la persona que está capacitada para tomar las muestras lo hace en cinco recipientes diferentes, cada uno especial para un tipo específico de análisis.
Estas cinco botellas son: una de cinco litros que utiliza INISA para el análisis de virus, una para el análisis físico-químico llamado N1; una para las muestras de carbono orgánico total (realizadas por el TEC); una para el análisis de trihalometanos y una pequeña bolsa estéril llena de agua para analizar coliformes fecales y ecoli, indicadores por excelencia para analizar la potabilidad microbiológica del agua.
Inisa se encargará del análisis de dos muestras: la de virus y la de coliformes. La de coliformes fecales y ecoli tarda de tres a cuatro días en estar lista desde que entra al laboratorio, mientras que la de virus lleva un proceso más complejo.
“Hacemos un proceso de filtración para concentrar, porque los virus o parásitos están muy diluidos; entonces, para poder tener una cantidad suficiente que sea leída y detectada por los equipos, necesitamos concentrar al menos 5 litros de agua” explicó la Dra. Barrantes.
“Esa concentración es la que vamos a utilizar para el análisis de colifagos, que son indicadores virales, y para el análisis directamente de virus como norovirus, enterovirus, rotavirus y hepatitis A. Estos últimos virus son patógenos de humanos y son los que se hacen por biología molecular” agregó.
La técnica de biología molecular consiste en una extracción del material nucleico que tienen los virus, que es ARN. Este ARN lo convierten en ADN los científicos de Inisa y es el que analizan en un equipo llamado “PCR Tiempo Real”.
Según Barrantes, el PCR, aparte de detectar cantidades de material pequeño, les permite decir cuántas copias de ADN se están detectando en la muestra perteneciente a una asada determinada.
Un objetivo importante de este proyecto es hacerle una devolución a la comunidad y determinar los mecanismos o procedimientos que tiene cada asada para la desinfección del agua. “Hay muchos procedimientos o tratamientos que se le puede dar al agua, pero eso va a depender de la tecnología y la plata que se le quiera invertir al acueducto” indicó Barrantes.
Asimismo, la microbióloga hizo hincapié en que esta investigación es muy importante porque va a generar información que no hay en este momento.
“El asunto de los virus en el agua nos interesa mucho porque sabemos que son agentes patógenos importantes y que hay brotes recurrentes en el país, pero no sabemos si el agua es una vía o no para su transmisión; se sospecha que sí, pero no tenemos información que valide eso, entonces vamos a comenzar a generar información” concluyó.
Esta investigación durará todo el 2018 y se espera que para el 2019 se comiencen a tener los primeros resultados.