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UCR instala equipo único en Centroamérica para atender sobreirradiados

El equipo fue adquirido con ayuda del Organismo Internacional de Energía Atómica y será operado por el Inisa. 

La Universidad de Costa Rica (UCR) instaló la primera semana de agosto un novedoso equipo tecnológico, único en Centroamérica,  que le permitirá al Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la UCR medir las dosis de radiación a las que una persona estuvo expuesta, por medio de la dosimetría biológica.

Luisa Valle, investigadora del Inisa, conversó con UNIVERSIDAD acerca del novedoso laboratorio, sus alcances y la importancia que tiene su adquisición en el país.

¿En qué consiste este laboratorio?

-Este es un laboratorio de citogenética humana que tiene 30 años de existir. Este proyecto de brindar un servicio de dosimetría biológica va a ser un plus dentro de los servicios que nosotros ofrecemos.

¿Qué es lo novedoso aquí?

Que nosotros vamos a poder hacer dosimetría interna.

¿Qué es la dosimetría?

-La dosimetría puede ser física o biológica. En la física la gente que trabaja con radiaciones ionizantes se pone un aparatito que lee cuántas dosis está absorbiendo la persona que trabaja con radiaciones ionizantes. Y la dosimetría biológica se usa más para casos de accidentes. Hay muchas fuentes de radiación ionizantes en la actualidad que se utilizan para diferentes cosas, algunas en el área de la salud como para hacer terapias o diagnóstico.

Por ejemplo, la gente que va a medicina nuclear y son personas que les han quitado la tiroides y les dan un radiofármaco para tratamiento, este tipo de examen sirve para evaluar si una persona se ha sometido a una sobreirradiación. Entonces si una persona sospecha de sobreirradiación, nosotros podemos tomarle una muestra de sangre y evaluar el daño que han sufrido sus cromosomas asociados a la radiación. A mayor dosis de radiación absorbida por el cuerpo mayor daño cromosómico.

¿Qué es lo que hacen exactamente?

-Nosotros lo que hacemos es calcular la dosis absorbida. Esto le puede dar una luz al médico tratante de ver cuál es la posible afectación que puede tener un paciente.

Si nosotros le hacemos el cálculo de dosis y vemos que lo que absorbió fue algo que no va a dar una afectación significativa, el médico tratante le puede decir a la persona “bueno sí, usted se expuso a una sobreirradiación pero está todo bien, no va a haber un efecto mayor”. Pero si resulta que una persona tuvo una sobreirradiación muy fuerte, el médico puede prever ciertos acontecimientos o daños que genera la radiación a la salud.

¿Qué tipo de daños?

-Pueden ser daños a nivel cutáneo, sistémico, se afectan por ejemplo los linfocitos; son muchas las afectaciones que podrían haber por exposición a la radiación y si la exposición fue muy alta y la persona no es tratada, eventualmente podría llegar a morir. Lo importante es que si se llegara a dar un accidente y los médicos necesitan tener una idea de cuánta es la dosis que absorbió esa persona, aquí se le puede hacer el examen.

¿Cómo se consiguió el equipo?

-A través del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tienen lo que se llama la Cooperación Técnica donde se ayuda o se estimula para que se den acciones de uso pacífico de esas radiaciones, que son todas las maravillas que se hacen con las radiaciones ionizantes y la salud. Entonces se dio la oportunidad de que había una capacidad instalada en la Universidad, un laboratorio de citogenética y en la dosimetría biológica en realidad los ensayos que vamos a hacer son citogenéticos, porque lo que vamos a ver son daños en los cromosomas.

Entonces ese equipo que se compró va a ayudarnos a agilizar el trabajo porque la dosimetría es muy laboriosa. Primero hay que montar curvas de calibración propias del laboratorio para cada tipo de radiación. Por ejemplo, si es radiación gama, es la primer curva que vamos a montar, o la que se usa en la bomba de cobalto, que se utiliza en radioterapia en el Hospital San Juan de Dios.

Ellos son los que nos están ayudando a montar esa curva de calibración. Nos irradian las muestras de sangre in vitro, nosotros cogemos tubos de ensayos voluntarios, esos tubos de ensayos se irradian a diferentes dosis y con eso vamos a montar una curva de calibración y posteriormente cuando tengamos esa curva de calibración dosis-efecto, vamos a poder medir dosis.

¿En qué nos ayuda el aparato?

-En que, por ejemplo, si una persona está sobreirradiada y nosotros para determinar la dosis tenemos que analizar 500 figuras mitóticas que son 500 células, eso lleva muchas horas de trabajo.

Tenemos un equipo que es automatizado, que nos va a ayudar a escanear esas láminas, esos preparados cromosómicos, nos va a ayudar a capturar las imágenes y después de que están capturadas nosotros desde la pantalla del computador con mayor facilidad vamos a poder decir “ah, esta sí tiene daño, esta no tiene daño” y así va a poder ser mucho más ágil el análisis.

¿Hace cuánto está en el país el equipo?

-El equipo entró la semana antepasada. Se instaló en la semana del 2 de agosto, vino un  técnico especializado de la empresa a instalar todo y nos dio una inducción. Ahorita estamos en la etapa de aprender a usarlo bien. Tenemos una ventaja, que la máster Melissa Abarca se fue a capacitar a Francia para aprender a usar el equipo, entonces la que tiene más soltura para usarlo es ella y nosotros estamos entrando en ese proceso de aprenderlo a manejar de manera adecuada.

¿Este laboratorio se utilizaría en qué casos?

-En casos de que hubiera una sospecha de sobreirradiación. Por ejemplo, que un médico de medicina nuclear tiene un paciente que están tratando con yodo radioactivo, es un paciente que no tiene tiroides entonces el radiofármaco se irradia mejor por todo el cuerpo y el médico quisiera llevar un control de cuál es la radiación absorbida por ese paciente, entonces él nos puede solicitar (ya estando el laboratorio bien establecido y con las curvas hechas) un análisis de la sangre del paciente y un cálculo de dosis para ver cómo está evolucionando al tratamiento. Esto ayuda al médico tratante a tomar decisiones y darle un mejor abordaje al paciente.

Un accidente siempre está latente. Resulta que cada día se usa la radiación ionizante, desde cosas tan simples como para esterilizar ciertos tipos de materiales o en la industria se utilizan los rayos X, en las clínicas veterinarias se utilizan los rayos X, para diagnósticos humanos también, para radioterapia, se utilizan en medicina nuclear y demás; esos son unos de los pocos ejemplos para los que se usa la energía de la radiación ionizante;  entonces yo creo que la idea es estar preparados en caso de que algo suceda.

El accidente está ahí latente y hay que estar preparados. Puede que nunca pase nada en Costa Rica pero puede suceder en El Salvador, Nicaragua o Panamá y es más fácil mandar las muestras a Costa Rica que mandarlas a Argentina o Cuba, que es donde están los mejores laboratorios a nivel latinoamericano en dosimetría.

¿Este equipo fue comprado por quién?

-Este equipo fue donado, traído al país a través de un proyecto de cooperación técnica con el Organismo Internacional de Energía Atómica, pero la Universidad puso una parte. El equipo costó aproximadamente más de 100.000 euros y la UCR puso 30.000.

El resto lo puso el OIEA. Es un equipo sofisticado pero que tiene las ventajas de que va a ser polifuncional y que si bien es cierto vamos a prepararnos para brindar un servicio de dosimetría, es un equipo que va a ser usado para investigación y para brindar otros servicios a quien necesite también en la parte de citogenética.

¿Cuál es la importancia que tiene?

-La importancia es que viene a facilitar los tiempos de análisis. Por ejemplo, un caso como analizar 500 figuras mitóticas se puede tardar unas dos semanas solo en un paciente. Con este equipo el análisis que iba a tardar una semana puede durar un día o menos.

Es un equipo que nos va a ayudar a facilitar el análisis que es muy engorroso y laborioso, y la verdad es que el laboratorio cuenta con poco personal. Al conseguir un equipo de esta calidad nos ayuda a ser más eficientes.

 

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