La Universidad de Costa Rica (UCR) dio inicio, el pasado 6 de enero, a la etapa inicial del VIII Congreso Universitario, cuyas actividades se prevé que convivan con el quehacer universitario a lo largo del 2025. Dicho congreso se realiza cada década y están convocados a participar todos los miembros de la comunidad universitaria con propuestas que permitan a la UCR mantenerse vigente con el pasar de los años.
El Congreso, que lleva como lema “La construcción de la Universidad del futuro: en respuesta a las necesidades nacionales y globales: gobernanza sistémica, académica e institucional”, espera lograr cambios profundos en la realidad institucional y afrontar los nuevos retos en distintas áreas, tanto académicas como organizacionales. Así, el espacio de diálogo se conjuga para permitir escuchar propuestas en 4 ejes temáticos: Gobernanza Institucional, Cultura Universitaria, Sistema Universitario, que se refiera a procesos clave de la universidad, y Relación con la Sociedad.
El Congreso Universitario se compone de dos etapas y una fase de inscripción. La fase de inscripción abarcará hasta abril, inclusive. En esta, a través de la página web https://congresouniversitario.ucr.ac.cr/ se recibirán tanto ponencias como inscripciones de congresistas provenientes de todos los sectores de la comunidad universitaria. El plazo para inscribirse como congresista concluirá el 31 de marzo; en tanto, el de ponencias, se extenderá hasta el 30 de abril del 2025. Ambas inscripciones son independientes, se puede ser congresista sin necesariamente ser ponente y viceversa. Sin embargo, la Comisión Organizadora aboga por que si alguien desea ser ponente, se inscriba también como congresista.
Una vez concluida la fase de inscripciones, se dedicarán los meses de mayo y junio a la revisión y categorización de las ponencias por eje temático. Ya catalogadas, se da inicio a la primera etapa del congreso, en la que el grueso de congresistas integrarán distintas comisiones de trabajo para el estudio de las propuestas. Este periodo se desarrollará en dos tractos del 18 de junio al 04 de julio y 11 al 29 de agosto.
Estas comisiones estarán conformadas con representación de los distintos grupos que componen la comunidad universitaria. Así, las propuestas serán analizadas y escuchadas por un panel representativo de docentes (incluso los que no forman parte de la asamblea plebiscitaria), administrativos y estudiantes. Durante el VII Congreso Universitario existieron 11 comisiones de trabajo con alrededor de 70 miembros en cada una de ellas.
“Visualizamos el congreso como una revisión real, estructural, de cosas que uno ve que no funcionan como quisieran o que en algún momento funcionaron, pero ya ahora no. Es un espacio para hacer un cuestionamiento integral, fuerte, para producir grandes cambios”, afirmó Rodrigo Carboni, presidente de la Comisión Organizadora del congreso, al referirse al interés de la comunidad universitaria sobre el congreso.
Carboni estima que al finalizar esta actividad se logre tener ponencias robustas que permitan cambios estructurales de la UCR y que se logre “una unión general de todos los sectores dentro de la Universidad y fortalecer los enlaces con la comunidad nacional”.
En esta VIII edición del congreso se planea incluir un enfoque de regionalización en las comisiones de trabajo. Es por esto por lo que la Comisión Organizadora está en planes de integrar dos comisiones de trabajo que se ubicarían en la Sede de Occidente y otra en la Sede del Atlántico. “De esa manera, las personas de esas sedes y las cercanas pueden llegar a esas comisiones de trabajo”, aseguró Carboni. A su vez, también está en estudio el permitir la participación remota de los congresistas. Aún queda por definir el mecanismo, pero ambas propuestas buscan “facilitar e igualar” la participación de congresistas y evitar que tengan que desplazarse hasta la sede Rodrigo Facio.
Aquellas ponencias que sean aceptadas por una comisión volverán a manos del pleno de congresistas, donde se realizará la segunda etapa del congreso, las sesiones plenarias, que comprenderán del 13 de octubre al 05 de diciembre. En esta etapa votarán para incluir o no la propuesta en un documento final que se debe presentar ante el Consejo Universitario. Para participar en estas sesiones de votación, un congresista debe, al menos, haber asistido a dos de tres de las sesiones de su comisión de trabajo respectiva.
Será el Consejo Universitario quien se encargue de analizar cuáles de las ponencias están en su ámbito de acción y cuáles deben ser enviadas para su análisis por parte de Rectoría. Según un estudio de la Comisión Organizadora, durante el VII Congreso Universitario se enviaron 100 propuestas al Consejo Universitario, de las cuales 52 fueron acogidas por este órgano universitario y las restantes 48 se enviaron a Rectoría. Finalmente, de las 48 recepcionadas en Rectoría, 26 ya se encontraban añadidas en la normativa universitaria y 22 fueron analizadas por las vicerrectorías.
Históricamente, los congresos universitarios han sido motores de cambio en la institución. De estos espacios de reflexión han surgido múltiples órganos universitarios como lo podrían ser las facultades y vicerrectorías, así como las reformas que incluyeron los estudios de posgrado, los centros de investigación, vida estudiantil y una constante reafirmación de la autonomía universitaria.
