Universitarias

El teatro: una ventana para experimentar el mundo sin sonido

La iniciativa estudiantil “¡Soy sordo, no mudo!” utiliza el teatro como herramienta para representar el mundo sordo.

A lo largo del tiempo, el teatro siempre ha resultado una excelente herramienta para comunicar situaciones sin la necesidad de utilizar palabras, todo mediante la interpretación. Esto es justo lo que pretende lograr el proyecto de Iniciativas Estudiantiles IE-68 “¡Soy sordo, no mudo!” de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR y del Taller Nacional de Teatro, tiene como participantes a jóvenes sordos señantes (usuarios de la Lengua en Señas Costarricense -Lesco-) entre los 17 y los 28 años que pretenden promover una mirada crítica sobre el concepto de discapacidad en un espacio como el teatro.

Diez jóvenes sordo señantes son los integrantes de la iniciativa estudiantil “¡Soy sordo, no mudo!”.

De acuerdo con Kathy Piedra Corella, estudiante de Antropología de la UCR y responsable del proyecto, la idea surgió de su proyecto de tesis sobre la comunidad sorda y la forma en la que estas personas construyen un sentido de comunidad.

“La idea era trabajar desde una posición metodológica diferente, entonces trabajando con dos compañeros más, que son estudiantes del Taller Nacional de Teatro, empezamos a proponer armar con ellos una obra de teatro. La iniciativa ha trabajado con 10 jóvenes y hemos estado yendo desde abril cada semana a hacer ejercicios de expresión física para montar la obra”, contó la estudiante.

La joven explicó también que sus estudios de Lesco (que realizó en la Universidad del 2013 al 2015) y su participación con el equipo que organiza el Festival Internacional de Sordos (FIS) la motivaron a comenzar con el proyecto. Justamente con los contactos que formó en estos espacios fue que comenzó a trabajar en la iniciativa, que cuenta actualmente con 10 jóvenes sordos que se desempeñan en su vida diaria en diferentes labores, como enseñanza de Lesco, trabajos en la Universidad o como estudiantes.

Leonel López, líder la comunidad sorda, consideró que el proyecto “es una
buena oportunidad para la comunidad sorda, ya que tenemos pocos espacios para que los
sordos se vinculen al arte. Nosotros tenemos mucha habilidad corporal y gestual para el
teatro”.

Las sesiones de los talleres dieron inicio en el mes de abril, con ensayos todos los domingos de 2 a 5 p.m. en el Taller Nacional de Teatro, ubicado en Barrio Escalante. Según Piedra, el proceso ha contado de dos partes: “primero, para poder montar la obra, trabajamos técnicas o conceptos básicos de teatro, y además generamos discusiones para orientar de qué se iba a tratar la obra. Los primeros meses fueron sobre eso y ese periodo fue muy importante porque hubo muchos cambios de perspectiva de qué era lo que ellos (los jóvenes sordos participantes) querían mostrar en la obra. Ahora la segunda parte ha sido ya el montaje y ensayo de la obra, trabajar propiamente en la presentación” explicó.

Luis Diego Chan Leiva, uno de los jóvenes sordos señantes del proyecto, comentó que “la experiencia ha sido muy diferente y muy rica también porque he descubierto demasiadas cosas de mí que no había desarrollado antes, por ejemplo las habilidades corporales que tengo, crear un personaje nuevo e incorporarse a un mundo inventado”.

Agregó, además, que “en grupo he experimentado cosas diferentes en los ensayos a lo que he tenido antes en el mundo oyente, como que todos somos del mismo mundo, misma cultura; entonces así podíamos coordinar más fácil y mejorar las cosas en grupo tanto como en lo individual. También, siento que es porque cada uno tiene las mismas habilidades y mismos sentimientos hacia el teatro, entonces es más fácil poder desarrollar las habilidades. Actuar es uno de los talentos sordos, definitivamente”.

El manicomio de los recuerdos

El resultado final de las semanas de ensayo por parte de la iniciativa “¡Soy sordo, no mudo!” fue una obra de teatro denominada El manicomio de los recuerdos. Trata sobre un grupo de adultos mayores que se encuentran recluidos en un asilo y comienzan a verse a ellos mismos en retrospectiva y a recordar con nostalgia algunos episodios de su vida; así se dan cuenta de que tienen que encontrar y aceptar el contexto de vida en el que están ahora y buscar una forma de darle un nuevo sentido a la vida y a las condiciones que tienen en ese lugar en el que están.

“La obra se ubica en el área del teatro físico porque es una obra de teatro que no tiene ningún diálogo, no utiliza español ni lesco, entonces se basa en dramatizaciones y lenguaje visual y gestual, que es una cosa súper arraigada en la forma de expresión de las personas sordas. En realidad la temática, por una discusión que ha habido en el grupo, no habla explícitamente de sordera ni de la comunidad”, aclaró Piedra.

El manicomio de los recuerdos fue presentada el sábado 30 de setiembre en el anfiteatro del Centro Nacional de Cultura (Cenac), como parte del marco del Festival Internacional Sordo 2017 (FIS). Luego de esto, se planea seguir con la presentación de la misma durante los próximos meses del año en diversos Centros Penales del país.

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