La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica (UCR) cuenta desde ahora con un robot que emula la apariencia del popular personaje de Disney WALL-E, como herramienta para promover la práctica del reciclaje de desechos.
La donación del robot TC-629 se concretó gracias al trabajo de un grupo de Trabajo Comunal Universitario (TCU) que trabajó en el diseño y construcción del prototipo que ahora recrea la misión de WALL-E de ayudar a tener un planeta más limpio.
El TC-629 es un robot de reciclaje que posee un sensor que detecta cuando la persona está en un determinado rango, una vez la percibe, abre una compuerta en la que hay un compartimiento con la división de papel, iluminada con una tenue luz azul, y plástico, con una luz amarilla. El compartimiento cuenta con un agujero abajo que lleva al contenedor de la respectiva categoría.
Este proyecto se motivó en la idea de incentivar el reciclaje en la Asociación de Desarrollo Integral Granadilla Norte (Adigran), organización que mostró su interés en fomentar el reciclaje en los niños y adultos mayores que reciben.
Desde entonces los estudiantes: Arianna Alvarado, José Manuel Cordero, Aarón González, Max Li y Bryan Vargas, junto a los profesores Mahalaed Trujillo y Roilan Gutiérrez, empezaron a trabajar en este robot.
Respecto a su diseño, el profesor Mahalaed Trujillo explicó que “querían una alternativa llamativa” que instara a reciclar, por lo que crear un robot con la apariencia de WALL-E les pareció la mejor opción para captar atención, pues se trata de un personaje que desde el 2008 ha sido representativo a la hora de hablar de temas de ecología como la contaminación y el reciclaje.
La construcción del TC-629 tuvo una duración de tres semanas y en este tiempo los estudiantes dedicaron aproximadamente una semana al particular diseño de WALL-E, para el que realizaron “un modelo a escala de madera” que funcionó como guía para el producto final. El resto del tiempo se dedicó a la instalación y preparación eléctrica.
El grupo comentó que fue un proceso en el que pudieron aplicar de forma tangible los conocimientos adquiridos en sus respectivas carreras, lo cual resultó gratificante. También indicaron que fue una experiencia de mucho aprendizaje, pues no solo debían aplicar conocimientos teóricos, sino también del uso de herramientas y no todos estaban familiarizados con esto, por lo que requirieron una capacitación como base. Sin embargo, concuerdan en que el resultado alcanzó todas sus expectativas y se sienten satisfechos con lo logrado.
Actualmente el TC-629 está ubicado en el Decanato de la Facultad de Ingeniería, en el primer piso, pues los estudiantes decidieron donar el prototipo para incentivar el reciclaje en el estudiantado, aunque tienen planes de hacer un segundo robot con algunas mejoras y este sería destinado a Adigran.
