La cantidad de estudiantes que realizaron renuncia de matrícula y la cantidad de cupos renunciados en el I ciclo lectivo 2020 en la Universidad de Costa Rica (UCR) se triplicaron con relación al mismo periodo del año anterior.
El aumento se dio, principalmente, durante el periodo extraordinario de renuncia que abrió la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE) del 24 de abril al 28 de abril como “medida de flexibilización” ante la pandemia por el COVID-19.
La ViVE señaló, en la circular que anunció la medida, que la decisión de renunciar de parte de los estudiantes “se da en la coyuntura de la emergencia nacional actual que impone condiciones especiales que no pueden considerarse responsabilidad de la Universidad ni de las personas estudiantes”.
El periodo ordinario de renuncia empezaba y terminaba el pasado 28 de febrero y la UCR anunció la suspensión de lecciones presenciales el 13 de marzo. Cuando la institución anunció la ampliación del periodo de renuncia los estudiantes ya habían empezado sus clases virtuales.
Anabelle León, directora de la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica, explicó que la medida se dio para darle la sensación de control a los estudiantes ya que la emergencia sanitaria traía una multiplicidad de situaciones que les podía afectar su vida académica.
León asegura que no es posible afirmar que el aumento en las renuncias se deba estrictamente a la pandemia, ya que hay una diversidad de aspectos de la vida académica que pueden llegar a afectar la decisión.
Magda Araya, jefa del Área de Becas Socioeconómicas, agregó que, aunque se han recibido casos de estudiantes que solicitan becas de forma extraordinaria por cambios en la condición económica de sus familias, la cantidad de solicitudes no se ha salido de lo que se esperaría en un contexto anterior a la pandemia.
Aunque la medida fue tomada previo a que asumiera su cargo, el actual vicerrector de Vida Estudiantil, Carlos Sandoval, dijo que los datos se sitúan en una coyuntura inédita que “ha trastornado la vida de todos”.
“Algunas decisiones ya estaban en curso porque tenemos un poco más de dos meses de estar en estas circunstancias y lo que nos toca es tomar lo que va en marcha y agregar otras decisiones que pudieran aminorar y prevenir los efectos negativos que puede tener esta pandemia en los estudiantes”, agregó Sandoval.
Aunque las autoridades dicen no poder determinar las razones del aumento por ser multifactorial, Sandoval dice es innegable hablar de los efectos que pudo tener la pandemia en la salud mental y la situación socioeconómica de los estudiantes.
Sin embargo, el aumento de las renuncias mantiene porcentajes similares los del I ciclo 2019 en cuanto cantidad de estudiantes con beca y con reubicación geográfica, por lo que aún no se ha reflejado en las estadísticas disponibles.
Araya asegura que otro escenario posibles es que los estudiantes de primer año encontraron dificultad para adaptarse a las clases virtuales, o incluso que algunos estudiantes desistieron de llevar un curso en el periodo extraordinario porque no les gustó el profesor o la forma en que se adaptó a las plataformas virtuales.
Tras la suspensión de lecciones presenciales, la Universidad de Costa Rica ha adoptado una serie de medidas para prevenir la deserción de los estudiantes; tales como la flexibilización del pago por matrícula, la compra de tablets con planes de Internet y el convenio con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para ingresar a las plataformas educativas de forma gratuita.