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Reconstruyendo las secuelas del cáncer de piel  

Beatriz Araya, residente de la UCR, realizó parte de su residencia en Argentina para formarse en la reconstrucción de pacientes con cáncer de piel.

Desde que inició su especialidad en el 2012, se caracterizó por ser una estudiante aplicada y esforzada, siempre mantuvo calificaciones por encima de nueve, razón que finalmente motivó a la UCR a otorgarle una beca en el 2017 para realizar una rotación en el extranjero. El lugar: Argentina. ¿El objetivo? Ampliar su formación en cáncer de piel y poder regresar a Costa Rica para contribuir a tratar esta enfermedad en el área de cirugía oncológica, que actualmente presenta un vacío en el país en el cáncer de piel y partes blandas.

Se llama Beatriz Araya y es una joven doctora de 35 años, graduada de la Universidad de Costa Rica (UCR) y actual residente en Oncología Quirúrgica, con base en el Hospital San Juan de Dios. UNIVERSIDAD conversó con ella para conocer sobre su rotación en Argentina y lo que esta experiencia y sus conocimientos vienen a aportarle al país.

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  • El cáncer de piel es el que más afecta a la población costarricense, y es el más común en el país de acuerdo con datos oficiales.
  • La reconstrucción mediante cirugía oncológica busca no solo quitar el tumor provocado por el cáncer de piel, sino reconstruir la zona afectada para que sea estéticamente aceptable.

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¿Por qué decidió estudiar oncología?

–Porque cuando yo fui estudiante en la UCR mi primera rotación fue en cirugía oncológica y me encantó. Me pareció súper importante porque la gente lo primero que piensa cuando le dicen que tiene cáncer es que se va a morir. Hay que ir tratando de cambiar ese concepto y hacer entender a la gente que el cáncer es una enfermedad crónica, o sea, que probablemente va a tener que recibir un tratamiento y llevar un control por todo el resto de su vida, pero no necesariamente se va a morir por eso.

También me pareció súper importante porque el cáncer ahorita es, después de los accidentes de tránsito, la primera causa de muerte en el mundo y también la enfermedad que más se da en el mundo, porque las células se envejecen y desarrollamos tumores.

¿Por qué escogió especializarse en cáncer de piel?

–No es solo cáncer de piel, es eso y sarcomas, porque en el hospital en donde estoy hay varios cirujanos oncólogos y cada uno tiene una especialidad, por ejemplo unos en mama, otro en digestivo superior (estómago), digestivo inferior (colon y recto)… Pero no había nadie que se dedicara a hacer piel y partes blandas, como si hay en otros países y centros del mundo que son referencia, como Argentina. Aquí, en el San Juan de Dios, ni en ningún hospital en realidad, hay un especialista en eso, en cirugía oncológica. En el país los dermatólogos tratan cáncer de piel y los cirujanos plásticos también, pero en el área de cirugía oncológica no hay nadie que se dedicara a eso propiamente, en cáncer de piel y partes blandas, y por eso me interesó. Sentí que había un vacío ahí.

¿Cómo fue el proceso de la beca para que hiciera la especialización en Argentina?

–En la residencia, todos los residentes de la UCR tienen la posibilidad de ir a rotar afuera, dentro de su residencia. Uno busca una rotación en un hospital que le funcione, que se adapte a su residencia y plan de estudios, entonces primero se contacta a los doctores allá, para ver si hay campo para que lo reciban, si pueden enviar el plan de estudios, y luego hay un sinfín de requisitos que cumplir. No es un proceso fácil.

¿En qué consiste esta reconstrucción facial en personas con cáncer de piel?

–El cáncer de piel se trata de manera multidisciplinaria, lo detectan los dermatólogos usualmente, o el médico general o el mismo paciente. Algunos tipos de cáncer lo operan ellos (dermatólogos) y otros, que son un poco más grandes, los cirujanos oncólogos, y lo que hacemos es hacer una resección oncológica, que es no solo quitar el pedazo sino asegurarse de que los márgenes de ese tumor y la profundidad estén bien resecadas para darle al paciente un tratamiento curativo.

Lo de la reconstrucción es que tratamos, en la medida de lo posible, que al tapar ese hueco que quitamos, sea estéticamente adecuado para que el paciente viva feliz con su cara. A veces es en el rostro o en otras partes, pero lo más importante siempre es, primero, que el tratamiento sea oncológico; segundo, preservar la funcionalidad como cuando es en piernas o brazos; y, por último, que sea estéticamente aceptable.

¿Cómo es que afecta el cáncer de piel para que sea necesaria una reconstrucción y cómo se hace esta?

–Según los tipos de tumores. Por ejemplo, la nariz es una estructura que está en el centro de la cara y que si la toca, no hay piel para desplazar. Cuando uno quita un tumor, queda a veces amputada o con un defecto importante, entonces nosotros tenemos que reconstruir ese defecto y tratar de aprovechar los pliegues naturales para ocultar las cicatrices y que no se note tanto en la medida de lo posible.

¿Esta reconstrucción se hace con injertos de piel?

–No, no solo con injertos, esa es solo una de las técnicas, otra son colgajos. La diferencia es que en un injerto se toma piel de un lado y se pone en otro. En un colgajo se toma piel vecina y se mueve, pero la base de esa piel todavía está pegada de usted. En un injerto no.

¿Cuál es la importancia de esta especialización?

–Primero, y lo más importante, es que el cáncer de piel es el tumor más frecuente en la raza humana. Hay muchísima gente que tiene cáncer de piel, entonces hay mucho trabajo que hacer. Respecto a los tumores de partes blandas, que son los sarcomas, mucha gente no entiende qué es, y esto es un tumor muy muy agresivo, si no se trata bien desde la primera vez que se ve, la mortalidad es bastante alta. Y no solo muerte, sino también amputaciones. Es muy importante saber hacerlo bien desde el principio, entonces por eso la importancia de esta especialización.

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