Un grupo de tres mujeres estudiantes de Ingeniería Industrial de la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrollaron un método para reutilizar el vidrio laminado y evitar que llegue a los rellenos sanitarios. Otro grupo de estudiantes participarán en una competencia internacional de ingeniería aeronáutica, entre ellos tres mujeres. Así, en la Universidad muchas jóvenes destacan con iniciativas en carreras que tradicionalmente estaban dirigidas a hombres.
Aunque todavía las ingenierías son carreras dominadas por hombres, lo cierto es que, en los últimos años, cada vez más mujeres se atreven a formarse en estas profesiones, que de paso son las más dinámicas y demandadas por el mercado laboral.
Precisamente, con el objetivo de garantizar el éxito de las estudiantes que deciden incorporarse a una carrera de ingeniería y demostrar a otras que tienen todas las aptitudes para hacerlo, la UCR ha impulsado hace años el proyecto Mujer en la Ingeniería.
Es una iniciativa que ya cuenta con diez años de estar en funcionamiento y cinco de estar inscrita en la Vicerrectoría de Acción Social como proyecto de extensión cultural; es decir, de contar con presupuesto para llevar a cabo sus funciones.
En sus inicios fue una réplica de un programa que se desarrollaba en la Universidad de Michigan, se trajo al país y se tropicalizó, con el fin de apoyar a las jóvenes estudiantes que se decidían por estas profesiones. Empezó con la colaboración de una sola profesora, a los tres años se conformó un equipo de seis docentes de las áreas de Ingeniería Industrial, Eléctrica e Industrial.
UNIVERSIDAD conversó con la coordinadora del proyecto, Evelyn Salas, quien contó la forma en que impulsan el programa y los objetivos que se han planteado a lo largo de estos años.
¿Cuál es el principal trabajo que realizan con el proyecto Mujer en la Ingeniería?
—El trabajo se enfoca en zonas de impacto de la Sede Rodrigo Facio y la Sede Interuniversitaria de Alajuela; sin embargo, trabajamos en coordinación con diversos proyectos, por ejemplo, con el Instituto Tecnológico y la Universidad Nacional.
Este año impulsamos iniciativas conjuntas para llegar a otras zonas como Los Chiles, Sarapiquí y Buenos Aires de Puntarenas. Lo cierto es que llegamos hasta donde el presupuesto nos lo permita, vamos donde nos inviten y tenemos como objetivo visitar uno o dos colegios y escuelas en zonas rurales al año.
Asimismo, tenemos como principales públicos a las estudiantes de la Facultad de Ingeniería y estudiantes de colegios, sobre todo de noveno, cuarto y quinto año, aunque este año incorporamos a niños y niñas de escuela. Con el tiempo esperamos aumentar la cantidad de centros educativos que visitemos.
¿Qué trabajo realizan con las estudiantes ya inscritas en alguna carrera de ingeniería de la UCR?
—Con las chicas de la U lo que hacemos es acompañarlas en diversos procesos, ya sea académico, de hostigamiento o cualquier otro. De hecho, impulsamos un grupo que se llama Café de las Ingenierías, que está conformado por estudiantes. Es un espacio que nos permite reunirnos cada vez, definir actividades a realizar, como charlas, visitas a empresas o de campo. Invitamos a otras ingenierías para que compartan sus experiencias o para brindar una conferencia sobre temas técnicos.
También hacemos actividades recreativas para que formen una comunidad. Hay grupos de mentorías, donde las estudiantes más avanzadas se convierten en madrinas de las que vienen ingresando a las carreras, les dan acompañamiento y apoyo. Hacemos un convivio por año, organizamos actividades recreativas y les damos un espacio para que todas se conozcan. Incluso ellas son parte del programa de visitas a colegios.
También trabajamos con los estudiantes hombres para sensibilizarlos y que no incurran en expresiones machistas y abran los espacios a las mujeres.
¿Cuál es el objetivo de las visitas a colegios?
—Con las estudiantes de colegio lo que buscamos es informarlas, pero también llevamos la información a los chicos. La idea es que conozcan las ingenierías que ofrece la UCR, porque está demostrado por estudios internacionales que la por lo general la mujer no decide estudiar estas carreras debido a que desconocen qué se hace realmente en estas carreras. Por lo general, piensan que no tienen un impacto social tan fuerte como otras en salud o ciencias sociales.
Por ello buscamos que conozcan qué se hace en cada una de las ingenierías, los diversos ámbitos en que se pueden desenvolver y cómo impactamos a la sociedad costarricense y mundial, de manera que puedan tomar su decisión de carrera con mayor criterio, y sepan que son áreas con espacio abierto y de gran potencial para las mujeres.
¿Qué hacen normalmente en una visita a los colegios?
—Trabajamos tanto con mujeres como con hombres, porque en el país hay una gran necesidad de ingenieros, hacemos actividades mixtas y trabajamos en diversos espacios.
Hacemos una charla introductoria para contarles sobre el proyecto, luego los mismos estudiantes de la Facultad les cuentan lo que es ser estudiante en este tipo de carreras, los beneficios que ofrece la Universidad.
Luego, hacemos un taller donde generalmente establecemos cuatro estaciones. Cada una de las estaciones representa una o varias ingenierías. Allí instalamos proyectos con el fin de que puedan aprender haciendo con materiales muy básicos y sencillos como paletas de helados, tapas de jugos; los ponemos a hacer un carro de propulsión para que vean cómo se hace ingeniería mecánica o les llevamos kits de electrónica para que programen.
También, hemos incorporado un kit de química para que sepan cómo hacer combustiones y está la estación de ingeniería civil, donde hacen una torre y un puente y les explicamos cómo deben trabajar en conjunto un topógrafo, un arquitecto y un ingeniero civil para desarrollar este tipo de proyectos.
Nuestro objetivo inicial es visitar a seis colegios por año, tres en zonas de impacto de la Sede central y otras en Alajuela, pero estamos abiertos a extender el impacto, de hecho, en lo que va del año ya llevamos ocho centros educativos.
¿Cuál es la respuesta de los estudiantes?
—Podemos decir que el 99,9% de los estudiantes salen muy satisfechos, nos indican que la actividad les generó mucho interés y que van a investigar más sobre las opciones, incluso nos piden ampliar más la actividad y poner más estaciones para conocer sobre todas las ingenierías. El objetivo de la actividad sí se cumple, les queda la semillita y entienden que son carreras que están en auge.
El proyecto no puede garantizar por sí solo que las chicas decidan estudiar ingenierías, pero sí quedan muy bien informadas sobre sus beneficios.
¿En los últimos años, han notado un crecimiento en la inserción de mujeres a las carreras de Ingeniería?
—En la Facultad de la UCR sí han ido subiendo las estadísticas, en el 2011 había un 28% de mujeres y para el año pasado se subió a un 31,5%. Estas cifras de primera entrada pueden parecer con poco cambio, pero definitivamente es un cambio que está en proceso e implica un mayor convencimiento de las mujeres por formarse en estas carreras.
Hay carreras en las que se ve más el avance, como en Ingeniería Eléctrica, donde incluso las mismas estudiantes notan una mayor presencia de mujeres. También en Ingeniería Mecánica o Civil, que es una de las que mejores porcentajes presenta. En estos momentos tenemos paridad en Ingeniería Química y hay muy buenos índices en Arquitectura, aunque en Informática y Topografía aún hay rezago.
En cuanto al desarrollo de proyectos, las mujeres se ven más empoderadas, se van soltando y agarrando confianza, toman un papel más representativo en proyectos que desarrollan al lado de compañeros, como uno que impulsaron estudiantes para quitarle la sal al agua de mar.
