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Profesor de la UCR lidera rescate arqueológico en Cartago

La excavación se encuentra en el Monumento Arqueológico Agua Caliente y estudia una aldea habitada a lo largo de seis siglos.

Un equipo encabezado por el antropólogo Felipe Sol, docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), realiza desde enero un rescate arqueológico en Agua Caliente de Cartago. Lo que en principio se creía un cementerio indígena ha resultado ser un sitio más complejo, con viviendas y distintas estructuras superpuestas que se habitó desde el 900 hasta 1569 de la era común.

El equipo de Sol está conformado por los arqueólogos Uri Salas, Yensy Salazar y Fabiola de la O, junto con los asistentes Randall Zúñiga y Gloriana de Jongh, además de decenas de peones. En el sitio han localizado semillas y huesos de animales que podrían ayudar a comprender la dieta de la población y sus diferencias entre estratos sociales en comparación con el cercano cacicazgo.

En conferencia de prensa, Sol explicó: “Hemos encontrado una enorme variedad de semillas, de restos de animales y de plantas que estamos investigando para saber más sobre la vida en la aldea. Por ejemplo: ¿qué tan diferentes eran las clases sociales? Si este sector era la periferia y no donde vivían los jefes, ¿era muy diferente la calidad de vida? Parece que no”. También destacó que conocer la dieta indígena permite entender la alimentación actual de los costarricenses.

El sitio abarca tanto estructuras habitacionales como funerarias. En este se puede encontrar enterramientos dentro de la misma casa, tradición que se realiza en distintos lugares del mundo, ejemplo de esto son los indígenas Maleku que lo realizaron hasta hace poco, según los investigadores. “Tenemos el basamento de una casa de unos 14 metros de diámetro, lo que indica que era una familia extensa, no nuclear. Tíos y abuelos podían vivir en la misma casa. Si excavamos más profundo, encontramos casas más antiguas, más pequeñas, que probablemente pertenecieron a familias nucleares. Esto sugiere que la comunidad fue creciendo”, detalló Sol. Este hallazgo apunta a la perdurabilidad de una aldea que se expandió con el tiempo y se adaptó a los cambios en la organización social y económica.

Entre los objetos hallados destacan piezas de cerámica y herramientas de piedra, incluyendo metates para moler semillas, cerámica policromada de origen chorotega e instrumentos cerámicos musicales. También se descubrió un petroglifo y una posible representación de un rostro enfermo, aunque aún está en estudio.

El proyecto es un “rescate” porque el sitio fue identificado durante los estudios preliminares para la construcción de un condominio. De acuerdo con la Ley Orgánica del Ambiente y la normativa de protección del patrimonio arqueológico, la desarrolladora debe financiar la excavación, mientras que el Museo Nacional de Costa Rica (MNCR) fiscaliza el proceso y resguarda los hallazgos. Este modelo de intervención busca garantizar la conservación del patrimonio sin frenar el desarrollo urbanístico.

“En este momento el desarrollador no puede hacer uso del terreno porque tiene que completar los estudios arqueológicos que son en dos etapas, primero se hace una evaluación que consiste en diagnosticar que es lo que hay en el terreno. En vista que estamos en un sector del Monumento Arqueológico Agua Caliente, de al menos de unas 200 hectáreas, él (Felipe Sol) tiene que terminar las obras y hacer todos los estudios. Estos estudios son contratados y pagados por el desarrollador del proyecto, tal como la legislación indica”, afirmó Grettel Monge,  jefa del Departamento de Antropología e Historia del MNCR, quien detalló que este proceso un informe final detallado del sitio que debe ser entregado a la Comisión Arqueológica Nacional.

Ifigenia Quintanilla, directora del MNCR, destacó en un comunicado que este rescate arqueológico “es un ejemplo de buenas prácticas”, por lo cual el Museo agradeció el interés en “la protección del legado precolombino, colonial y republicano”. Quintanilla pidió a “los entes competentes para que procuren asumir un mayor compromiso en el reconocimiento y salvaguarda de este patrimonio”.

Un parque arqueológico para los cartagineses

Según información de MNCR, en Agua Caliente de Cartago existió uno de los asentamientos precolombinos de mayor extensión y complejidad del país. Este cubría unas 200 hectáreas y estaba conformado por viviendas, cementerios, talleres y espacios ceremoniales de uso público. “Este complejo arquitectónico (el Monumento Arqueológico Agua Caliente) data entre el 700 al 1350 después de Cristo. No obstante, la ocupación se inició mucho antes, con pequeños caseríos desde el año 500 antes de Cristo”, explicó Monge.

El núcleo del monumento, de unas 10 hectáreas, ha estado bajo resguardo del MNCR desde la década de 1980 y se ubica cerca del sitio de excavación. En documentos de la encomienda de 1569, el área aparece mencionada como “Purapura” y se señalaba a Guarco como el cacique de este pueblo. Hoy, la zona es conocida como Cocorí.

Luis Sánchez, arqueólogo fiscalizador del MNCR, expresó que el sitio estaba a “solo una calle de distancia” del núcleo donde se concentraba el cacicazgo. “Estamos como a una distancia de 50 metros de la parte central de lo que fue la aldea precolombina que se componía de un conjunto de plataformas o basamentos donde había edificios residenciales y públicos”.

Es en ese espacio resguardado por el MNCR que se construirá un parque arqueológico, oficializado mediante el decreto N° 44819-C, publicado en La Gaceta el 6 de febrero. El proyecto inició en 2020 con ₡700 millones gestionados desde la Asamblea Legislativa. Se estima que beneficiará a unas 31.000 personas de comunidades cercanas. El parque incluirá tanto infraestructura que permita mantener exhibiciones permanentes y temporales que acerquen al público la colección arqueológica proveniente del monumento, como una exposición de elementos arquitectónicos precolombinos como lo son montículos y basamentos de la aldea. También se planea que tenga plazas públicas y una zona de restauración ecológica.

El MNCR reconoció el compromiso de los vecinos con la protección del Monumento Nacional Agua Caliente. Fueron ellos quienes alertaron sobre la venta del terreno a una desarrolladora y han vigilado el proyecto en la medida de sus posibilidades. “La comunidad de San Francisco está muy comprometida y nos mantiene informados de cualquier irregularidad”, señaló Sánchez, quién concluyó con un llamado a todos los costarricenses a un compromiso similar para preservar en conjunto los bienes arqueológicos que le pertenecen a la sociedad como colectivo.

 

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