Del 29 de abril al 3 de mayo del 2024, 1 000 estudiantes de primer ingreso a la Universidad de Costa Rica realizaron la prueba piloto sobre pensamiento crítico, una iniciativa de la Escuela de Estudios Generales (EEG), en conjunto con el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP). La prueba se efectúa porque dicha escuela ha detectado serias debilidades y limitaciones con las cuales el alumnado de secundaria ingresa a esta casa de enseñanza. En este 2024, la UCR recibió 10 242 estudiantes de primer ingreso, una cifra récord para la Universidad.
Tal como lo afirma el director de la EEG, Jairol Núñez Moya, “la Institución está recibiendo más estudiantes, pero esto no implica que ellos y ellas tengan las herramientas, capacidades, habilidades para asumir el trabajo universitario. Cada vez, es menor la disposición, la aptitud, y la actitud del estudiante para con el estudio. Está bien, recibimos más estudiantes, pero revisemos las condiciones en que nos llegan. ¿Qué condiciones están propiciando los centros educativos y el MEP para que haya logro académico universitario en estos estudiantes? No hemos medido en estos estudiantes de primer ingreso las herramientas que tienen para el aprendizaje. No es posible que recibamos estudiantes que no han hecho una exposición seria y formal en toda la secundaria”.
La Universidad ha desarrollado diferentes tipos de evaluaciones para sus alumnos de primer ingreso: pruebas de habilidades cuantitativas, unas que miden nivel del idioma inglés y otras de aptitudes para carreras específicas, entre otras. Pero, enfatiza Núñez, no se ha aplicado una herramienta que nos brinde un mapeo, una radiografía de la persona de nuevo ingreso, un dato duro más allá del valor cualitativo que siempre se le ha dado a las Humanidades.
Una prueba piloto para delinear el camino a seguir
Es necesario tener un dato duro sobre cómo está el pensamiento crítico en los estudiantes que recibimos. Hay que identificar qué estrategias pedagógicas debemos desarrollar para el abordaje y trabajo con estos miles de alumnos de primer ingreso, enfatiza Núñez.
Esta es la primera aplicación de la prueba, la cual proveerá datos para saber cómo proceder como institución e iniciar la implementación de algunas estrategias pedagógicas en el segundo semestre.
A finales del segundo semestre, se repetirá la prueba con los estudiantes que la realizaron a inicio de año, así como con las personas que no la hicieron. El objetivo es efectuar una comparación que aclare hasta dónde el primer año universitario, por medio de estrategias pedagógicas idóneas, posibilita la adquisición de algunas de esas herramientas ausentes en la persona de nuevo ingreso.
Núñez enfatiza que la Universidad no va a resolver las debilidades de 12 años de anterior escolaridad, pues no es un trabajo que le corresponda. “Pero sí que debe haber una preocupación seria por esas otras habilidades que, si bien no son las que el mercado demanda o ve de manera inmediata como necesarias, son las que hacen de un buen profesional un profesional exitoso”.
Esta prueba permitirá sondear los intereses del estudiante de nuevo ingreso, por ejemplo, para qué está ingresando a la Universidad y qué estrategias de estudio está desarrollando. Igualmente, posibilitará acercarse sensiblemente a las necesidades que tienen los alumnos.
Una medición de inicio y otra de salida del primer año de universidad, como esta que por primera vez se aplica en la UCR, tiene que impulsar un cambio, asegura Núñez. “Lo cual dejaría de manera cualitativa aún más claro el valor y el insumo que las Humanidades otorgan al estudiante que recibimos cada año y su peso en su futuro logro académico en la educación superior”.
Datos de acceso libre
Seis semanas después de la aplicación, una vez recopilados y procesados los datos de la primera prueba (a cargo del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR), se presentarán los hallazgos. Primero, se expondrán al personal docente de los grupos de estudiantes que efectuaron la prueba para que, durante un mes, analicen en conjunto los datos. Posteriormente, se convocará a una reunión general de las 170 personas docentes de la EEG, en la cual se explicará el proceso que sigue y los datos encontrados.
“Esos dos momentos de análisis posibilitarán sensibilizar y generar conciencia sobre la realidad de los jóvenes que está recibiendo cada año la EEG, sustentándolo desde el dato duro”. Según Núñez, todo esto permitirá brindar recomendaciones, tanto a lo interno de la EEG como a lo externo, ya sea en la misma UCR e incluso para la toma de decisiones en el MEP.