797 estudiantes de Medicina de los ocho centros educativos acreditados en el país realizarán este lunes la segunda prueba extranjera contratada por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para asignar sus plazas de internado, un proceso que –un año después de su aprobación- sigue causando roncha en la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La CCSS anunció hoy que aplicará la prueba nuevamente la próxima semana, ejecutada por el International Foundations of Medicine (IFOM) como en 2016; algo que desde entonces causó molestia por la utilización de parámetros externos para evaluar la habilidad médica de estudiantes costarricenses.
Para la directora de Medicina de la UCR, Lisbeth Salazar, el problema sigue vigente; sin embargo, reconoció que la Sala IV confirmó la potestad de la CCSS para realizar la contratación y que la casa de enseñanza debe respetar dichas instrucciones.
No obstante, enfatizó que –desde su punto de vista- existen las condiciones en Costa Rica para realizar estas pruebas de una manera más apta para su propio contexto, algo que no contempló el ente rector de la seguridad social costarricense en su decisión.
“Nosotros no estamos de acuerdo en que una compañía extranjera venga a valorar estudiantes de Medicina en Costa Rica, ellos no saben cómo se forma a los estudiantes, ni su contexto”, señaló la funcionaria.
“Es una compañía que ni siquiera tiene oficinas de representación aquí. Todo estaba mal y sigue estando mal, pero es una decisión apoyada por la Sala VI”, puntualizó.
En total, la prueba cuenta con 160 preguntas, dura cuatro horas y este año tendrá una nota mínima de 411 para su aprobación, algo que solamente no pudo ser superado por uno de los alumnos de la UCR en el año pasado.
Por esta situación, Salazar subrayó que ante la imposibilidad de evadir la “imposición” de la CCSS, el mejor remedio es afrontar la prueba con la calidad de los estudiantes que dirige, algo que –según planteó- quedó comprobado desde el año pasado.
Este año, el examen se realizará en las instalaciones del Centro de Desarrollo Estratégico en Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss), así como los hospitales San Juan de Dios, Calderón Guardia, Nacional de Niños, Nacional de Geriatría y Gerontología y San Vicente de Paul.
Para María Eugenia Villalta Bonilla, gerente médica de la CCSS, servirá para “probar la calidad técnica para la seguridad de los pacientes”. “Es el segundo año que lo aplicaremos y de acuerdo a los resultados se estarán distribuyendo los campos clínicos que son responsabilidad de la institución”.
Aspectos legales
En 2016, la Sala Constitucional confirmó la potestad de la CCSS para asignar la aplicación de la prueba a un ente internacional, algo que hasta ese entonces realizaba el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss).
Desde entonces la prueba se asignó al IFOM, con experiencia en países como Argentina, Paraguay, Brasil, Chile y Panamá.
Sobre esta decisión, Salazar subrayó que “ya existe el aval a la Caja para que pueden usar ese examen” y para que “contraten a la compañía que quieran”, punto que es imposible de rebatir a pesar de puntos negativos como que la empresa ejecutora cobra por el examen y no recibe apelaciones, sino sólo realiza aclaraciones.
Al respecto, señaló que “desde la UCR hay exámenes de alta consecuencia, como se conocen este tipo de exámenes y que en el país hay personal capacitadas para hacerlas, pero la Caja tiene la potestad de contratar a cualquiera”.
“Nosotros, obedientemente, tenemos que aceptar el mandato de la Sala IV. Ellos dicen que se tiene que hacer el examen y que ese examen la Caja tiene la potestad de contratarlo a cualquier compañía”, concluyó.
La prueba para internado se aplica a todos los estudiantes de último año de la carrera, los cuales deben hacer su práctica rotatoria en los hospitales nacionales.
Además de la UCR, las siete restantes universidades acreditadas son la Latina, UCIMED, UIA, UNIBE, UH, San Judas Tadeo y UACA.
Sobre la medición de las notas, la CCSS ha garantizado que su intención no es “evaluar la calidad de la formación”, sino certificar que los estudiantes “cuenten con los conocimientos básicos que debe tener una persona de último año de la carrera de medicina”.
En cuanto a los programas de cada Universidad y los campos docentes de la UCR, Salazar recalcó que finalmente “eso no fue tocado”, por lo que el “programa académico” sigue aplicándose de la misma manera que antes de la intervención extranjera.
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