Universitarias

Pequeños universitarios: la doble tarea de cursar una carrera con un bebé en brazos

Tanto Fabián Barrantes como Angie Mateus se enteraron de algo inesperado justo antes de convertirse en estudiantes universitarios de primer ingreso

Tanto Fabián Barrantes como Angie Mateus se enteraron de algo inesperado justo antes de convertirse en estudiantes universitarios de primer ingreso: iban a ser padres.

Impulsados por el deseo de superación, ambos se propusieron darles la noticia a sus padres, quienes vieron esto como otro motivo para ayudar a sus hijos a culminar su carrera.

Puede que Angie y Fabián nunca lleguen a conocerse, pero ambos tienen historias en común con los jóvenes que se enfrentan a la doble tarea de graduarse como padres y madres antes de obtener su título de grado académico.

La experiencia que ambos compartieron con UNIVERSIDAD brinda una pincelada de la realidad a la que se enfrentan muchos jóvenes universitarios.


La Universidad de Costa Rica ofrece opciones de cuido para los hijos de sus estudiantes que lo requieran.

Fabián Barrantes es estudiante de Comunicación Colectiva. Se dedicó a cuidar a Nacho, su hijo, hasta que este cumplió los dos años y medio de edad.

Su ingreso a la Universidad de Costa Rica implicó trasladarse con su hijo desde el ambiente cálido y húmedo de Pérez Zeledón a un clima más frío en la Gran Área Metropolitana. Luego de la mudanza, Nacho desarrolló su primer cuadro de asma.

“La primera semana que estuvo en la U se enfermó, le dio calentura y se me vomitó en el pretil”, recuerda Barrantes.

En sus primeros años de carrera, Fabián tuvo que buscar la forma de pagar la consulta médica y enfrentar los otros costos que implicaba la crianza de su hijo.

Comenzó a presentarse en entrevistas laborales y buscar algún trabajo que le permitiera alivianar la carga económica, hasta que finalmente consiguió horas estudiante en el Canal UCR donde trabajaba con su hijo en brazos.

Incluso trabajando en el ambiente universitario, las barreras de género se hacían evidentes.

“Tenía que cambiar a Nacho en el baño porque no había dónde, una vez me dijeron que no podía usar el cambiador porque estaba en el baño de mujeres. Ni siquiera sabía que en la U había cambiadores”, cuenta el estudiante.

Entre los malabares de entregar a tiempo el trabajo, terminar los proyectos de sus cursos universitarios y estar atento a sus labores de padre, las horas de sueño quedaban como última prioridad y los semestres no parecían alcanzar.
“Llevo seis años estudiando en la Universidad, ya estoy en el último semestre pero me ha faltado tiempo para terminar la carrera”, dice el comunicador.

La meta de Fabián luego de la graduación es estudiar fuera del país, sueño que ha meditado si merece la pena cumplir, pues implicaría alejarse de su hijo mientras culmina sus estudios en otra región del mundo.

“Me encontré un lugar donde puedo estudiar dos cuatris y venirme con algo bastante técnico, pero ¿cómo voy a estar ocho meses sin ver a Nacho? Luego llego y es otro mae. Pero mi mamá dice que tengo que hacerlo por él”, explica Barrantes.

El apoyo de sus padres para el cuido de su hijo es algo que Fabián comparte con Angie, también estudiante de la Universidad de Costa Rica. Ella resolvió, con el apoyo de sus padres, dejar a su hijo Matías al cuidado de su padre (el abuelo de Matías), cuando tiene que ir a estudiar.

Angie estudia en la Escuela de Medicina, carrera a la que ingresó luego de enterarse que estaba embarazada. A pesar de que en su primer año, a diferencia de Fabián, sí utilizó la Casa Infantil Universitaria, su situación estaba muy lejos de ser una sencilla.

La Casa Infantil Universitaria (CIU) es un centro de cuido integral para los hijos de estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) con una situación familiar, social o económica, que les dificulte atender a sus hijos o hijas mientras realizan actividades académicas.

En su primer semestre a Angie le cedieron en el CIU un máximo de 15 horas en las que podían cuidar a su hijo, las cuales apenas le alcanzaban para los primeros dos días de la semana. Los otros tres días, Angie debía buscar apoyo para el cuido de Matías.

Se alternó entre la ayuda de su padre y el pago de una guardería hasta que paulatinamente se pasó de lleno al pago de atención privada cuando sus horarios de clase no eran más compatibles con los horarios del CIU.

Otro obstáculo se hacía claro en el sistema de transporte. Según la valoración general del último reporte del Estado de la Nación, actualmente persiste la ineficiencia del sistema de transporte público, razón por la que muchos costarricenses optan por viajar en carro.

Estas dificultades en el uso de trenes y autobuses incrementa cuando debe cargarse un niño en brazos; y Angie debía viajar todos los días desde Heredia hasta San Pedro con Matías.

“Producto de esta situación perdí un curso en el segundo semestre, entonces me atrasé un año completo”, comenta la estudiante.

En la carrera de Medicina, cada curso que pierde el estudiante en un semestre significa un atraso de un año completo y, según cuenta Angie, todas las madres estudiantes de esta carrera que ella conoce han perdido al menos una materia.

Ante esta situación, el Centro de Asesoría y Servicios a Estudiantes (CASE) de la Oficina de Orientación (ORI) de la UCR puede ofrecer el apoyo para garantizar la igualdad de oportunidades a toda la comunidad estudiantil.

Sin embargo, cuando Angie se acercó al CASE de su Escuela para solicitar apoyo con el bloque académico de medicina, le dijeron que mejor contemplara otras opciones académicas.

“Cuando yo estaba en segundo año fuimos a pedir ayuda al CASE para dividir las materias del bloque en dos semestres y nos dijeron que era mejor que valoráramos cambiarnos de carrera, porque en la Escuela de Medicina ese tipo de cosas son muy complicadas”, explicó.

Otro inconveniente se presentó a la hora de la lactancia, con su hijo o sin él, Angie debía evitar la acumulación de la leche en sus pechos pues eventualmente esto podría causarle una mastitis.

La mastitis sucede cuando los tejidos de los pechos se inflaman, lo que puede causarle dolor a la madre por la acumulación de leche o congestión mamaria.

El problema es que encontrar una sala de lactancia en el campus no era tan sencillo para Angie. Mucho menos cuando en un lapso de 10 minutos debía atravesar la sede para cambiar de clase; por lo que recurría a posiciones incómodas en los baños universitarios para sacar la leche y evitar las dañinas acumulaciones.

La Universidad de Costa Rica (UCR), consciente de historias como las de Fabián y Angie, inauguró en el 2015 una sala de lactancia ubicada en las instalaciones del Programa de Educación y Atención Nutricional Universitario (Preanu-UCR) de la Escuela de Nutrición, donde las madres pueden realizar la extracción de la leche y guardarla bajo refrigeración en un espacio destinado exclusivamente para almacenarla.

Además, la institución ha hecho un esfuerzo interdisciplinario por ofrecer distintos recursos para el beneficio de padres y madres de la UCR.

Recursos universitarios

Desde la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE), la Oficina de Orientación (ORI) ofrece los servicios de la Casa Infantil Universitaria (CIU), ubicada de la entrada principal del Barrio La Granja, al costado Sur del Banco Cathay.

Funciona como un centro de atención integral para estudiantes con hijos menores de cuatro  años. Dentro de sus servicios integra el cuido de los niños, orientación psicológica, académica y en salud para los universitarios y espacios para la estancia del estudiante.

Trabaja con un horario de lunes a viernes de 6:30 a.m. a 5:30 p.m. Los estudiantes tienen tiempo hasta las 5:20 p.m. para retirar al niño, por lo que es necesario que su última clase antes de recogerlo termine a las 4:50 p.m. de la tarde.

Para hacer uso de la CIU la madre o el padre debe ser estudiante activo en el ciclo en el que va a utilizar el servicio, pues la solicitud debe realizarla con el inicio de cada ciclo lectivo. Además, debe ser el apoderado legal del niño o la niña.

También se solicita un aporte solidario que se aplica con un porcentaje de exoneración dependiendo de la categoría de beca del estudiante. Mientras que aquellos con beca 5 pagan ₡80 por hora utilizada, a los estudiantes sin beca se les cobra ₡800 la hora.

“Este aporte se utiliza para comprar material educativo para los niños, entre otros servicios de la casa”, explica Milagros Jaime Arteaga, jefa de la CIU.

Otro servicio que ofrece la Universidad es el curso de preparación para la lactancia materna y alimentación del bebé durante el primer año de vida, impartido por Lilliam Marín, enfermera y máster en nutrición humana.

El propósito de este curso es brindar conocimientos sobre alimentación y desarrollo en el primer año de vida que promuevan la salud y bienestar de los niños y las niñas. Va dirigido a futuros padres, abuelos, padres con niños pequeños y cuidadoras de niños y les brinda la oportunidad de que asistan a la clase con su hijo.

Tiene una duración de seis sesiones, los viernes de 9:00 a.m. a 12:00 md. y se imparte en la sala 1 del salón de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar en Tres Ríos de Cartago.

Dentro de sus contenidos el curso abarca la composición de la leche humana y los beneficios de la lactancia materna, el proceso de lactancia materna (anatomía, fisiología y posiciones), extracción y conservación de la leche materna, alimentación de la madre durante la lactancia, situaciones especiales durante la lactancia, introducción de alimentos en los niños y estimulación temprana del niño durante el primer año de vida.

Por otro lado, la Escuela de Nutrición provee de una sala para la lactancia en las instalaciones del Preanu-UCR con un horario de 7:30 a.m. a 4:30 p.m.

Finalmente, la Oficina de Bienestar y Salud (OBS) ofrece el Curso de Preparación Integral para el embarazo, parto y posparto para estudiantes, funcionarios y la familia gestante que acompaña a este integrante de la comunidad universitaria, ya sea de la Rodrigo Facio o de cualquier otra sede.

El curso lo coordina el equipo de Enfermería en conjunto con Promoción de la Salud con el objetivo de brindar un proceso de formación integral a la mujer como gestante, a su familia y posteriormente a la salud del bebé.

Se divide en tres etapas. La primera es sobre cuidados durante el embarazo donde se cubren cambios físicos y emocionales, así como la alimentación saludable, actividad física y salud bucodental durante el embarazo.

La segunda es la adaptación al proceso de ser padre o madre desde la noticia; y en la tercera parte se trabaja el rol de la maternidad o paternidad, donde se educa sobre la crianza y la prevención de la depresión postparto.

También ofrecen la consulta prenatal, yoga prenatal, exámenes y pruebas de laboratorio, lecciones para el cuidado de la espalda, taller de apoyo durante la labor de parto (al que puede asistir con su pareja) y clases de labor de parto impartidas por un obstetra del Hospital México.

Luego se incluye el cuidado del recién nacido, clases sobre la importancia de la lactancia materna, estimulación oportuna para el desarrollo motor del bebé hasta los seis años y yoga postparto.

“Se fomenta que la madre inscrita traiga a la persona que se va a ocupar de cuidar a su bebé o a su pareja. Incluso hemos recibido a abuelitos o abuelitas de la mamá. Buscamos que sea alguien que tenga una función de apoyo o soporte durante el proceso”, aclara Alejandra Marín, enfermera del equipo coordinador.

El curso se desarrolla en un lapso de once sesiones los miércoles de 1:00 p.m. a 5:00 p.m. La oficina lo ofrece dos veces al año.

La inscripción se realiza a través de un formulario en línea que se puede solicitar al correo  [email protected]

La enfermera solicita que el formulario lo llenen mujeres que puedan aprovechar todo el curso, pues la OBS recomienda que los interesados asistan al curso completo.

“Sí nos ha pasado de chicas que cinco meses de la fecha del nacimiento del bebé nos contactan, entonces hacemos un acuerdo de que llevan una segunda parte del curso del primer semestre y completan el curso en el segundo semestre”, explica Marín.

Para el próximo año la inscripción comenzará el 1ro de marzo para el primer semestre; el curso se impartirá del 21 de marzo al 27 de junio.

En el segundo semestre la matrícula se realizará a partir del 24 de julio y se imparte del 22 de agosto al 14 de noviembre.

El curso es un servicio completamente gratuito pero tiene cupo limitado de 30 estudiantes, por lo que se les da prioridad a mujeres que ya estén en el proceso de embarazo y a sus familias.

 

 

 

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