Este jueves por la mañana, el Consejo Universitario decidió adjudicar el edificio anexo a la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, así lo informó la decana de la Facultad de Bellas Artes, María Clara Vargas.
A las afueras del Edificio de Rectoría, cerca de 35 estudiantes, profesores y administrativos de la Escuela de Música, acompañados por una cimarrona, hicieron una protesta musical para así presionar al Consejo y exigir un edificio nuevo que evitaría – entre muchas cosas – el hacinamiento que sufre actualmente la unidad académica.
De acuerdo con el director de la Escuela de Artes Musicales, Federico Molina, la manifestación musical de este jueves se realizó debido al temor de los profesores y el estudiantado de que el proyecto no se concretara, pues el plazo para la utilización del empréstito con el Banco Mundial ya está finalizando.
“La idea era reforzar en las autoridades del Consejo Universitario la necesidad imperativa de contar con el edificio anexo a la Escuela de Artes Musicales. Un proyecto de los que se está tramitando con el Banco Mundial. Es un trabajo que tiene alrededor de tres años. En cierto momento tuvimos la incertidumbre de que entrara en peligro. Fuimos ante las autoridades con una manera musical. Estamos muy agradecidos con los miembros del Consejo”, señaló Molina.
Pese a que el diseño de los planos inició hace tres años, varios cuestionamientos surgieron alrededor de la construcción.
Molina indicó que una de las preocupaciones por el nuevo edificio derivaron en la pérdida del mural hecho por el artista plástico Miguel Casafont, el cuál se ubica en el frente de la Escuela. Sin embargo, se prevé que la nueva construcción no afecte la obra de arte.
“Desde la misma Administración, el mismo rector don Henning Jensen, pensó que en un futuro se pueda hacer una plazoleta entre los dos edificios para así contemplar la obra. La Escuela también se compromete en colaborar para el remozamiento de la obra pues al estar expuesta también ha sido afectada por las condiciones climáticas”, explicó el director.
La otra preocupación radica en que el Campus se está llenando de edificios.
Según la decana de Bellas Artes, el edificio en algún momento dio abasto; sin embargo, ahora es insuficiente para los más de 1.000 estudiantes que forman parte de algún programa de la Escuela.
“En general, la Facultad de Bellas Artes tiene un gran problema de infraestructura porque son edificios muy viejos y la cantidad de estudiantes ha aumentado. En el caso específico de música, es un edificio que se construyó en la década de los setenta para poca cantidad de estudiantes y el mismo edificio ahora alberga una Escuela Universitaria, Etapa Básica, cursos libres, etc”, aseveró Vargas.
Actualmente, la Escuela de Música de la UCR cuenta con pocos espacios para ensayo y cubículos de estudio. Además, hay interferencia de sonido de un lugar a otro que impide que el aprendizaje se pueda dar de la mejor manera.
Uno de los manifestantes fue el flautista, Abraham Azofeifa, quien aseguró que el nuevo edificio es una necesidad para los estudiantes de Música.
“El nuevo edificio va a abrir más espacio para promover la música en Costa Rica. Además este edificio sería un foco para albergar más estudiantes”, indicó Azofeifa.
Se espera que la Contraloría General de la República dé el visto bueno en los próximos días y así iniciar la construcción este año con el objetivo de que sea inaugurado en 2019.
