Universitarias Día Internacional de la Mujer

Mujeres siguen ganando menos que hombres en trabajos iguales

Disparidad salarial en un mismo puesto e iguales labores entre hombres y mujeres es del 27%.

En Costa Rica la participación de las mujeres en el mercado laboral es del 47%, mientras que el 75% de los hombres están insertos. Pero esto no garantiza que solamente esas mujeres trabajan, sino que las tasas de informalidad, desempleo y subempleo son lideradas por ellas.

En el marco del Día Internacional de la Mujer se hace necesario que el país avance con mayor rapidez en la búsqueda de alternativas que equiparen las oportunidades para este sector de la población.

Esta situación está vinculada con la sobrecarga de las labores de crianza, cuido de terceras personas y atención del hogar que recaen sobre las mujeres, por lo cual se ven obligadas a hacer trabajos en el sector informal o por horas.

De acuerdo con la última encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el tiempo que dedican las mujeres a labores del hogar es de 36 horas semanales en promedio, mientras que los hombres solamente dedican 13 horas.

“Esto indica que la carga del trabajo doméstico y cuidados constituye un obstáculo enorme para su incorporación al mercado laboral en condición de igualdad respecto de los hombres. Eso a pesar de que las mujeres estudiamos más años y hay una mayor cantidad de profesionales femeninas que se gradúan de las universidades”, explicó Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer.

Y para aquellas que sí están incorporadas al mercado formal, las condiciones también son desiguales. La brecha salarial ronda el 27% y los puestos de dirección están ocupados en su mayoría por hombres, lo cual se relaciona también con la doble jornada que tienen que realizar las mujeres.

Ana Helena Badilla, de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujer), explicó que a pesar de que cada vez hay más mujeres que se han incorporado al mercado de trabajo, la carga de las funciones domésticas y los cuidados no remunerados generan una situación de vulnerabilidad para las mujeres, quienes ven limitadas sus oportunidades.

Según Badilla, sí hay avances en términos de educación y salud, pero la desigualdad sigue en el área económica. Hay brechas en la participación laboral y de remuneración, porque las mujeres tienen una tasa de desempleo superior y menos oportunidades para ocupar puestos de liderazgo. Por lo tanto, no aplica la afirmación de que, a mayor educación, mayor incorporación a la economía.

Por su parte, Carmen Moreno, directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la región centroamericana, detalló, en el marco del lanzamiento del programa Ganar-Ganar -iniciativa para fomentar la igualdad a lo interno de las empresas-, que la diferencia en salarios es una de las formas más obvias de discriminación. Además dijo que el progreso en la reducción de esta brecha es lento y corresponde a factores vinculados con elecciones educativas, experiencia, horas que pueden destinar las mujeres al trabajo remunerado y las responsabilidades del cuido.

“Persiste la segregación horizontal, las mujeres continúan ocupando tareas que son tradicionalmente asignadas a ellas y que están concentradas en sectores de baja productividad. A pesar de tener mayores niveles de educación, el talento no es lo suficientemente aprovechado”, señaló Moreno.

La representante de la OIT indicó que muchas mujeres piensan en el autoempleo y el emprendimiento, pero la mayoría se ubican en el sector informal. Situaciones que no son exclusivas de Costa Rica, sino que es una constante para las mujeres de Centroamérica y, en general, Latinoamérica.

Este panorama ha puesto un enorme desafío a los Gobiernos, organizaciones no gubernamentales y sector privado, tomando en cuenta que las estadísticas internacionales planteadas por ONU Mujer demuestran que si se cierran las brechas de género se podría incrementar el Producto Interno Bruto en un 14% y que las compañías con más mujeres en puestos de dirección y en sus juntas directivas presentan mayores rendimientos.


“La violencia de género es una emergencia nacional”, Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta del Inamu

El mundo conmemora una vez más el Día Internacional de la Mujer, una fecha que no tiene nada que ver con celebraciones, sino con una reivindicación de los derechos de las mujeres, de la necesidad de mayores oportunidades, de acciones concretas para la equidad y de una línea de los países para erradicar la violencia en todas sus formas.

UNIVERSIDAD conversó con la ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Patricia Mora, para conocer cuál es la situación que enfrenta Costa Rica. Pues frente a una realidad que atañe a todas las sociedades del mundo, está la búsqueda de la igualdad de género para lograr un mundo más justo y equilibrado.

¿Cuál es la situación de Costa Rica en materia de desigualdad?

–Empecemos por la realidad más cruda. Los indicadores de violencia contra las mujeres nos han mostrado un panorama tan oscuro que, el 14 de agosto del año pasado, el Presidente de la República, Carlos Alvarado y mi persona firmamos un decreto de emergencia. Ese fue un acto sin precedentes en América Latina.

Se trata de un país que se detiene y establece que hay una epidemia, porque no se trata de un problema solamente del Inamu o de las organizaciones que protegen los derechos de las mujeres, sino que es un asunto país.

Con este decreto podemos articular todos los esfuerzos de la institucionalidad pública, desde el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno, hasta las políticas, estrategias y planes anuales operativos, de manera que todos incluyan el tema de igualdad de género.

¿Ve posible un cambio de consciencia en el tema de violencia de género?

–Podemos soñar, hemos sido un país que ha apostado a alcanzar lo impensable. Tenemos que llegar a las primeras generaciones, a los niños y niñas de primera infancia y enseñarles a vivir con dignidad, respetando a quienes tienen a su lado, trabajando en el empoderamiento de las niñas y en el desarrollo de nuevas masculinidades, sin atisbos de discriminación, xenofobia o violencia.

Recientemente han tomado fuerza una serie de denuncias de abuso y acoso sexual. Pareciera que las mujeres están apostando por hablar, por contar lo que les ha sucedido. ¿Qué valoración hace el Inamu sobre el tema?

–Está claro que hoy existe una mayor sensibilidad y convicción de que las mujeres no podemos seguir siendo abusadas, acosadas y sintiéndonos inseguras en los espacios públicos. No podemos seguir siendo las víctimas de conductas que no estamos dispuestas a callar.

Lo más importante es entender que hay que brindarle apoyo a aquellas mujeres que se deciden a denunciar, pues el mismo sistema en ocasiones cuestiona a quienes presentan sus casos y hay una naturalización en la sociedad de la violencia.

De hecho, de cada 100 denuncias que se presentan 85 son desestimadas por diversas causas. Por ello, es esencial unirnos y saludar a esas valientes que rompieron el silencio y que están abriendo caminos para otras.

¿Qué se hace desde el Gobierno para reducir las brechas de género?

–En el marco de la brecha salarial, presentamos una propuesta para que se sancione a las empresas que por un igual trabajo paguen menos a las mujeres, pues actualmente está prohibido, pero no establece sanción.

Trabajamos en el empoderamiento y capacitación de mujeres en todo el país. Iniciamos una serie de talleres con asociaciones de trabajadoras domésticas, estamos en proceso de pelear por licencias de paternidad para una mayor corresponsabilidad de los cuidados.

Tenemos muchas iniciativas en el campo de derechos sexuales y reproductivos. Presentamos tres modestas iniciativas parlamentarias relacionados con el impuesto rosa, que implica una diferencia de precios entre artículos para hombres y mujeres, la eliminación del Código de Trabajo de un artículo que prohíbe el trabajo nocturno de las mujeres y otro que establezca sanciones por las brechas salariales en el trabajo.


 

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