Universitarias

Mujeres docentes de la UCR ganan menos que los hombres, según modelo hecho por profesores

 Se analizaron las diferencias de la estructura salarial por género, sector y condición laboral, que concluyen que las trabajadoras en el área administrativa de la UCR tienen mayores espacios de crecimiento salarial, aunque hay estereotipos sobre las labores que deben ser asumidas por hombres y mujeres.

Las mujeres docentes que laboran en la Universidad de Costa Rica (UCR) reciben un salario menor que los hombres que realizan esa misma labor, según un modelo matemático que analizó las diferencias de la estructura salarial por género, sector y condición laboral en la institución.

La propuesta fue presentada ante la Comisión Técnica de Diagnóstico Salarial por Eugenia Gallardo Allen, docente de la Escuela de Estadística, y Mauricio Molina Delgado de la Escuela de Filosofía, quienes estiman que esta desigualdad deberá ser considerada si se pretende establecer un nuevo esquema salarial.

“Hay que pensar si, por ejemplo, en el sector docente se deben generar acciones afirmativas para que las mujeres no tengan esas diferencias”, expuso Gallardo.

“Con estos datos esperamos que la nueva propuesta de modelo salarial incluya acciones que vayan a cerrar esas brechas salariales, como algunas acciones en el régimen académico y en el sistema de méritos de la UCR”, Eugenia Gallardo Allen.

A diferencia de la serie de propuestas que se han planteado desde diversos sectores hacia la Comisión Técnica de Diagnóstico Salarial, este estudio llega para contribuir a otras propuestas, ya que desde la visión de ambos investigadores estos datos pueden servir para identificar los problemas.

Cabe recordar que esta Comisión deberá presentar varios modelos salariales en agosto, con el fin de elaborar una propuesta final de estructura salarial dentro de la UCR, en la cual se eliminen las desigualdades internas en las remuneraciones.

La primera versión de esta investigación se nutrió de la planilla de salarios de agosto de 2020, mientras que para el segundo análisis se utilizó la de noviembre del mismo año con base en datos obtenidos de la Oficina de Recursos Humanos de la UCR.

Para hallar el promedio de salario general los investigadores convirtieron los salarios a tiempos completos, puesto que en la Universidad se contratan personas docentes por jornadas de tres cuartos, medio y hasta cuarto de tiempo. Este proceso lo realizaron al calcular lo que es el equivalente a la jornada completa de cada plaza.

 Brecha hombres-mujeres

 Las diferencias empiezan cuando la comparación se realiza entre hombres y mujeres asalariadas dentro de la institución, y se promedian las remuneraciones entre administrativos y académicos. Los varones representan el 54% del personal universitario y reciben un salario bruto promedio de ₡1.029.591, en contraposición con las mujeres que alcanzan remuneraciones de ₡998.662, lo que implica una diferencia promedio de ₡30.929 a favor de los primeros, respectivamente.

Pero es en el sector de la docencia donde el sueldo promedio que recibe la población masculina supera al de la femenina, un fenómeno denominado por los investigadores como un “efecto de interacción” entre el género y el sector de la persona funcionaria.

Las mujeres docentes en la UCR reciben en promedio ₡99.635 menos de salario bruto mensual que los hombres, por alguna de las tres variables analizadas (género, condición laboral y sector). En un gráfico creado por los investigadores, los salarios masculinos en docencia muestran una tendencia superior a ₡1.250.000, mientras que, en el caso de las mujeres, las remuneraciones están por debajo de esa media.

“Lo que ocurre es un patrón que se invierte, a nivel administrativo hay mejores salarios para las mujeres, pero a nivel de docencia son dados a los hombres”, explicó el director de la Escuela de Filosofía.

El modelo encontró que las mujeres en el área administrativa ganan más que los hombres. El ser mujer y administrativa marca una diferencia salarial a su favor de ₡256.373.

Por ejemplo, los puestos profesionales como jefaturas administrativas son ejercidos por la población femenina, lo cual culturalmente es aceptado en la UCR, pero no sucede lo mismo con las áreas de mantenimiento y seguridad, que suelen asociarse con estereotipos masculinos y son mayoritariamente ejercidos por varones.

En este caso, se puede apreciar la existencia de un “crecimiento salarial ligado a los estereotipos sobre las labores que deben ser asumidas por hombres y mujeres”, indica el documento.

“De forma sutil en el sector administrativo existen una serie de valoraciones que favorecen a que ciertas labores estereotípicamente relacionadas con un género sean más valoradas que otras”, detalló Mauricio Molina.

Molina citó de ejemplo una ocasión en la que participó por una plaza para una asistencia administrativa y como la tendencia era nombrar a mujeres en ese puesto, no se le consideró, argumentó.

Otras diferencias salariales

Otros hallazgos del modelo fueron las diferencias salariales a favor de las personas administrativas frente a las docentes, como muestra el análisis hecho con base en la planilla de agosto de 2020 (11.774 empleados), en la cual se muestra que el 60% del personal docente (7.100) percibe un salario bruto promedio de ₡858.151, mientras que el administrativo tiene un sueldo promedio de ₡1.253.965.

Esas desigualdades son más notorias entre las personas en condición de interinidad y las que están propiedad, puesto que el 60% de las personas interinas reciben un ingreso promedio de ₡644.899, en tanto que las propietarias perciben un salario promedio de ₡1.587.991. Esto implica que la condición de interinazgo produce que en promedio la remuneración disminuya en ₡1.012.231, respecto a las plazas en propiedad.

La formulación del modelo

Para procesar los factores asociados a los salarios del personal de la UCR, los investigadores realizaron un “modelo de regresión múltiple” que permite analizar como aspectos de un fenómeno influyen en otro, aunque no necesariamente desde la causalidad.

En el modelo se incluyeron las variables independientes de género (1. Mujer, 0. Hombre), condición laboral (1. interino, 0. propietario), sector al que pertenece el o la funcionaria (1. Administrativo, 0. Docente)

“Es un modelo estadístico en el cual se quiere explicar una variable dependiente, en este caso el salario, de acuerdo con otras variables independientes”, expresó Molina.

Para ambos investigadores es importante que la Universidad tome decisiones respaldadas en datos, aunque afirman que “hay una deficiencia para acceder a ellos”. Además, concluyeron que este tipo de análisis debería hacerse anualmente para ver cómo va cambiando la situación conforme a las medidas que se implementen.

 

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