Universitarias

Mejores cuatro promedios de admisión de la UCR son aficionados a las ciencias y a la lectura

De los 20 estudiantes con las mejores notas, 11 son egresados de colegios privados y 9 se graduaron de colegios públicos.

Carlos Carvajal Calderón, Katherine Abarca Corrales, Diego Fallas Paniagua y Laura Rodríguez Fernández fueron los estudiantes que obtuvieron las calificaciones más altas en la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Ellos cuatro tienen en común un interés por las ciencias, lo que los llevó a escoger carreras de esa área o relacionadas con la misma; además, son aficionados a la lectura y a las matemáticas, lo que sienten que les ayudó a resolver de forma sobresaliente el examen de admisión.

Carlos Carvajal, graduado del Colegio Los Ángeles, fue quien obtuvo la mejor nota, 800 puntos, puntaje más alto que se puede conseguir en la prueba. Él ingresó a la carrera de Física en la UCR, además de que se encuentra estudiando Ingeniería Física en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), y tiene aspiraciones de estudiar Astrofísica en el extranjero.

Ana Infante, su abuela, comentó que ella está muy contenta y orgullosa del resultado de Carlos en el examen, aunque nunca esperaron que tuviera una calificación de 800, sí sabían que tendría una buena nota. Ella siente que lo que lo diferencia del resto de estudiantes es la preparación que tuvo en razonamiento lógico matemático y verbal. Esto lo afirma porque Carlos es asperger, lo que a veces le dificulta resolver los ejercicios, especialmente los de comprensión lectora.

Infante reconoce que su nieto es muy inteligente y que la educación que recibió en el área de matemática lo ayudó mucho en el proceso de admisión y esperan que continúe así en la Universidad.

Carlos comentó que desde pequeño tiene un enorme interés por la vida en el espacio y por comprender cómo funcionan las cosas, por eso escogió la carrera de física. Además de las ciencias, le gusta la música, leer y las matemáticas, “me gusta tocar guitarra, estudié en una academia de guitarra, también tengo una organeta y sé leer partituras. También leo bastante, no solo sobre el espacio, sino también de mitología”, comentó Carvajal.

Carlos agradece mucho el apoyo que recibió de su familia y de sus profesores del colegio, ya que siente que el éxito que tuvo se los debe a ellos, quienes lo ayudaron a prepararse para el examen y a afrontar las dificultades que tuvo.

Katherine Abarca Corrales fue el segundo mejor promedio de admisión. (Foto: cortesía de Katherine Abarca).

Otra historia de retos es la de Katherine Abarca, egresada del Colegio La Salle, quien obtuvo la segunda nota de admisión más alta, su resultado fue de 794,76. Ella mencionó que nunca esperó tener una calificación tan alta, menos considerando que cursó su último año en el colegio de forma virtual y para ella el proceso de admisión estuvo marcado por una gran incertidumbre.

“Me gusta tocar guitarra, estudié en una academia de guitarra, también tengo una organeta y sé leer partituras. También leo bastante, no solo sobre el espacio, sino también de mitología”, Carlos Carvajal, primer promedio de admisión.

Abarca cree que el éxito en el examen de admisión más allá de cursos y el acompañamiento que le dieron en su colegio, era su constancia en la práctica para sentirse familiarizada con los ejercicios, segura y calmada a la hora de hacer el examen.

Katherine comentó que, entre sus intereses están las ciencias, gusto que se manifestó desde que era muy pequeña, y la lectura. Aunque, principalmente, siente que la diferencia es su vocación humanitaria, el dedicar su vida al servicio de las personas, fue lo que la llevó a prepararse tan bien para el examen de admisión y a decidirse por cursar la carrera de Medicina y Cirugía.

“Desde la escuela siempre me ha gustado la parte de ciencias. Me empecé a inclinar por medicina cuando me di cuenta de que, más que las ciencias, me gusta la parte humanitaria. Creo que la medicina combina la parte científica con la parte humanista”, dijo Abarca cuando habló de la carrera que escogió.

El reconocimiento por la tercera nota más alta lo obtiene Diego Fallas, con 793,61, quien se graduó del Colegio Yorkin e ingresó a la carrera de ingeniería eléctrica. Fallas comentó que lo que le ayudó a conseguir esta nota fue la preparación que le ofrecieron durante todos los años en el colegio y estudiar con material de apoyo que consiguió por su cuenta.

Diego Fallas Paniagua obtuvo el mejor promedio de admisión. (Foto: cortesía de Diego Fallas).

Él siempre quiso estudiar alguna ingeniería, cree que ingeniería eléctrica es la que más se ajusta a sus gustos por la mezcla entre física y matemática y el aporte que da a la sociedad lo impulsó más a seleccionar la carrera.

Fallas cree que él no es diferente al resto de las personas que hicieron el examen, “yo diría que no me diferencia mucho; lo que me gusta hacer es leer ciencia ficción, historia, aprender de temas actuales, noticias y cosas normales, como jugar videojuegos, escuchar música y tocar el contrabajo, es algo que disfruto bastante”.

Laura Rodríguez Fernandez fue el cuarto mejor promedio de admisión. (Foto: cortesía de Laura Rodríguez).

Laura Rodríguez, egresada del Colegio Técnico Profesional de Acosta, fue quien consiguió el reconocimiento por tener la mejor cuarta nota de admisión, con 789,07 puntos en total. Ella ingresará a la carrera de ingeniería química, ya que tiene una gran afición por el área de las ciencias.

Rodríguez mencionó que, de las ciencias, su favorita es química, principalmente por el proceso de transformación de la materia que se estudia en esta área y que eso y un interés que fue creciendo con el tiempo fue lo que la llevó a seleccionar la carrera.

Ella comenta que siempre le ha gustado mucho la matemática y que eso la ayudó a la hora de realizar la prueba, porque comprendía los ejercicios. Al contrario, cree que la única pregunta que falló fue de lógica verbal, porque fue lo que más le costó.

Rodríguez comentó que para prepararse realizó un curso en línea y buscó mucho material por aparte en Internet, pero que fue muy autodidacta, porque el colegio no les ayudó con cursos y la virtualidad hizo todo más individual.

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