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La Biblia gana espacio en la radio y la televisión

Un 22% de las radioemisoras y canales de televisión abierta son de corte religioso, indica estudio de Proledi y Cicom.

Ana Cecilia se levanta todos los días a las 5:40 a.m. y enciende la radio. Desde ese momento y hasta que comienza su jornada laboral la acompañan prédicas, oraciones y alabanzas que emite una radio cristiana. Escucha el devocional a cargo del cantautor Erick Alejandro Vargas y, en la noche, el sermón de Dante Gebel. En estos programas, dice, encuentra consejos para la vida diaria, enseñanzas bíblicas y “mucha palabra, que es mi alimento espiritual”.

Como miles de personas más en el país, Ana Cecilia profesa el cristianismo y consume los programas que ofrecen las 41 frecuencias del espectro radioeléctrico para radiodifusión sonora y televisiva abierta que están dedicadas a difundir contenido religioso.

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“Si no hay medios comunitarios y crecen los religiosos, toda la discusión pública se da en términos religiosos” – Sebastián Fournier, RedMICA.

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Para ella es importante verificar que lo que escucha sea de “sana doctrina” y que no haya personas malintencionadas manipulando a otras a través de la fe. “Lo más importante es la Biblia”, asegura.

Y es que tanto en la radio como en la televisión costarricense, de seguro, Biblia va a encontrar. Según el artículo “Así en la tierra como en los medios”, publicado en el II Informe del Estado de la Libertad de Expresión en Costa Rica, el 22% de las frecuencias de radio y televisión abierta transmiten exclusivamente contenidos religiosos, específicamente: católicos y evangélicos (pentecostales y neopentecostales, adventistas y bautistas).

El informe, emitido por el Programa de Libertad de Expresión y Derecho a la Información (Proledi) y el Centro de Investigación en Comunicación (Cicom) de la Universidad de Costa Rica, estudia situaciones que amenazan el derecho a la información y la libertad de expresión en el país.

Entre otros temas, profundiza en iniciativas legislativas y jurisprudencia, caracteriza el universo mediático nacional, revisa la distribución de la publicidad oficial y los rumbos de la deuda política dedicada a publicidad, e investiga las narrativas mediáticas sobre la violencia contra las mujeres.

No hay medios comunitarios, pero religiosos crecen

El artículo sobre medios religiosos analiza la relevancia de los medios de comunicación en la construcción de la opinión pública, el crecimiento de las comunidades neopentecostales en el país y el asociado surgimiento y desarrollo de los partidos políticos de corte religioso.

Óscar Mario Jiménez, autor del texto, detalló que se tipificaron como medios religiosos los que cumplen con tres características: ser medios que transmiten en televisión o radio abierta, ser administrados directa o indirectamente por una organización religiosa y tener por objetivo evangelizar.

Jiménez indicó que la investigación despierta algunas preocupaciones sobre la libertad de expresión. El hecho de que existan más señales religiosas que de servicio público o comunitario (inexistentes en el país), dijo, no refleja la pluralidad deseada en un ecosistema democrático. También añadió que preocupa que los contenidos son mayoritariamente de dos denominaciones religiosas, lo que “no es representativo de la diversidad de creencias, adhesiones espirituales y religiosas de los costarricenses”.

La Declaración Conjunta sobre Diversidad en la Radiodifusión, emitida por la Relatoría Especial de Naciones Unidas sobre Libertad de Opinión y de Expresión en 2007, tipificó los medios como comerciales, de servicio público y comunitarios, sin contemplar el fenómeno religioso. En Costa Rica, sin embargo, no existen medios de comunicación comunitarios y, en su lugar, los religiosos crecen.

Sebastián Fournier, investigador de la Universidad Estatal Nacional a Distancia (UNED) y vocero de la Red de Medios e Iniciativas de Comunicación Alternativa (RedMICA), opinó que esto significa que “la comunicación y el debate público se circunscriben al encuentro religioso, todo el debate comunitario gira en torno a la religión”, lo que suele favorecer el conservadurismo.

“Imaginemos que una persona solamente obtiene información sobre población LGBTIQ o derechos sexuales y reproductivos en medios religiosos, o en el contexto actual, solo recibe información sobre la pandemia en esos medios, no sabemos qué puede pasar”, dijo.

Esto es especialmente riesgoso, dijo Fournier, en zonas rurales, donde la penetración de Internet es baja. Un estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR confirmó en 2018 que la mayoría de la población nacional se informa sobre noticias políticas a través de la televisión.

De acuerdo con el académico, este panorama mediático explica, en parte, el crecimiento de la representación cristiana en la Asamblea Legislativa y del caudal político de Fabricio Alvarado en el 2018.

Por otra parte, Jiménez opinó que es importante reconocer la función que cumplen estos medios, especialmente en el contexto actual. Afirmó que “no se trata de satanizar los medios religiosos, que sirven para dar esperanza y consuelo, especialmente en el contexto actual”.

En efecto, Ana Cecilia comentó que en su cotidianidad la radio cristiana le ofrece consuelo, esperanza y mensajes positivos que le han ayudado a sobrellevar las circunstancias difíciles que la vida le ha presentado, aferrándose a su fe.

De lo que se trata, explicó Jiménez, es de “entender que este crecimiento de los medios religiosos viene de una combinación entre el deseo de diversificar las formas de emitir un mensaje espiritual por parte de las iglesias y un marco regulatorio completamente omiso que permite el acaparamiento de las frecuencias”.

Digitalización abre nuevas oportunidades

Jiménez y Fournier coincidieron en que dependiendo de los recursos tecnológicos y económicos de los que dispongan, con la digitalización de la televisión, los canales pueden aumentar su alcance y atraer a más posibles fieles.

De hecho, el académico de la UNED comentó que el primer canal en tener cobertura nacional en televisión digital fue Bethel, incluso antes que cualquier canal nacional. Bethel es una televisora con sede central en Perú y vinculada al Movimiento Misionero Mundial. Esta organización religiosa ha sido señalada en prensa local por torturadoras terapias de reconversión a personas LGBTIQ y sus líderes han sido investigados por llamar a la violencia contra esta población. En el país hay al menos 17 congregaciones de este movimiento.

No obstante, es justo este proceso de digitalización el que abre posibilidades para la televisión comunitaria, explicó Fournier. El plan de transformación digital establece una reserva de “al menos 24 MHz para necesidades locales y nacionales y para el desarrollo comunitario, salud, educación, cultura y gobierno informativo”.

Para Fournier, “la radio ya es territorio perdido” pero hay esperanza de que se norme esta reserva de espectro y se tomen medidas para que surjan televisoras comunitarias. “El tema es que requiere más inversión que para radio, la salida era la red neutra estatal pero hasta ahora no se ha hecho, entonces lo que ha pasado es que los espacios que se han abierto los han cogido las iglesias pentecostales”.

Según dijo, a menos que esto se regule, la participación de las iglesias en el espectro seguirá creciendo por la naturaleza de sus medios, estos “no necesitan ser rentables, pues su rentabilidad está en función de los fieles y sus ofrendas”.

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