Un estudio desarrollado por el Instituto de Investigación en Ciencias Económicas (IICE) sobre el proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas Nº20580, aprobado en primer debate en la Asamblea Legislativa, determinó que la iniciativa será asumida en su mayor parte por las personas que más ingresos tienen.
Sin embargo, al aprobarse se esperaría que unas 18.000 más se ubiquen en la línea de pobreza.
Los investigadores del IICE señalaron que el proyecto en su conjunto es una propuesta progresiva, a pesar de que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) por su naturaleza es regresivo.
El análisis se llevó a cabo por los expertos del Instituto durante los últimos meses y, tomando en cuenta todos los ajustes que se hicieron a la propuesta, presentó los escenarios de pago con el impuesto de ventas y el posible aporte que harían los ciudadanos con la reforma fiscal.
“Establecimos un documento técnico para ver cómo funcionaría este plan fiscal, tomando en cuenta los elementos más sensibles para la población, además del IVA.
Estamos claros en que no es una reforma perfecta, pero es lo que se pudo plantear y negociar en la Asamblea; además permite alcanzar un mejoramiento del sistema tributario”, detalló José Antonio Cubero, director del Instituto.
Uno de los argumentos del IICE es que el impuesto general de ventas, que es el que funciona actualmente, recauda de los hogares un 3,13% del Producto Interno Bruto (PIB). El 20% de los hogares de menores ingresos aportan el 7,95% y el 20% de quienes tienen mayores ingresos, el 41,93%.
Con la implementación del nuevo IVA se pasaría a recaudar un 3,75% del PIB en total, lo cual corresponde al 20% de los costarricenses más pobres el aporte del 7,68% de la recaudación obtenida y el 20% de los que tienen mayores ingresos aportarían el 43,85%.
Según el investigador Luis Ángel Oviedo, los componentes que sean gravados con el IVA y que generarán mayor ingreso serán los servicios (como el pago de gimnasio, peluquería, abogados, contadores, entre otros), los cuales producirán el 58% de los ingresos.
Además, el impuesto a la canasta básica otorgaría un 15,9% de los ingresos; el pago en servicios de salud, un 10,4%; la electricidad (para quienes gasten más de 280wts por mes), un 4,6%; los medicamentos, un 3,5%; boletos aéreos, un 2,7%; entre otros.
Oviedo señaló que los rubros que más generarán ingresos con la nueva reforma fiscal son consumidos en su mayoría por el quintil más rico del país. Por ejemplo, los alquileres de más de ¢600.000 serán los que más aporten (un 93,3%), al igual que los boletos aéreos con un 85,5% del peso total y un 60% de los servicios.
“La propuesta no parece tener un efecto tan regresivo, como se ha venido planteando, pero hay que tener claro que el IVA toma como base el impuesto general de ventas, el cual ya es bastante regresivo.
Actualmente con el impuesto de ventas el primer decil más pobre paga un 10%, mientras que el decil más rico aporta el 5%; de ahí la regresividad”, indicó el experto.
Como elementos progresivos señalan el establecimiento de nuevos porcentajes para el pago de impuesto de la renta que afectarían los ingresos que superan los ¢2.103.000, y que corresponden específicamente al decil de mayores ingresos.
SÍ AUMENTA DESIGUALDAD
Sumado a esto hay que entender que el IVA es un impuesto indirecto, lo que por definición lo hace regresivo, y por lo cual afecta a las personas más pobres, pues las personas lo pagan independientemente de su ingreso o condición socioeconómica.
A pesar de la afirmación de los expertos de que es una propuesta progresiva en su integralidad, debido a la trazabilidad que representa (porque será posible determinar lo que se vende y compra), con el establecimiento del IVA las personas que se encuentran en la línea de pobreza pasaría del 20,03% al 20,04%.
En términos absolutos eso significaría unos 4.000 hogares y unas 18.000 personas nuevas en condición de pobreza. “Lograr un consenso en una propuesta ha sido muy desgastante.
No es la propuesta perfecta, no resuelve problemas de pobreza, ni de equidad; no está diseñada para esto, sino para alcanzar un mejoramiento del sistema tributario en el país”, añadió José Antonio Cubero. Por su parte, el investigador de IICE, Rudolf Lucke coincidió en que el cambio en impuesto de la renta generará a largo plazo una mayor progresividad a la reforma, pues será posible obtener mayores ingresos y hacer un cruce de datos para ver lo que en realidad se genera por servicios.
“La situación actual de liquidez del Gobierno hace que la aprobación de la reforma sea clave, el Gobierno necesita buscar recursos y difícilmente le van a prestar y generar nuevos recursos.
Además, los factores de empleo público en la reforma permiten reducir ese crecimiento de las remuneraciones, controlando el gasto”, señaló Lucke.
UN ASUNTO DE LIQUIDEZ
Para el investigador Rudolf Lucke la situación actual de liquidez del país hace que la aprobación de la reforma sea clave, pues el Gobierno requiere ir a buscar recursos para llevar a cabo sus planes y proyectos, pero en las condiciones actuales es muy difícil que le presten, pues tiene un crecimiento de ingresos limitado, con respecto a los gastos. “Los factores de empleo público en la reforma reducen el crecimiento de las remuneraciones; por ende, permite disminuir el gasto que genera el Gobierno.
De todas formas, el Gobierno necesita obtener recursos y las opciones que tiene a su alcance, sin reforma, podrían presionar las tasas de interés al alza”, detalló Lucke.
Esto significaría problemas de financiamiento para empresas, y las familias tendrían que pagar más por sus créditos en viviendas y vehículos, lo cual generaría mayor crisis.
Si se continuara con el mecanismo de pedir prestado al Banco Central y con emisión de dinero, otro factor que jugaría en contra, pues podría darse una devaluación importante, tomando en cuenta que la mitad de los bienes que se consumen en el país son importados, esto presionaría la inflación y produciría más pobreza.
Frente a este panorama, lo expertos de IICE plantean que es esencial que la reforma sea aprobada tal y como está, sin variar elementos, pensando en desarrollar otras iniciativas que permitan paliar la afectación a los sectores más vulnerables, como programas sociales que les devuelvan un poco de su aporte.
