Universitarias Algunas historias sobre cómo a veces se hace difícil mantenerse en la U

Historias de lo difícil de mantenerse en la U

La experiencia universitaria es muy distinta para todos; hay quienes se gradúan en el tiempo adecuado, hay quienes pasan más de 10 años intentando graduarse. Existen otros que no saben qué estudiar y pasan de una carrera a otra, o que entraron a una carrera que no les gustó y terminaron retirándose.

Cuatro estudiantes contaron a UNIVERSIDAD cómo fue su experiencia estudiando en la UCR y los diversos motivos por los que se atrasaron en sus carreras o por los que decidieron retirarse y probar su suerte en otras casas de enseñanza superior.

Valeria Delgado

“No me imagino cuánto hubiera tardado estudiar medicina en la UCR”

Cuando Valeria Delgado, estudiante de medicina en la Universidad Hispanoamericana, estaba a punto de graduarse del colegio, su mayor sueño era ingresar a la UCR a estudiar medicina; lamentablemente, la nota de admisión no le dio para entrar a esa carrera.

En ese momento ingresar a una universidad privada no era una opción, por la inversión económica que esto significaba, por ello, junto con sus padres, decidió entrar a cualquier carrera de la UCR, con la intención de realizar traslado, y así fue como ingresó a la carrera de Bibliotecología en el 2015.

A pesar de haber tenido un promedio muy bueno, no pudo ingresar a medicina al año siguiente y en ese momento decidió salirse de la UCR y empezar a estudiar en una universidad privada lo que verdaderamente quería: medicina.

Valeria comentó que la decisión la tomó por fuerza mayor, “me era imposible estudiar en la UCR algo que, primero, no me gustaba; segundo, desperdiciar el tiempo; tercero, si entraba a medicina eran 7 u 8 años más. No me imagino cuantos años me pudo haber tomado estudiar medicina en la UCR”.

Toda esta experiencia Valeria la describe con una palabra: frustrante. Para ella fue muy complicado tener que levantarse temprano para ir a clases que no le interesaban y hacer grupos de trabajo con compañeros que también querían pasarse de carrera y no daban todo de sí. Todo esto la impulsó a tomar la decisión de irse.

Según Valeria, carreras como bibliotecología son una carrera trampolín, que muchos escogen para ingresar a la UCR y luego pasarse a lo que de verdad quieren estudiar, justo lo que ella intentó. El problema, según ella, es que estas carreras tienen muchos cupos, que muchas veces se llenan de estudiantes que, como Valeria, no quieren estar allí y terminan yéndose o se estancan en una carrera que no les interesa.

Jesenia Jiménez

“Ser estudiante y madre son dos difíciles desafíos”

Jesenia Jiménez ha sido estudiante de la UCR desde el 2006 hasta la actualidad, su camino por la Universidad se ha alargado por muchos motivos, problemas de vivienda, violencia doméstica, ser estudiante madre o verse forzada a realizar una pausa de 5 años. Esas son las razones que explican el porqué ha sido estudiante por 15 años.

El paso de Jesenia por la Universidad inició en ingeniería agrícola y viajando todos los días desde Guácima de Limón hasta San Pedro, ya que no tenía dinero para alquilar un lugar que le quedara más cerca.

Ingeniería agrícola no fue de su agrado, por ello se cambió de carrera, y en los siguientes tres años se convirtió en estudiante de tres carreras de forma simultánea: sociología, psicología y educación especial.

Mientras estudiaba tres carreras, ella también realizaba asistencias en la UCR  y trabajaba, para poder costearse sus estudios; además, se empezó a involucrar en el movimiento estudiantil. Todo esto ocasionó que Jesenia no pudiera matricular muchos cursos cada semestre y cada vez se atrasara más en los planes de estudio.

La interrupción de sus estudios sucedió en el 2013, luego de graduarse como bachiller en Psicología, cuando a su pareja le dieron una beca para estudiar en el extranjero y se fueron por dos años. Al regresar a Costa Rica no retornó a la UCR, sino que tuvo que esperar hasta el 2018 para hacerlo.

Regresó siendo estudiante madre, dos desafíos que, de por sí, son difíciles de superar, si se le suman a eso los estudios, se tiene una situación muy complicada, donde la prioridad no son los cursos por matricular, sino la vida y la salud tanto de ella como de su hija.

Jesenia comentó a UNIVERSIDAD que le ha sido difícil acomodarse a su vida de madre y de estudiante, principalmente porque como madre tiene muchas responsabilidades que pesan más que los estudios. A pesar de ello, ha logrado encontrar redes de apoyo dentro de la institución que la impulsan a permanecer: “el movimiento estudiantil ha sido una de las cosas que me ha mantenido ahí, más que la Universidad”.

Marcio Betanco

 “Llevé la universidad a mi ritmo”

El recorrido de Marcio Betanco por la UCR ha sido más tranquilo, entró en el 2011, luego de estar unos años en la Universidad Latina. Él comentó que nunca se le ocurrió estudiar en una universidad pública, pero que lo intentó un año y logró ingresar.

En el 2011 entró a estudiar filología clásica y en su primer curso de carrera, Teoría Literaria, quedó impresionado y enamorado, por lo que decidió quedarse, aunque lo hiciera despacio.

Su carga académica siempre fue baja, por decisión propia y porque trabajaba; además, cursos como latín, hicieron que se cuestionara si dejar o no la carrera, para pasarse a filosofía.

Durante su tercer año empezó a trabajar como profesor de español para extranjeros y tuvo que retirarse un poco de la universidad, porque los horarios del trabajo no eran compatibles con los de los cursos que debía llevar, por eso solo matriculaba unos dos o tres cursos por semestre.

Por llevar tan pocos cursos por semestre nunca siguió un plan estructurado, sino que cursaba lo que podía: “yo nunca llevé un orden a la hora de matricular, lo que cabía en la prematrícula, lo matriculaba y llevé muchos cursos complementarios de historia, filosofía, sociología; disfruté la U”.

Hace unos dos años realizó un estudio de plan y se dio cuenta de que le faltaban pocos cursos para terminar el bachillerato en filología clásica, que era su meta; también se dio cuenta de que le faltaban pocos cursos para terminar con la licenciatura, que no pensaba sacar, por lo que decidió quedarse y terminarla.

Marcio comentó a UNIVERSIDAD que nunca le molestó sentir que iba lento, ni sintió que tenía trabas en el estudio por problemas con horarios o con la rigidez del plan de estudio, sino que iba a su ritmo, llevando cursos que le interesaban y aprovechándolos los más que pudiera.

Francela Arias

“Cursaba la carrera de francés mientras esperaba mejorar el promedio”

La historia de Francela se parece a la de Valeria Delgado. Ella quería ingresar a la UCR a estudiar nutrición, pero la nota de admisión no le dio. Lo que sí pudo fue ingresar a francés, una carrera que consideró útil en el momento, puesto que saber un nuevo idioma nunca está de más.

Estuvo dos años en la UCR, el 2015 y el 2016, pero en la segunda mitad del 2016 ya realizaba estudios en dos universidades, francés en la UCR y nutrición en la Universidad Hispanoamericana. Para el 2017 decidió abandonar por completo la UCR.

Ella ahora está convencida de que cuando cursaba sus estudios de francés en la UCR “realmente no le di la importancia ni la prioridad que la carrera ameritaba, porque no era lo que yo quería. En eso se me fue un año y medio y yo iba a clases, iba pasando los cursos, pero no era lo que yo quería”.

Francela intentó pasarse por corte interno en su primer año, pero no lo logró. Mientras le rogaba a sus papás que la dejaran salir de la UCR, matriculó en el primer semestre de su segundo año universitario, pero sentía que estaba perdiendo el tiempo en algo que realmente no le gustaba. Por eso, junto con sus papás, decidió que lo mejor era pasarse de universidad.

Francela comentó a UNIVERSIDAD que francés, al igual que bibliotecología o inglés, son carreras trampolín y que, del grupo de amigos que hizo en esta carrera, todos terminaron por trasladarse a una universidad privada. La escogencia de francés la hizo porque en ese momento le pareció que podría ser algo útil para el futuro.

Para ella la experiencia no fue muy difícil, ya que la carrera en la que estaba, aunque no le gustaba, sí le interesaba y eso hizo la experiencia de estar en la UCR más amena. Además, también llevó cursos complementarios que sí le gustaban más, pero en el fondo quería estudiar lo que quería.

Así como ellos, hay muchos otros estudiantes que por diversos motivos no logran terminar sus carreras universitarias, ya que o alargan demasiado el camino por diversos motivos o terminan dejando la carrera y la universidad de lado para trabajar o estudiar en alguna otra universidad.

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