Universitarias Alegan que hay filas de espera en tiempos de pandemia

Grupo de docentes y estudiantes piden más apoyo en servicios de atención psicológica

Solicitan una mejor capacidad de respuesta por parte de los servicios de atención psicológica de la institución.

En una carta 245 estudiantes y docentes de la Universidad de Costa Rica demandan de  las autoridades de la institución una mejor atención a la salud mental, tras siete meses de clases virtuales, producto de la pandemia, que deja un saldo de al menos 105 mil personas contagiadas y más de 1.300 decesos al cierre de esta edición.

Esta solicitud también se realizó tomando en cuenta el hecho de que el 2020 fue decretado como el año de la salud mental por parte de la institución.

En esta solicitud, que se hace en el año de conmemoración de la salud mental, se afirma que los servicios de atención psicológica dados en la UCR resultaban insuficientes en cuanto a capacidad de respuesta a los usuarios.

Agregan que la situación que atraviesa el país por la pandemia de COVID-19 solo ha servido para complicar esta situación.

“Las demandas derivadas de las situaciones complejas desatadas por la pandemia de COVID-19, develaron la urgente necesidad de equiparar la aspiración institucional con el decidido apoyo para la contratación de personal especializado en la materia, capaz de atender y apoyar con prontitud las demandas de atención”, dice la solicitud.

El documento fue dirigido al rector de la institución, Carlos Araya Leandro; al vicerrector de Vida Estudiantil, Carlos Sandoval García; a Sedalí Solís, directora de la Oficina de Salud y Bienestar (OBS), y a Isabel Sánchez Jiménez, directora de la Oficina de Orientación.

Lidieth Garro, docente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva y una de las principales gestoras de la iniciativa, explicó que en esta unidad académica la dirección realizó una solicitud a la Comisión de Acción Social para que se pudiesen utilizar fondos provenientes de las actividades de extensión docente a fin de pagar servicios profesionales de sicología para estudiantes que requerían de esta atención especial.

“De ahí surge la inquietud de qué era lo que estaba pasando, ya que nosotros ahora teníamos que utilizar fondos de vínculo externo remunerado para eso, y no para lo que se supone que se utilizan, que son las actividades de acción social”, añadió.

Garro dijo que varios profesores de la Escuela decidieron pagar de su propio bolsillo por servicios de atención psicológica para algunos de sus estudiantes, que demandaban la atención, porque el servicio en la Universidad carecía de espacio para atenderlos de forma pronta.

Respuesta de la autoridades

Tras conocer la misiva, representantes de la Rectoría, Vicerrectoría de Vida Estudiantil, Oficina de Salud y Bienestar y Oficina de Orientación (OO) de la Universidad respondieron en un documento en el que detallaron sobre las iniciativas de atención psicológica con las que cuenta la institución.

En el caso de la atención sicológica dada por la Oficina de Orientación, las autoridades universitarias indicaron que se ofrece tanto atención psicológica individual como en formato grupal. Sobre la individual, afirman que se abarca tanto el seguimiento de casos de manera virtual como las solicitudes de atención de nuevos.

Explicaron que para el seguimiento de casos existentes se utiliza la plataforma Zoom, además de llamadas telefónicas y correos electrónicos.

Para el escenario de citas para nuevos casos, la nota de respuesta dice que la asignación del espacio de atención queda condicionado a la valoración profesional del motivo de consulta y al carácter de excepcionalidad que define la persona profesional que atiende.

Esto con base en los criterios técnicos establecidos por el equipo de profesionales en psicología de la Oficina de Orientación, argumentaron.

“Es posible sostener con solidez que se están tomando las medidas para seguir construyendo la salud mental en la comunidad universitaria, desde el concepto de un proceso de construcción colectivo, continuo y dinámico”, autoridades universitarias.

En cuanto a las listas de espera, detallaron que el servicio de atención psicológica de la OO no utiliza este sistema como estrategia de trabajo. Cuando no es posible ofrecer la atención individual, se ponen a disposición alternativas grupales que se desarrollan en la misma Oficina, y mediante las cuales se trabaja de manera interdisciplinaria con profesionales de orientación y trabajo social.

Explicaron que, para los casos de trabajo grupal, se aborda un tema específico, donde el número mínimo de participantes es de 4 personas y máximo de 10, con una duración de entre 5-12 sesiones según la dinámica específica del grupo.

En el documento agregan que la atención que brinda la Oficina de Salud y Bienestar en temas de salud mental funciona de manera similar al de la Oficina de Orientación, con sistemas de atención individual y grupal. Para el seguimiento de casos iniciados antes de la pandemia, el procedimiento es el mismo.

En cuanto a la asignación de citas para casos nuevos, la OBS cuenta con un sistema particular llamado proyecto Mishka.

Esta iniciativa consiste en un grupo de profesionales en salud mental de la UCR que se encarga de realizar intervenciones en crisis a personas de la comunidad universitaria que se han visto afectadas sicológicamente en el contexto de la pandemia por el COVID-19.

La iniciativa consta de tres fases. Primero, la persona interesada escribe un correo a la OBS solicitando el servicio de atención psicológica. También se realiza mediante referencia del equipo médico de la oficina. Después de esto, la persona solicitante es referida a una persona profesional del Proyecto Mishka, quien atiende desde el modelo de intervención en crisis (5 sesiones).

“Es posible sostener con solidez que se están tomando las medidas para seguir construyendo la salud mental en la comunidad universitaria, desde el concepto de un proceso de construcción colectivo, continuo y dinámico, y que está en constante transformación y requiere de la articulación institucional para la mejora permanente”, argumentaron.

Sobre la respuesta de las autoridades, Garro expresó que pese a que en el documento hay una descripción detallada de todos los programas y procedimientos con los que cuenta la institución, este “no ayuda a entender la efectividad con la que estas oficinas están respondiendo al problema de fondo y el hecho de que existe una percepción de que la capacidad de atención de estos servicios es insuficiente”.

Aunque las autoridades universitarias aseguran que ni la OBS ni la Oficina de Orientación utilizan un sistema de listas de espera, Isis Campos, también docente de la ECCC y otra de las gestoras de la solicitud, afirmó que varios estudiantes le han asegurado que al intentar conseguir citas con los servicios de atención psicológica, se les indicó que serían referidos a una lista de espera debido a que no se contaba con espacios disponibles para asignar en ese momento.

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