Universitarias

Estudiantes de la UCR ganan competencia internacional sobre arbitraje comercial

Los estudiantes de derecho viajaron a México donde compitieron contra siete universidades mexicanas y se dejaron el primer lugar.

Los estudiantes de derecho viajaron a México donde compitieron contra siete universidades mexicanas y se dejaron el primer lugar.

Un equipo conformado por cuatro estudiantes de derecho y su coordinadora viajaron el 18 de noviembre a Guadalajara, México a representar a la Universidad de Costa Rica (UCR) en la Competencia Interuniversitaria de Arbitraje Comercial y de Inversión (UP-ICC México Moot), donde resultaron ganadores del primer lugar.

La competencia, organizada por la Universidad Panamericana de México y la International Chamber of Commerce (ICC), tiene como objetivo formar a los líderes del mañana en el uso de métodos alternativos para la solución de controversias, a través del estudio del derecho arbitral y los derechos sustantivos aplicados a disputas internacionales comerciales y de inversión.

Los representantes de Derecho de la Universidad de Costa Rica fueron los estudiantes  Carlos Sojo, Ana Elena Quirós, Sebastián Ayala y María Alexandra Álvarez; acompañados por su coordinadora o entrenadora Sophia Villalta, egresada de esta Facultad.

El equipo compitió del 22 al 24 de noviembre contra siete universidades mexicanas: Universidad de Monterrey, Universidad La Salle Bajío, Universidad Panamericana: Campus Guadalajara, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Tecnológico de Monterrey: Campus Ciudad de México, Tecnológico de Monterrey: Campus Guadalajara y Universidad Autónoma de Nuevo León.

La UCR fue la única universidad extranjera, invitada directamente por el coordinador de la competencia, Edgardo Muñoz.

El equipo costarricense terminó obteniendo siete premios: primer lugar en la I Edición del UP-ICC México Moot, mejor equipo en rondas generales, mención de honor en escrito de demanda, mejor escrito de contestación de demanda, mención de honor en oralidad a Ana Elena Quirós, mención de honor en oralidad a Sebastián Ayala y mejor orador de la competencia a Carlos Sojo.

“Ha sido lo máximo en experiencia universitaria. Creo que este tipo de competencias hacen que uno se ponga el listón de nivel de dificultad muy alto. El momento en el que ganamos fue una felicidad absoluta, había sido demasiado el esfuerzo y quedó ese sentimiento de que valieron la pena todas las trasnochadas y el trabajo de esos meses”, expresó Carlos Sojo.

Modalidad de la competencia

A nivel internacional hay varias competencias de Derecho que tienen como fin simular casos de la vida real para que los equipos adopten la postura de demandante o demandado. En este caso, la competencia trataba los temas de derecho de arbitraje comercial y arbitraje de inversión.

Esta competencia consiste de dos fases: una escrita y una oral. En la fase escrita la organización a cargo saca un caso hipotético en donde les indican a los equipos qué puntos deben defender, ya sea en el rol de demandante o de demandado. Los equipos mandan un escrito de demanda y después la organización envía un escrito de otro equipo para la contestación de su demanda y en eso consiste esta primera fase.

En la fase oral el trabajo es básicamente defender a la parte actora o demandada en rondas generales. En el caso de esta competencia fueron cuatro rondas generales, dos como actores y dos como demandados. Después de esto los equipos que tienen mejor puntaje clasifican a cuartos de final, luego semifinal y por último a la final.

El equipo patrio enfrentó la final de la competencia contra la Universidad de Monterrey (UDEM) y fue juzgado por tres arbitralistas altamente reconocidos a nivel mundial: Cecilia Azar, José Ricardo Ferris y Alejandro Ogarrio.

Para elegir a los estudiantes que iban a representar a la Universidad de Costa Rica, la Asociación de Estudiantes de Derecho emitió primero un comunicado por redes sociales publicitando la competencia y reclutando interesados. Una vez conformado este grupo, la selección final de los cuatro estudiantes quedó a cargo de la coach, Sophia Villalta.

A los interesados se les solicitó que enviaran su currículum, una carta de motivación y un artículo de máximo tres páginas sobre un tema relacionado con arbitraje. Luego de esto se hizo un análisis de los documentos enviados y se citó a entrevista a cada uno.

“En este caso solo se inscribieron siete personas y una decidió desde antes no presentarse, entonces al final fueron seis entrevistas. En esta se les pide que hablen un poco de sus experiencias a nivel tanto universitario como colegial (si son de primer año) en actividades de este tipo como extracurriculares, donde han aplicado cuestiones de oralidad y redacción, si les gusta investigar, etc.” indicó Villalta.

“Después se les pide que hagan una exposición breve entre cinco y diez minutos sobre el tema que les tocó investigar, y luego de eso se toma la decisión, que la toma el coach. No es un sistema implementado por la facultad sino que básicamente queda a decisión de cada coach”, acotó.

La preparación para la competencia fue de alrededor de cuatro meses. El equipo se conformó la última semana de junio y el trabajo inició en la primera de julio.

“Como el caso todavía no se había publicado lo que hicimos fue hacer un mes de nivelación, para que los que nunca habían participado en arbitraje o competencias se nivelaran con las chicas que ya habían participado y tenían un conocimiento general de cuestiones necesarias”, contó la coordinadora.

En agosto se publicó el caso hipotético y a partir de ahí se comenzó a trabajar la preparación de los escritos. Cuando se terminaron de presentar fue que se comenzó la preparación para la ronda general, las rondas orales y el viaje a México.

Para Sophia Villalta, que los estudiantes participen en este tipo de actividades extracurriculares es de suma importancia. Primero, porque el plan de estudios de la carrera no contempla ningún curso que abarque temas como los que abarca esta competencia, por lo que al ser partícipes pueden conocer más del derecho internacional privado.

Segundo, no existe ninguna experiencia a nivel universitario que se iguale a la exigencia de una competencia de estas, donde la demanda de excelencia es alta. Además, no solo se preparan en cuestiones de oralidad (porque tienen que enfrentarse a tribunales internacionales con personas sumamente reconocidas en el ámbito), sino que también  refuerzan sus habilidades de investigación y de escritura. Y por último, es una gran experiencia intercultural.

“Creo que es súper importante no solo que los estudiantes participen, sino que la Universidad apoye a los estudiantes, por ejemplo justificando ausencias, pidiendo a los profesores que reprogramen exámenes, etc.; porque al final de cuentas ni siquiera la tesis se compara con una experiencia como estas, porque el nivel de exigencia es muchísimo más elevado, así como el compromiso y el trabajo en equipo. Para mí es súper importante, te abre la visión de mundo y es un gran nicho de mercado que no se promueve en la Universidad”, concluyó Villalta.


[padding type=”medium_right”][quote_colored name=”” icon_quote=”no”]

El equipo nacional ganó en total siete premios de la competencia, incluidos mejor equipo en rondas generales y mejor orador de la competencia.

[/quote_colored][/padding]


[padding type=”medium_right”][quote_colored name=”” icon_quote=”no”]

La competencia UP-ICC Mexico Moot constó de dos fases: una oral y una escrita; así como de una eliminación por puntos a cuartos de final, semifinal y final.

[/quote_colored][/padding]


 

 

 

 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido