Estudiantes de Medicina de la Universidad Internacional de las Américas (UIA) piden a las autoridades de dicha institución que no les cobren por los campos clínicos ni por los internados rotatorios en los hospitales, pues los cuales no están realizando debido a la emergencia por el COVID-19.
Varios estudiantes de la UIA explicaron a UNIVERSIDAD que no quieren que la Universidad les cobre por los campos clínicos que no están recibiendo y que, en su lugar, les congelen lo que ya pagaron por los internados rotatorios, para que no tengan que volver a pagarlo cuando se reanuden las prácticas en diferentes sedes de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Stephanie Barboza, presidenta de la Asociación de Estudiantes de Medicina de la UIA y estudiante de último año de esa carrera, es una de las que realizaba su internado rotatorio en hospitales.
Ella explicó que a los estudiantes regulares los retiraron de los campos clínicos para protegerlos; pero no les han rebajado esa parte del cobro de la materia que pagan. Cada materia incluye una parte teórica y práctica.
A los estudiantes de internado también les eliminaron las rotaciones en hospitales por el coronavirus. “No nos han dicho qué va a pasar con el dinero que se pagó del segundo bloque de internado. El primer bloque se llevó con normalidad, pero en el segundo bloque ya nos sacaron”, continuó. Los estudiantes quieren que la Universidad les garantice que ese dinero del internado está congelado y que no se los volverán a cobrar”.
El año de internado rotatorio se compone de cinco bloques, cada uno de dos meses y medio. Cada bloque cuesta ¢953.000.
Otro estudiante de cuarto año de medicina, quien pidió el anonimato por temor a represalias, dijo que la Universidad les está cobrando por los campos clínicos que en este momento no pueden realizar. “Para las materias de cirugía, ginecología, obstetricia o pediatría se requiere, por ejemplo, que usted vaya toda la semana al hospital y en la noche reciba clases en la universidad”, explicó.
La materia de cirugía, que incluye campos clínicos, por exponer un caso, cuesta ¢1.395.000 por cuatrimestre, más ¢15.000 de póliza, más ¢146.000 de matrícula, informó el joven.
Las y los estudiantes han enviado varias cartas al rector Máximo Sequeira y han ido en persona pero no se les ha atendido, indicaron. UNIVERSIDAD intentó durante dos semanas conocer el plan de la UIA para solventar esta situación, pero no respondieron nuestras consultas antes de la fecha de cierre.
Estudiantes de la Fidélitas consideran que ayudas no son suficientes
El pasado 2 de abril, un grupo de estudiantes de la Universidad Fidélitas pidió a las autoridades que crearan un plan de contingencia para ayudar a quienes han sufrido reducción de jornada laboral y de salario, ceses temporales o que han sido despedidos.
Solicitaron que les anularan el pago de la matrícula (¢99.500) mientras duren las órdenes sanitarias; que bajen el precio de las materias (la materia regular cuesta ¢111.000) “considerando que los cursos virtuales, suponen una estructura de costos distinta”; y que se reconsideren temporalmente los porcentajes de beca, según una carta firmada por Comunidad Estudiantil Universidad Fidélitas.
La Universidad les indicó que les darán algunas facilidades; entre ellas, si se inscriben por Internet, les harán un 25% de descuento en la matrícula y que esta promoción era válida para los días 15 y 16 de abril. También que les mantendrían el mismo porcentaje de beca del primer cuatrimestre aunque hubieran perdido una materia y que la Oficina de Vida Estudiantil analizaría cada caso individualmente, para hacer arreglos de pago o tomar acciones concretas.
Asimismo, que condonará los intereses corrientes y moratorios durante abril, mayo y junio a aquellos estudiantes que se financian con pagaré y tienen cuotas pendientes. Y lanzó el Programa CrediTú, un paquete de ¢1.000 millones, para darles créditos a los alumnos afectados por la crisis económica.
Sin embargo, ese grupo de estudiantes opina que estas soluciones son insuficientes y que promover el endeudamiento no es una respuesta a la coyuntura actual.
Una estudiante que prefirió mantener el anonimato dijo al Semanario que la Fidélitas ha mostrado una “empatía un poco falsa” y que “el endeudamiento no puede ser una solución para poder continuar con los estudios”. También contó que el derecho de graduación incluye un acto protocolario y una cena a un costo de ¢150.000, y que aunque hubo estudiantes que pagaron esto en marzo, no les devolvieron el dinero, aunque no hubo ni acto, ni cena.
Las autoridades universitarias enviaron otra respuesta reciente a los estudiantes indicándole que “cada caso será revisado y analizado de manera individual”. “Si bien quisiéramos dar un alivio generalizado, nuestras posibilidades administrativas y financieras, en este momento, se priorizan para ayudar a los estudiantes que tuvieron una afectación en sus ingresos. Si bien es cierto, las clases se han realizado en modalidad en línea, los compromisos financieros adquiridos por la Universidad continúan, además de las significativas inversiones que tuvo que realizar la Universidad en nuevos edificios que podrán disfrutar en cuanto regresemos a la normalidad”, se lee en el documento.
UNIVERSIDAD intentó obtener más respuestas de este centro de educación superior privada, pero no se respondió a las llamadas y correos antes de la hora de cierre.
