La obligatoriedad de realizar pruebas estandarizadas de reconocimiento de grandes talentos y la capacitación del personal docente hace que las personas estudiantes con alta dotación, creatividad y talentosa choquen con pared, al ser evaluadas erróneamente con diagnósticos por déficit atencional, trastornos emocionales o asperger, entre otras valoraciones, según un estudio de la UNED.
Desde el año 2010 la ley Nº 8899 establece que estos estudiantes tendrán una atención temprana, individualizada y oportuna por parte del Ministerio de Educación Pública (MEP). Sin embargo, a nivel nacional hay un desconocimiento general que resulta preocupante para las personas que realizan investigación sobre este campo.
“He notado a través del tiempo que quienes evalúan a estos niños son psicólogos sin capacitación en el área, utilizan pruebas no estandarizadas y desconocen la ley”, Krissia Morales Chacón.
Para algunos padres y madres es una incógnita saber dónde se puede evaluar o diagnosticar a sus hijos e hijas con sobredotación intelectual o talentosos, a pesar de que en el artículo dos de la ley 8899, se establece que esta es una de las labores a desarrollar por parte del Consejo Superior de Educación.
“El Consejo Superior de Educación establecerá los criterios, elementos y mecanismos de evaluación psicopedagógicos que permitan identificar a los estudiantes con alta dotación, talentos y creatividad en los diferentes niveles, materias y ciclos, en todo el Sistema Educativo Nacional.”
Krissia Morales Chacón, investigadora de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y educadora especial de la Universidad de Costa Rica (UCR), ha estudiado este tema durante casi dos décadas. Ha sido responsable de desarrollar cuatros investigaciones, tres instrumentos de diagnóstico y realizó el primer congreso nacional en sobredotación, talentos y creatividad; actividad donde surgió la idea de un proyecto de ley (8899).
La experta revela que lo recomendado es que los niños sean sometidos a una prueba para identificarlos lo más pronto posible, preferiblemente en sus primeros años de vida. “Durante esta etapa el cerebro absorbe mucha más información, es como una esponja”, indicó.
Morales considera que las madres y padres no deberían hallarse en la necesidad de realizar búsquedas por su cuenta para evaluar a sus hijos, ya que es responsabilidad del sistema educativo nacional. No obstante, comenta que actualmente no se está cumpliendo con lo establecido.
Problemas para los estudiantes
La investigadora de la UNED explica que son muchos los niños que son valorados de manera errónea con trastornos emocionales, déficit de conducta o asperger, por mencionar algunos diagnósticos.
Sin embargo, lo que podría estar ocurriendo es que son estudiantes con alta inteligencia que están mostrando problemas asociados a que su condición es invisibilizada, ya que nunca se les identificó con alguna prueba.
Algunos estudiantes pueden notarse distraídos, disociados o alejados de temas que ya comprenden durante las clases. Es por eso que a estos alumnos se les debe aplicar flexibilizaciones curriculares, lo cual quiere decir que llevarán una ruta de aprendizaje diferente a los demás.
“Los estudiantes con alta dotación, talentos y creatividad contarán con flexibilizaciones curriculares, esto de acuerdo con los procedimientos que el Estado establezca. Dicha flexibilización se les aplicará en el centro de estudio al que pertenece el educando…”, menciona el artículo cuatro.
Morales reconoce que a muchos estudiantes no se les realiza este debido proceso en las aulas y más bien se les suele tachar con “déficit de atención”. La docente explica que por lo general se suele tener incertidumbre en cuanto si un niño o niña están preparados emocionalmente para convivir con personas mayores durante su aprendizaje cuando son adelantados de nivel.
No obstante, indica que las personas con sobredotación experimentan su condición a nivel íntegro y total, por lo cual no hay ningún problema a la hora de aplicar dichas flexibilizaciones.
Esfuerzos a nivel nacional
Más allá de la propuesta de proyecto de ley en 2009, desde la UNED abrieron un programa de investigación para validar pruebas, analizar porcentajes de niñez y realizar planteamientos psicopedagógicos.
El último instrumento que se validó y culturalizó al español cuenta con 14 escalas de medición, las cuales no tienen la intención de reemplazar otros procedimientos de identificación formal.
Las escalas constituyen una herramienta efectiva en la detección de “talentos específicos” por parte del profesorado en las aulas regulares; siempre que estén capacitados para esa tarea mediante técnicas de observación objetiva y conocimientos necesarios.
La investigación se realizó en el 2017 con una muestra representativa conformada por 1.562 participantes de trece centros educativos, en las edades de 7 a 13 años. Fue un trabajo en conjunto entre la UNED y el MEP, quien autorizó a las escuelas para participar.
Se logró encontrar a 35 jóvenes que presentaron un cociente intelectual igual o mayor a 125, lo que los posiciona en ese grupo de personas altamente dotadas.
Además, la investigación concluyó la existencia y necesidad de desarrollar un proceso formal de inducción a docentes antes de participar en procesos de investigación científica y de aplicar herramientas de valoración de conductas psico-educativas.
Krissia Morales reveló a UNIVERSIDAD que hicieron el ofrecimiento al MEP para dar dichas inducciones, sin embargo, no han tenido respuestas o acercamiento desde que finalizaron la investigación en 2017.
Productos de la investigación
El proceso investigativo dejó tres productos realizados en las bibliotecas de la UNED. Se trata de la primera edición en español de las Escalas para la Valoración de Características Conductuales en Estudiantes Sobresalientes (EVCCES) y su manual técnico y administrativo.
Este último se encarga de entrenar a profesores y profesoras en la comprensión, aplicación y obtención de puntajes directos de las escalas referidas anteriormente.
Finalmente, la producción de un DVD donde se busca sensibilizar al profesorado y facilitar un proceso de inducción pedagógico para fortalecer el potencial diagnóstico de la herramienta, procurando una correcta utilización.