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Estudiante de Ingeniería Civil UCR expuso tesis en Congreso Latinoamericano de Residuos Sólidos

El estudio se hizo de abril de 2014 a abril de 2015 en el Parque Eco Industrial de Miramar, Puntarenas.

El estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad de Costa Rica (UCR), Juan Diego Fernández, expuso su tesis de graduación en el Octavo Congreso Latinoamericano de Residuos Sólidos, organizado por la Asociación Internacional de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Aidis) en Asunción, Paraguay.

Fernández y la profesora que lo acompañó fueron los únicos costarricenses en el evento desarrollado el pasado 22 de mayo. En la tesis se propone un modelo de asentamiento y generación de gas metano, basado en los tipos de residuos y las condiciones climáticas en una celda del Parque Eco Industrial de Miramar, Puntarenas.

Aprovechando que los residuos sólidos producen gas metano al descomponerse en un espacio controlado, Fernández investigó bajo qué contexto se vio potenciado este proceso y aportó un punto de partida para futuras investigaciones en la región, ya que los modelos de estimación existentes fueron desarrollados en países con climas templados y con características diferentes.

“Estimar la cantidad de gas va relacionado con las bacterias y en el proceso de descomposición hay varios tipos de bacterias. En realidad son tres: las que funcionan con oxígeno, las que procesan alcoholes y las que trabajan sin oxígeno”, explicó Fernández.

Según indica en el trabajo de investigación, cuando las bacterias de la etapa intermedia empiezan a procesar los alcoholes, las bacterias anaeróbicas entran a trabajar y luego, por una serie de catalizadores biológicos, ellas producen el metano.

Uno de los retos fue saber en qué momento esas bacterias entraban en medio de una celda. Para ello, tuvo que hacer una lectura del DBO (demanda biológica de oxígeno) del líquido producido por la basura y analizarlo en el laboratorio.

Luego, al graficar estos resultados, podía notar en qué lapso caía el DBO drásticamente. De esta manera, sabía en qué momento empezaban a trabajar las bacterias anaeróbicas, cuando dejaba de ser necesario el oxígeno en el lixiviado.

Además, al contar con las curvas de nivel de la superficie del relleno sanitario, se pudo obtener una foto 3D de los huecos, las elevaciones, las montañas y los valles. Esta información fue procesada para obtener los volúmenes que tenía esa foto, ya que, al analizar mes a mes esas fotos, pudo ver que sí había descomposición en el relleno sanitario, dado que el volumen bajaba.

“Lo más importante fue que descubrí por qué en una etapa de cierre temporal de la celda, que ya había llegado a su tope de capacidad, la descomposición era más rápida de lo que decía la teoría”, mencionó Fernández.

El parque de tratamiento de relleno sanitario de Miramar fue elegido porque es uno de los que posee la información requerida, al contar con pruebas de DBO, pH y demás que pide la legislación nacional.

“Todo ese lixiviado ellos lo necesitan tratar, la idea es reducir todo ese nivel de contaminantes para que ya esté a niveles aceptables a la hora verter en un cuerpo de agua cercano. Para mí, era súper importante tener esas lecturas de DBO y curvas de nivel. Sin esa información no se habría logrado la investigación”, aseguró el estudiante de ingeniería civil.

El periodo que se estudió fue un año exacto, donde se presentó la estación seca y la lluviosa y pudieron apreciar cómo la descomposición variaba de acuerdo al clima.

“En esa ventana de un año, lo que obtuvimos fue aproximadamente 9.500 metros cúbicos que se descompusieron. Eso lo graficamos en el tiempo y lo comparamos con la precipitación. Ahí notamos que al bajar la cantidad de lluvia los asentamientos disminuían, no se daba la misma degradación que si hubiera estado en época lluviosa”.

En época seca, al haber escasez de humedad, las bacterias disminuyen su ritmo de trabajo. Ese fue uno de los aportes llamativos de la investigación, ver el protagonismo de la humedad dentro de una celda y entender cómo ayuda a la degradación; especialmente cuando se espera que la degradación tenga un ritmo constante, para poder producir más metano.

“La idea era, con estos datos, tener una referencia para estudios futuros. Que haya un dato para comparar inicialmente cómo anda la situación en cuanto a producción de gas”, comentó el investigador de la tesis, quien agregó que no hay estudios en el país o estimaciones preliminares de cómo se reproduce el metano con las condiciones climáticas de Costa Rica.

Fernández reconoció que le faltó realizar investigación de campo, porque toda la investigación se basó en el procesamiento de información, junto con la comparación de modelos, para llegar a una estimación de gas.

“Ahorita no hay municipalidades haciéndolo, porque no hay información suficiente y, aparte, se necesita tecnificar la operación de relleno sanitario. Por ejemplo, en un caso como Río Azul ellos no manejaban la información tan bien y creo que no tenían el presupuesto como para contratar un topógrafo para que fuera sacando las curvas de nivel, ni mandar muestras de lixiviado para que se analice”, explicó.

El estudio menciona que se podría aprovechar la producción de gas metano para producir energía eléctrica, o incluso hacer gas licuado y vender para que la gente lo use para cocinar o para calefacción.

Una de las ventajas que tienen los rellenos privados es que tecnifican para optimizar la operación del relleno. Los precios por tonelada rondan los ‎$20, por lo que a las municipalidades les sirve más pagar por el servicio de un relleno sanitario privado, que puede velar por el control de los residuos sólidos.

“En realidad me parece que el país tiene la capacidad para empezar a manejar esto de forma pública e institucional”, expresó Fernández.

La experiencia de exponer frente a profesionales del área, en Paraguay, y que ellos hicieran preguntas facilitó la preparación para la defensa de la tesis de licenciatura de este estudiante de ingeniería civil, nueve días después, en la UCR.

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