Universitarias Entrevista Luis Rosero Bixby

“Este era un país de niños y será (al final de siglo) uno de adultos mayores”

¿Cuánto más puede extenderse la vida humana? ¿Por qué hoy los ticos viven un promedio de 30 años más que hace 70 años?

¿Cuánto más puede extenderse la vida humana? ¿Por qué hoy los ticos viven un promedio de 30 años más que hace 70 años? Luis Rosero Bixby es un demógrafo –de origen ecuatoriano- que desde hace décadas investiga las respuestas a estas preguntas desde el Centro Centroamericano de Población de la UCR.

Con un doctorado en Salud internacional y poblacional de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, Rosero Bixby fue quien descubrió que Nicoya es una de las cinco Zonas Azules del mundo, esas regiones especiales, en donde las personas prolongan su vida durante muchos años más que el resto de los mortales.

Estudioso de la evolución demográfica de Costa Rica, Rosero, nos revela que durante el siglo pasado el país multiplicó el número de sus habitantes catorce veces y que pasamos de tener una población de 300.000 habitantes a estacionarnos cerca de los cinco millones, que hoy la mayor cantidad de gente se agrupa en torno a los 27 años y que para el 2050 la cantidad de adultos mayores se triplicará.

A continuación un extracto de esta nueva Conversación en el Campus.

Costa Rica es un país joven. ¿Pero, cómo ha evolucionado el patrón demográfico del país en 200 años?

-Cabe distinguir dos períodos en la historia más reciente. En el siglo XX lo más importante que le pasó al país en muchos aspectos fue la explosión demográfica. El país pasó de menos de 300 mil habitantes en 1900…  a casi cuatro millones a fin de siglo; se multiplica por 14 la población. En términos demográficos esto es un crecimiento extravagante.

Exponencial…

-Para darse una idea, si en el siglo XXI, Costa Rica creciera otra vez así -si se multiplicara la población por 14- en el 2100 los costarricenses llegarían a ser casi 60 millones. Por dicha eso no va a pasar.

El momento más rápido fue por ahí de 1950-1960. Se aceleró a principio de siglo con la caída de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, y continuó acelerándose. Incluso en los años 50 se produjo un incremento todavía más rápido por una especie de baby boom que ocurrió porque disminuyó la viudez, se empezó a abandonar la práctica de la lactancia materna, hubo un aumento de la fecundidad y una caída de la mortalidad.

En 1960 Costa Rica tenía una de las tasas de crecimiento demográfico más rápidas del mundo.

¿A pura sangre local?

-Eso era extraordinario y por supuesto no podía durar. Las mismas familias se dieron cuenta que no se podía estar teniendo siete, ocho o nueve hijos. Antiguamente se les morían la mitad de los hijos, pero luego ya no. No podían seguir así.

La tasa global de fecundidad era más de siete hijos por mujer como promedio. A como había parejas que no tenían hijos había otros que tenían diez o doce hijos. Las mismas familias vieron que no era posible.

Ahora estamos casi por debajo de la tasa de reemplazo…

-Sí, en el año 2001 pasamos del límite de reemplazo con ese bajón luego de la ley de paternidad responsable y continúa disminuyendo poquito a poquito. Ya estamos en 1,7 o 1,8 hijos por mujer que es por debajo de 2,1 hijos, que sería la tasa de reemplazo para que cada generación se reemplace por otra de igual tamaño.

Sin embargo, la población sigue creciendo en forma relativamente vigorosa por dos razones: las inmigraciones y un fenómeno de inercia demográfica ya que continúan llegando a edades reproductivas generaciones cada vez más numerosas. Esto con las décadas irá cambiando, y llegará un momento en que los nacimientos igualarán muertes, e incluso serán menores que las muertes, y ahí sí se manifestará un decrecimiento de la población.

Es decir, ya no vamos a ser cinco millones y resto, sino cuatro millones y luego menos…

-La población seguirá creciendo hasta alcanzar seis millones. Ahí se va a estabilizar un poco y dependiendo del curso futuro de la fecundidad y migraciones, puede venirse un cierto bajón de la población. Pero de eso estamos hablando para finales de siglo XXI.

La población de Costa Rica se va a estabilizar y será un país de seis millones de habitantes.

 Usted mencionó que durante parte del siglo XX, los hombres se morían antes que las mujeres. ¿Qué factores influyeron en eso?

-Los hombres se mueren antes, pero eso incluso se ha acentuado más ahora. No tanto como en otros países como Rusia, donde la diferencia de esperanza de vida (entre hombres y mujeres) es diez años. La diferencia de esperanza de vida aquí es de tres años o casi cuatro años. Las mujeres viven 3 o 4 años más, por factores genéticos y de rol. En parte por el fumado -herencia del pasado- y porque los hombres acuden menos a chequeos médicos  y se cuidan menos, riesgos de trabajo, accidentes de tránsito e incluso suicidios.

A mediados del siglo XX, la expectativa de vida de un costarricense promedio era muy inferior a la de hoy. ¿Por qué? ¿Qué cambió en el país que ahora vivimos más?

-Básicamente el control de las enfermedades infecciosas y parasitarias, la reducción de la mortalidad infantil y de la niñez. Las tres causas de muerte más importantes y responsables de la gran ganancia en esperanza de vida fueron control  de la malaria, la baja de la tuberculosis y el control de las diarreas.

 Una influencia decisiva de la aparición de la CCSS y los programas sanitarios….

-La salud pública es fundamental en ese cambio. También educación de la población. Por ejemplo, la defecación indiscriminada.  En los años 40 o 50, los ticos en el campo defecaban a campo traviesa. Eso provocaba la transmisión de enfermedades gastrointestinales.  También el cómo las madres manejaban a sus hijos, lavarse las manos, cómo les cambian de pañal y otros. Eso era importante.

Después hubo cierto control de enfermedades crónicas y ha habido cierta disminución de enfermedades cardiovasculares, pero modesto. También algunos cánceres han disminuido.

Es interesante porque, a veces, en la esfera pública se debate sobre la salud pública, sobre la CCSS, pero esas instituciones provocaron un cambio tan notable como extender la vida de la población treinta años. No es un logro menor.

-Hay países latinoamericanos casi sin salud pública que sienten algún progreso con medicina privada y así, pero jamás como el progreso de Costa Rica o de Cuba.

Una de las características más peculiares de la Costa Rica actual –sobre todo en esas edades avanzadas- es que no hay diferencias por estratos sociales e incluso la gente de las áreas rurales vive un poco más que la del Área Metropolitana. Lo que ha ocurrido en Costa Rica es que se ha logrado ese determinismo socioeconómico sobre la salud y la esperanza de vida, gracias otra vez a las intervenciones públicas.  Hace poco publiqué un artículo en la Revista de la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos que comparaba a Estados Unidos y Costa Rica.

¿Qué comparó de uno y de otro país?

-La esperanza de vida en edades adultas. Costa Rica tiene una esperanza de vida un poquito mayor que Estados Unidos, pero cuando uno lo desagrega por grupos socioeconómicos, los grupos socioeconómicos altos en Estados Unidos viven un poquito más. Pero si uno compara los grupos socioeconómicos bajos, el quintil más bajo de la población en Costa Rica tiene mayor esperanza de vida que el quintil más bajo de Estados Unidos. En Estados Unidos, la diferencia por grupos sociales es enorme.

En Estados Unidos los más pobres viven muy poco…

-Sí, muy poco. Como diez años de diferencia con los más ricos.

¿Y, en Costa Rica?

-Por lo menos en los de mayor edad -que son los que más he estudiado- los más obesos son las personas de más recursos. En cambio, en la gente de campo, es desconocida la obesidad.

Estos dos fenómenos de los que hemos hablado (el cambio en el patrón demográfico y el cambio en la expectativa de vida) tienen un montón de consecuencias sobre la vida diaria. ¿Cómo están afectando estos cambios el presente de los costarricenses?

-Desde el punto de vista demográfico, el cambio más importante en el siglo XXI es que está cambiando la estructura por edades de la población y eso tiene connotaciones importantísimas.

En el siglo XX el gran factor de cambio fue el tamaño de la población (crecimiento demográfico). El cambio ahora no es el tamaño de la población sino en la estructura de edad. Estamos pasando de una población joven a una población que será -a fines de siglo- altamente envejecida.

 ¿Éramos un pueblo de adolescentes y nos estamos transformando en un pueblo de viejitos?

-Era un pueblo de niños y adolescentes, en los años 60 la mitad de la población tenía menos de quince años. Ahora es una población de adultos jóvenes, porque antes de llegar a envejecer eso se va moviendo paulatinamente. Pero llegará un momento en que el grupo más numeroso de la población será el de adultos mayores.

¿En qué año ocurrirá esto?

-Es algo paulatino, pero por ahí del 2050, ya vamos a tener una población en la que más o menos la cuarta parte serán adultos mayores, como millón y medio de personas.

 ¿Cuántos adultos mayores podemos tener ahora?

-Como el 10%, estamos hablando de unos 400 mil.

Es decir, vamos a triplicar la cantidad de adultos mayores…

-Sí, eso es producto del crecimiento del pasado. Antes había muchos nacimientos. En su generación hubo mucho nacimiento, entonces esto está aumentando el número de personas que llegan a edad avanzada.

Visto así, esto es un fenómeno antropológico que tiene serias implicaciones económicas serias.

-Y posiblemente culturales y de otra índole. La sociedad de ahora es básicamente de adultos jóvenes. Por ejemplo, los programas que hay ahora en la tele son para esa gran audiencia. Gente entre los 25 y 40 años. Antes se empezaba a ser adulto entre los 15 y 18 años…

Culturalmente el grupo que predomina hoy es el de los jóvenes, pero llegará un momento en que eso va a cambiar y el grupo predominante será el de adultos mayores. Ellos son los que van a mandar en la política -mucho más que ahora-, los que van a decidir las votaciones, los programas de televisión van a ser dirigidos a ellos, los comerciales, la infraestructura urbana tiene que ser adecuada para ellos, porque serán el grupo más numeroso.

Como clientela electoral, hoy quienes deciden la elección son los jóvenes…

-Correcto. La clientela más importante para los políticos de ahora son los millennials. Ahí es donde más votos podrían conseguir si logran reducir el abstencionismo. Pero eso va a cambiar. Dentro de 20 años, serán los adultos de mediana edad, y más adelante, adultos mayores.

Hoy las personas extienden una actitud casi adolescente hasta bien entrados los treintas. ¿Qué produjo ese cambio?

-Hay varios factores. En parte eso está muy ligado a la disminución de la natalidad. La disminución de la natalidad y fecundidad, en parte ocurre, porque hoy los padres quieren hijos de mayor calidad en vez de una gran cantidad de hijos. Es una de las fuerzas que llevan a que se empiece a planificar la familia. Hijos de mayor calidad significa que permanecen más tiempo en la educación, mientras antes, más que todo en las clases populares, terminaban la escuela y se iban a trabajar. Ahora en las clases medias, después del colegio siguen a la universidad, y a veces maestría.

Es como una inversión en capital humano que hacen en las familias. Eso hace que se extiendan los ánimos de formación. Por eso ahora se considera que a los 25 años son todavía güilas y nadie les exige que vayan a trabajar.

En el mundo existe lo que se conoce como zonas azules, en donde la gente vive más…

-Se les llama así porque unos demógrafos italianos hicieron un mapa de los lugares donde había más viejitos. Entonces pintaban de rojo los lugares donde se morían rápido y de azul donde vivían más, ahí Cerdeña quedó como zona azul. Lo mismo pasó en Japón, Okinawa quedó como zona azul. En el año 2004, yo hice algo parecido aquí en Costa Rica y ahorita la Península de Nicoya es zona azul.

En el mundo hay cinco Zonas Azules confirmadas: Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (EE.UU.), Okinawa (Japón) e Icaria (Grecia).

 ¿En el caso de nuestros nicoyanos, qué han podido estudiar ustedes?

-En lo poquito que hemos estudiado encontramos que el riesgo cardiovascular es menor en los nicoyanos. Ellos tienen menos hipertensión y menos niveles de colesterol. En parte parece ser genético pero solo hasta cierto punto. Parece que es una interacción entre genes y medio ambiente de la localidad. Hay gente que ha estudiado el agua en Nicoya y parece que es muy rica en minerales y eso pueda ser que contribuya a que lleguen a viejos. Los nicoyanos que se van a vivir a otros lados pierden su ventaja.

¿No les va tan bien fuera de ese entorno?

-Se confunden con el resto. Después, a nivel genético se han examinado varios genomas y hasta ahora lo  único que se ha encontrado es que la gente de Nicoya tiene telómeros más largos.

¿Qué son  los telómeros?

-Las terminaciones de los cromosomas que permiten la reproducción celular. A medida que las células se reproducen, los telómeros se van acortando. Cuando los telómeros están muy cortos, ya la célula no puede reproducirse y viene el envejecimiento y la muerte. Parece que los nicoyanos por alguna razón tienen los telómeros largos. Estudios de otros lados han asociado telómeros largos a niveles más bajos de estrés. Por ejemplo, hay un estudio clásico de mujeres de edad, que dice que las mujeres que cuidan a maridos enfermos se les acortan los telómeros. Incluso a algunas de ellas se les muere el marido y se les vuelve a alargar. Eso es puro estrés. Eso nos da una pista. Parece que es una confluencia de factores. Los sistemas de salud siempre han funcionado mejor en Guanacaste.

 

La persona más longeva del mundo fue una francesa que se llamaba Jeanne Calment, que murió a los 122 años. ¿Hasta cuándo puede vivir un ser humano?

-Hasta los 122 años (sonríe).   Hay un gran debate en la ciencia sobre si hay límites para la vida humana. Están los optimistas y los pesimistas. Los optimistas dicen que vamos a llegar a una esperanza de vida de 200 años y los pesimistas dicen que el límite son los 100 años y que nunca se va a extender más allá. Se van a continuar eliminando las muertes prematuras pero la gente seguirá llegando a los noventa años y ahí se morirán todos.

Yo me inclino un poquito más por la optimista por varias razones. Por ejemplo, se ha estudiado estadísticamente la edad de las personas más viejas al morir y eso viene aumentando y no ha dejado de aumentar. No se ha hecho el punto de inflexión todavía.

El otro factor tiene que ver con una observación que se empezó a hacer recientemente que es que la tasa de senescencia que se mide indirectamente por cómo avanza la mortalidad esa aumenta con la edad de manera exponencial. Es una curva que va para arriba y tiene la edad en el eje horizontal y las tasas de mortalidad en el eje vertical. Entonces, la curva aumenta de manera exponencial hasta cierta edad, como a los 95 o por ahí, y hace un punto.

Parece que, en los seres vivos, después de cierto punto empieza a disminuir la tasa de mortalidad y senescencia. Eso da esperanza de que se prolongue casi hasta el infinito la esperanza de vida.



[padding type=”medium_right”][quote_colored name=”Luis Rosero Bixby” icon_quote=”no”]

“Era un pueblo de niños y adolescentes, en los años 60 la mitad de la población tenía menos de quince años. Ahora es una población de adultos jóvenes. Pero llegará un momento en que el grupo más numeroso de la población será el de adultos mayores”.
[/quote_colored][/padding]



Ficha técnica

Luis Rosero Bixby

Profesor Emérito, Universidad de Costa Rica (2015 al presente)

Doctorado en Planificación de la Población, Universidad de Michigan, Estados Unidos (1991)

Maestría en Salud Pública, Universidad de Michigan, Estados Unidos (1988)

Maestria en Demografia, Centro Latinoamericano de Demografia, Costa Rica (1974-1976)

Licenciatura en Economia, Pontificia Universidad Católica del Ecuador (1976)



 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido