Los experimentos científicos dejarán de ser teoría en La Carpio y pasarán a la práctica en el nuevo laboratorio recién equipado.
De casi 5.000 hogares que viven en esta comunidad, según datos del censo 2011, tan solo el 6,7% de las jefaturas de hogar han culminado su educación secundaria; además, hay un 43% de rezago escolar. Por ello, químicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) esperan que el laboratorio motive a la población a continuar su formación académica.
“Que vean que se puede aprender divirtiéndose y redescubran la curiosidad científica, que es lo que lleva a nuevos conocimientos”, indicó Julio Otárola, docente de la UCR encargado.
Rocío Vargas, directora del programa educativo Renuevos, donde se ubica el laboratorio, aseguró que “a través de la experimentación, del conocimiento y del descubrir se generan procesos educativos mucho más grandes que pasar un examen”.
Por ello, tres proyectos de Acción Social de la UCR y Renuevos se asociaron para equipar este laboratorio. “Esperamos que los niños se motiven, que le pierdan el miedo a la ciencia, que no lo vean como algo extraño y desconocido, sino que en serio se diviertan y entiendan el porqué de las cosas”, explicó Verónica Suárez, estudiante de Química participante.
Para este año, quienes asisten a Renuevos bajo la modalidad de tutorías serán los usuarios del espacio, pues ahora los y las estudiantes del TCU se dedicarán a elaborar manuales y actividades evaluativas de acuerdo con el programa Maestro en Casa, del Ministerio de Educación Pública –programa que sigue Renuevos.
“Ven la teoría en el aula y en el laboratorio desarrollan el proceso más tangible, pero el experimento en sí no te lleva a ninguna enseñanza, para poder dirigirlos a un trasfondo de enseñanza se debe evaluar el aprendizaje mediante cuestionarios, actividades lúdicas, entre otras”, aclaró Otárola. Esta labor está en manos de estudiantes de enseñanza y de ciencias.
David Solís, de 16 años, aseguró sentirse bien de tener ese laboratorio “porque tenemos oportunidades de aprender más y saber más de la ciencia”; David es uno de los jóvenes que aprovecha la modalidad de tutorías para obtener su título de bachillerato y, más adelante, continuar con una carrera universitaria.
Un fin importante de este nuevo espacio en La Carpio es dar a conocer el gran mercado laboral que ofrece estudiar carreras relacionadas con las ciencias, que incluso es una necesidad en nuestro país y el mundo, acuerdan los docentes participantes.
Para 2018 esperan adaptar la metodología para colegios diurnos y, más adelante, vincular a estudiantes de primaria y preescolar mediante la experimentación.
Otárola comentó que su idea es que este laboratorio sea el inicio de un gran proyecto que desean desarrollar: implementar un laboratorio ambulante para impactar en zonas rurales y zonas con un índice de desarrollo menor, como lo han hecho en países como Alemania.
Para Cristian Campos, director de Química de la UCR, “este tipo de proyectos tocan sitios muy sensibles y evidencian la importancia de las universidades públicas”.
“TCU plantea un proceso académico interdisciplinarios en el que estudiantes y docentes universitarios se vinculan de forma dinámica y crítica con grupos sociales y comunidades para contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita, para potenciar oportunidades e incidir en la solución de problemas”, explicó Víctor Hugo Soto durante la inauguración, acontecida en diciembre de 2016.
Los proyectos vinculados son “Apoyo y promoción de las ciencias en la educación costarricense”, a cargo de Julio Otárola; “Educando en comunidades en riesgo”, de Víctor Hugo Soto;
y “Arte, juego y ciencia en los jardines infantiles”, bajo la coordinación de Heilen Arce.