Universitarias

Diseño participativo para mujeres privadas de libertad viajará a Brasil

En su proyecto final de graduación, Priscila González construyó una propuesta arquitectónica que promueve un cambio sustancial en la vida de mujeres privadas de libertad

Priscila González, una joven arquitecta de 24 años y egresada de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR), es solo una de las protagonistas, pues dentro de su tesis de licenciatura van guardadas las voces e ideas de las mujeres que nutrieron el diseño de un edificio para privadas de libertad.

El diseño que inspiraron estas mujeres fue seleccionado para participar en el II Congreso de Vivienda Sostenible, que se llevará a cabo en abril del presente año en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo, Brasil.

Según González, el objetivo primordial fue diseñar una propuesta arquitectónica que respondiera a las necesidades de las mujeres en su proceso de reintegrarse a la sociedad.

Con la tesis titulada “Mujer y ámbitos de libertad: propuesta de espacios sensorial-alternativos de reintegración social, a través de la participación y relatos de ensoñación para mujeres con vivencias de encarcelamiento. Barrio San José, Curridabat”, en octubre pasado, González logró concretar un proyecto cuya principal característica es la metodología de participación inclusiva que utilizó.

Esta clave metodológica fue un instrumento que permitió tener una detallada lluvia de ideas que fueron plasmadas en una propuesta arquitectónica.

Metodología

Las reuniones constantes con privadas de libertad fueron fundamentales para que González pudiera construir su diseño, pues la participación inclusiva que se logró plasmar en los diversos talleres fue clave para el éxito metodológico de su trabajo.

“Los talleres que se desarrollaron contaron con la participación de mujeres que estuvieron privadas de libertad en la cárcel de El Buen Pastor, así como mujeres que actualmente están en condición de beneficiadas, es decir, se encuentran descontando la pena en el régimen de confianza del proyecto Panadería en el Centro de Atención Semi Institucional (CASI) para la mujer, en San Luis de Santo Domingo”, explicó González a UNIVERSIDAD.

Además, González asegura que es una investigación que deja de enfocarse solamente en el ámbito arquitectónico, va más allá al tomar en cuenta factores sociales, psicológicos y de derechos humanos.

“El desarrollo de varios talleres como parte de la metodología del proyecto permitió publicar pinturas, escritos, fotografías y hasta se recopiló una serie de palabras propias del ambiente carcelario como parte de la información que se plasmó en el producto final”, relató González.

Para la arquitecta, el proceso metodológico la llevó a expandir su trabajo, pues no inició por el diseño, sino por sentarse a escuchar y conversar. “La esencia del trabajo fueron estas mujeres que nutrieron de ideas y propuestas un diseño que verdaderamente busque reinsertar en la sociedad mejores personas”, aseveró.

Diseño

No se trató solo de diseñar paredes y un techo estéticamente atractivo, fue pensar una obra desde las mujeres, desde sus palabras y experiencias, desde lo que proyectaban en los distintos talleres, desde su importante visión de maternidad, esto es parte de lo que cuenta González como clave para llegar a su proyecto final.

Según explica González, fueron varios los ejes que se lograron concretar: la capacitación que las mujeres proponían como indispensable para un mejor futuro a la hora de cumplir pena, la educación, la promoción de microempresas y su proyección cultural, así como su relación con la comunidad.

Asimismo, elementos como el lenguaje del espacio fueron sumamente importante. “La ventana, el muro, la reja y el camarote; el espacio real versus el espacio soñado fueron simbolismos del lugar que están estrictamente relacionados con la cárcel, de manera que tratar de modificarlos y buscar sistemas constructivos que brindaran una flexibilidad del espacio para cambiar esto fue clave”, detalló.

González ya se prepara para presentar su proyecto en Brasil. Asegura que es un honor ir a contar lo que estas mujeres le enseñaron, visibilizar lo que sucede en el sistema penitenciario, e identificar el problema, pero también mostrar y proponer una solución.

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