La candidata al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), Desirée Sáenz, cree que la institución deberá hacer un esfuerzo prioritario ante los “recortes” que conllevará la aplicación de la Regla Fiscal en los presupuestos.
Sáenz ofrece su experiencia como funcionaria pública tanto en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) como en la UCR como un elemento que puede contribuir desde el Consejo Universitario en varios aspectos.
Para la aspirante al Consejo, la Universidad va a enfrentar “una época muy complicada” con la aplicación de la Regla Fiscal en los presupuestos, lo que supondrá recortes y la obligada redirección de recursos para mantener el financiamiento de las prioridades institucionales, como lo son las becas y el bienestar estudiantil.
“Creo que sí habría que reformular para poder dar una priorización muy clara de las necesidades y para que el servicio de becas llegue realmente a los estudiantes, a cubrir su abanico de necesidades, pues no todos necesitan lo mismo”, comentó.
Además de la preocupación por el tema presupuestario, Sáenz aseguró que una de sus prioridades será trabajar por la erradicación de la violencia en cualquiera de sus formas, a nivel estudiantil.
“Creo que seguimos con algunas debilidades en ese asunto y seguimos afectando a estudiantes que tienen tal vez alguna dificultad para expresarse, para quejarse. Entonces, este es uno de los grandes ejes de mucho interés para mí en términos de mejorar la condición estudiantil que es en realidad nuestra razón de ser”, añadió.
Otra prioridad para Sáenz tiene que ver con que la CCSS y la UCR lleguen a un acuerdo que permita la continuidad de los cupos clínicos, fundamentales para la formación de quienes estudian carreras del Área de Salud.
Sáenz espera que haya “buena voluntad” en las negociaciones entre estas instituciones y se manifestó preocupada por el intento de equiparar a la Universidad de Costa Rica con las universidades privadas, cuando la universidad pública no lucra con los cupos clínicos.
Sobre la función de control político del Consejo Universitario y el reciente fallo de un Tribunal Contencioso Administrativo, Sáenz opinó que quizá lo que estuvo mal fue la elección del mecanismo del voto de censura contra el exrector, pero no la función de fiscalización que sí tiene el Consejo.
“Hubo alguna buena voluntad para dar una buena señal a la comunidad con el voto de censura, pero tal vez no era la forma más adecuada, tal vez podría pensarse en otro mecanismo que no expusiera a la Universidad a una descalificación en ese sentido”, indicó.
Por su formación médica, Sáenz aseguró que respalda toda medida que vaya a favor de la salud individual y colectiva de la población, pues el país ya tiene muchos años de experiencia con los esquemas de vacunación que todas las personas reciben desde que nacen.
“En una situación de pandemia, que es una vivencia excepcional, se necesitan medidas excepcionales que procuren el bien común. En ese marco, la vacunación sí debería ser estándar para todos, excepto el caso de las contraindicaciones, como el caso de una alergia a componentes”, aseveró.
