Universitarias

Desde los Estudios Generales hasta la autonomía: Siete congresos universitarios sentaron las bases de la UCR de hoy

A pocos meses del VIII Congreso Universitario, UNIVERSIDAD repasa la historia y los cambios clave que ha impulsado en la UCR.

El Congreso Universitario es una figura fundamental en la Universidad de Costa Rica (UCR) tal como es hoy. Sin embargo, este evento, que actualmente se realiza cada diez años, y sus implicaciones siguen siendo desconocidas para una parte importante de la comunidad universitaria. El primer congreso data de 1946, apenas seis años después de la fundación de la Universidad. Desde entonces, estos espacios han configurado el futuro de la institución.

El presidente de la Comisión Organizadora del VIII Congreso Universitario, Rodrigo Carboni, lo describe como “el espacio que tiene la comunidad universitaria para presentar ideas e iniciativas en forma de propuestas puntuales que logren la evolución de la Universidad de Costa Rica en búsqueda de una mejora en todas sus actividades sustantivas de acuerdo a las condiciones existentes”.

A lo largo de su historia, los Congresos Universitarios han dado origen a los Estudios Generales, las Vicerrectorías, los Centros de Investigación y los programas de posgrado, además de haber sido clave en la discusión sobre la autonomía universitaria. Estos espacios representan la máxima expresión de lo que el exrector Claudio Gutiérrez Carranza expresó en el III Congreso Universitario al señalar que “la universidad es la conciencia lúcida de la patria”.

Un repaso por la historia de los Congresos Universitarios

Patricia Fumero, directora del Consejo Universitario (CU) e historiadora, realizó un análisis sobre los logros obtenidos en los siete congresos realizados hasta la fecha.

Los primeros dos congresos sentaron las bases de la formación humanista en la UCR. El primero, en 1946, preparó el camino para la reforma académica de 1957, que estableció los Estudios Generales. El segundo, en 1966, influyó en los contenidos impartidos en estos cursos, priorizando el estudio de la sociedad a partir del siglo XIX y dejando de lado la antigüedad occidental.

Entre 1972 y 1973 se realizó el III Congreso Universitario, reconocido como el que mayor impacto tuvo en la estructura orgánica institucional. Según Fumero: “el cambio institucional que se produjo nos ha llegado hasta hoy día”. En este congreso se planteó la creación de las vicerrectorías, las facultades y los estudios de posgrado, configurando a la UCR no solo como una institución de formación profesional, sino como un motor de investigación y acción social en Costa Rica. De esta expansión surgen tanto distintos Centros de Investigación como el Trabajo Comunal Universitario (TCU). También es el precedente de la regionalización que se concretó con la apertura del “Centro Regional de San Ramón” hoy conocida como la Sede de Occidente.

En 1980, en medio de una crisis nacional, el IV Congreso Universitario abogó por la autonomía universitaria tanto para la UCR como para el emergente sistema nacional de educación superior, que para entonces incluía tres nuevas universidades con menos de una década de historia. Fumero destacó que en este congreso también se avanzó en “regionalización, la departamentalización, la implementación de cátedras, la formación profesional, el sistema de becas y los procesos de elección de autoridades universitarias”.

El V Congreso, en 1990, se centró en aspectos administrativos. Definió políticas laborales, salariales y de contratación, así como el régimen de ascenso académico. En el ámbito docente, se discutieron reformas curriculares, la evaluación de la enseñanza y las becas de posgrado. Según Fumero, también se lograron mejoras en las condiciones para la permanencia y graduación del estudiantado.

El VI Congreso, en 2002, tuvo como eje principal la regionalización. Sus acuerdos buscaron fortalecer la participación dentro de la estructura universitaria para consolidar un sistema más equitativo en la distribución de recursos y planes de inversión.

El VII Congreso, realizado en 2014, se enfocó en la calidad de vida de la comunidad universitaria, no así en la estructura de la universidad. Para definir ese congreso, Fumero citó a uno de sus predecesores en la dirección del CU, Jorge Murillo Medrano, quien dijo: “la comunidad en general no tiene preocupaciones grandes con la estructura o el gobierno de la Universidad, más bien las preocupaciones van en la línea de buscar ejes transversales que guíen el quehacer institucional, como cuestiones de salud, de sostenibilidad del ambiente, de género, discapacidad y de equidad en la representación de los diferentes sectores universitarios”.

El VIII Congreso y sus expectativas

Sobre las expectativas para el VIII Congreso Universitario, Fumero destacó que estos espacios permiten el diálogo, el análisis y la reflexión sobre el quehacer institucional. “A partir de las ponencias, se procura definir acciones en forma prospectiva para gestionar cambios en las diversas dimensiones de la institución. El VIII Congreso Universitario tiene la responsabilidad de poner a discusión las transformaciones que la UCR necesita en el corto y largo plazo, esperamos que a partir de perspectivas y enfoques innovadores”.

Por ello, el lema es “La construcción de la Universidad del futuro en respuesta a las necesidades nacionales y globales: gobernanza sistémica, académica e institucional”. De este lema derivan cuatro grandes ejes de discusión donde se agruparán las distintas ponencias que propongan los universitarios.

“El Gobierno Institucional” analizará la estructura universitaria, la normativa y la gestión administrativa, académica y estudiantil, con énfasis en la transparencia y la rendición de cuentas. “La Cultura Universitaria” reflexionará sobre la identidad de la UCR, la equidad, la inclusión, el bienestar y la sostenibilidad. “El Sistema Universitario” evaluará cómo las actividades sustantivas de la Universidad responden a las necesidades sociales, incluyendo innovación, excelencia académica y flexibilidad curricular. Finalmente, “La Relación de la UCR con la Sociedad” revisará el proceso de admisión y la equidad de este, la vinculación con la comunidad y el impacto institucional en el país y a nivel internacional.

¿Cómo debe organizarse la Universidad para fortalecer su autonomía y transparencia? ¿Cómo puede adaptarse a los desafíos tecnológicos y sociales sin perder su identidad? ¿Qué cambios necesita para potenciar su impacto en la sociedad? Son las grandes dudas que se plantean discutir en esta octava edición del congreso.

Las inscripciones para el VIII Congreso están abiertas a través de la página web https://congresouniversitario.ucr.ac.cr. A través de esta plataforma se recibirán ponencias e inscripciones de congresistas provenientes de todos los sectores de la comunidad universitaria. El plazo para inscribirse como congresista concluye el 31 de marzo, mientras que el de ponencias se extiende hasta el 30 de abril de 2025. Ambas inscripciones son independientes, aunque la Comisión Organizadora recomienda que quienes propongan ponencias también se inscriban como congresistas.

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