Con la ilusión de complementar sus estudios en el extranjero, Yésica Membreño viajó a España en enero 2020 tras haber ganado una beca completa otorgada por la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa (Oaice) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La estudiante de educación preescolar en la Sede Guanacaste regresó a Costa Rica dos meses antes de lo planeado como consecuencia de la pandemia, en una cansada travesía de días desde Jaén (España) hasta Madrid, un vuelo a Países Bajos y luego hasta Francia para luego llegar a Costa Rica.
“Recibimos un correo de la Oaice donde nos decían que había un vuelo de repatriación desde Francia y que debíamos regresar, porque no podían arriesgarse a que nos quedáramos más tiempo. Tuvimos que correr”, narró Membreño, quien viajó también con otro estudiante becado.
Otros 66 estudiantes de la UCR salieron de intercambio. Entre febrero y julio regresaron 50.
“Los primeros que se devolvieron estaban en China y conforme se fueron desplazando los efectos de la pandemia hacia otras regiones se han ido regresando. La gran mayoría regresó antes de que cerraran las fronteras y ya después en vuelos humanitarios”, explicó Leonora de Lemos, directora de la Oaice.
De acuerdo con de Lemos, de los que se encuentran fuera del país, cinco estudiantes decidieron extender su intercambio un semestre más, tres se quedaron en México por proyectos personales/profesionales y nueve regresarán en las próximas semanas desde Brasil, España, Chile, Ecuador, Italia, República Checa y Países Bajos.
Por otro lado, la pandemia le tomó por sorpresa a 97 estudiantes extranjeros que decidieron hacer su intercambio en la UCR. Del total, 42 continuaron cursos virtuales en Costa Rica, 27 se devolvieron a su país de origen y siguieron en modalidad virtual, y 28 renunciaron al intercambio.
Pese a que la Oaice canceló las movilidades para el segundo semestre, estudiantes de la UCR realizarán su intercambio en modalidad virtual y diez estudiantes de Bélgica, Dinamarca, España, Estados Unidos, Inglaterra, México, Nicaragua y Países Bajos recibirán cursos de la UCR desde sus países.
Confinamiento lejos de casa
En enero 2020 Enrique Alvarado partió a Italia para llevar cursos de historia del derecho y derecho romano en la Universidad de Génova.
Aunque su mamá y abuela le sugerían que regresara a Costa Rica, el estudiante de derecho decidió continuar sus clases virtuales en Italia.
“Yo siempre mantuve la calma, porque venía con la meta de estudiar y también escribir mi tesis de licenciatura, y por lo menos ocupaba mi tiempo en eso. Aunque después de cierto tiempo uno se cansa”, comentó Alvarado, quien vivió parte del confinamiento en solitario después de que el compañero que viajó con él regresara a Costa Rica.
De acuerdo con la directora de Oaice, la situación ha implicado una gran coordinación porque han procurado conocer el estado de salud de sus estudiantes, incluido el estado de ánimo, y saber qué tanto les ha afectado el proceso.
“Esto es muy duro porque es el plan de irse a hacer una experiencia en el extranjero con toda la ilusión de conocer muchas cosas, pero algunas personas nunca entraron siquiera a la universidad, porque de una vez empezó la virtualización”, comentó la directora de Lemos.
Alvarado agregó que al principio no imaginaba que llegara a ser una situación tan complicada y preocupante, pero cuando dio inicio el confinamiento en Italia solo se podía salir una vez por semana para comprar comida.
En España, según comentó Membreño, “había mucha tensión acerca de lo que estaba pasando, pero había una idea de que eso pasaría allá en China, nada más”.
Para la estudiante de educación preescolar el proceso de virtualización fue complicado debido a que estaba acostumbrada a recibir lecciones presenciales, aunque la Universidad de Jaén logró adaptarse, comentó.
“El confinamiento fue literalmente estar encerrados. Habían días en que solo me levantaba, recibía clases, comía y sin ver la luz del día, le decía yo a mi familia”, contó Membreño, quien residía en un apartamento con dos costarricenses y una alemana. “Tuvimos cambios en el horario de sueño, ni siquiera coincidía con mis compañeros”, agregó.
La Oaice continuó otorgando apoyo financiero a los estudiantes movilizados, pese a que hubo un recorte de fondos; pero, según dijo su directora, dejaron una prevista presupuestaria para apoyar a los estudiantes, bajo la premisa de que pudieran regresar en el primer vuelo que surgiera.
“Quienes se van en intercambios autofinanciados ha pasado que la situación familiar cambió por esta situación y de pronto ya no pueden enviar más ayuda a quien está ‘atrapado’, entonces también hemos estado brindándoles el apoyo económico para que puedan mantenerse”, comentó de Lemos, quien hizo referencia a estudiantes que no han podido regresar ante la falta de vuelos humanitarios u otra alternativa.
La Oficina hizo gestiones con Cancillería para informar sobre los estudiantes que se encontraban en el exterior; sin embargo, el trámite para reportarse ante el consulado respectivo es personal.
También informaron, a sus respectivas embajadas, sobre los estudiantes extranjeros que se encontraban en suelo costarricense.
Aunque la emergencia sanitaria les tomó por sorpresa fuera de Costa Rica y su experiencia académica cambiara por completo, los estudiantes aseguraron que sacaron provecho.
“Yo no me quejo en absoluto. Hubiese querido salir, conocer más lugares y disfrutar más; sin embargo, los meses antes del confinamiento fueron positivos, y dentro de lo que hubo yo lo disfruté un montón, incluso lo repetiría”, dijo Membreño.