El pasado 5 de marzo, después de una semana sin drenaje de las aguas subterráneas, la construcción del edificio de la Oficina de Bienestar y Salud (OBS) en las instalaciones deportivas de la Finca N°3 de la Universidad de Costa Rica (UCR) presentó cimientos sumergidos en agua acumulada; situación que los vecinos de Montes de Oca calificaron como consecuencia de una ruptura del acuífero debajo de la construcción.
Ante esta situación, Paulina Mata, vecina de la zona y profesional en Manejo de Recursos Naturales, añadió el hecho a sus denuncias y solicitudes sobre los daños y determinación de los cuerpos de agua en el sitio de la construcción, presentados ante la Dirección de Aguas (DA) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y otras instancias legales.
Tras la petición de Mata, y sumado a una resolución del Tribunal Ambiental Administrativo (TAA), la DA realizó una inspección en las instalaciones de la Universidad el pasado viernes de 11 de marzo. Tras la visita, la Dirección emitirá un informe en los siguientes 7 días hábiles, en el cual detallará las condiciones de la naciente que presuntamente está captada a 20 metros de la construcción de la OBS, según Mata.
De acuerdo con la profesional en recursos naturales, se desconoce la ubicación exacta de la naciente de la quebrada permanente que está entubada debajo del sector norte del bulevar, la cual debe conocerse, porque la construcción de la OBS podría entrar dentro de los 100 metros requeridos de protección de la naciente.
Sin embargo, el equipo técnico de la Universidad, conformado por profesionales de la Oficina Ejecutora del Programa de Inversiones (OEPI), Unidad de Gestión Ambiental (UGA), la Oficina Jurídica y la Escuela Centroamericana de Geología (UCG), confirmó que la DA ha realizado inspecciones en distintas ocasiones en Finca N°3, y en ninguno de sus dictámenes “acusa la presencia de un cuerpo de agua en el área del proyecto de OBS, ni en un radio de 50 m alrededor de esta”.
Aunado a lo anterior, Roberto Guillén Pacheco, vicerrector de Administración, aseguró que la Universidad está a la espera del informe de la DA, por lo que no adelantará las condiciones de lo que podría pasar con la construcción si se confirma que existe una naciente permanente. Al contrario, el vicerrector señaló que la UCR está anuente a que se confirmen los datos de los estudios hidrogeológicos de la institución para proceder con la totalidad de la construcción.
De igual manera, el equipo técnico amplió que la UCR presentó los estudios hidrogeológicos que realizó la ECG a cargo del investigador Marco Barahona Palomo ante la DA, para atender la más reciente inspección. Además, tras una solicitud de la Rectoría, la ECG se encuentra realizando estudios técnicos dentro de la Finca N° 3, con lo que realizarán nuevos perfiles hidrogeológicos y un modelo hidrogeológico conceptual detallado.
Preocupación por el acuífero
Jorge Lobo Segura, biólogo y catedrático de la Escuela de Biología de la UCR, expresó que el acuífero es de suma importancia para los ecosistemas de las instalaciones deportivas, dado que abastece a las especies animales y plantas, junto a la quebrada que lleva agua al Río Torres.
De esta manera, el biólogo explicó que la función de los acuíferos es acumular el agua llovida en la Tierra, protegerla de la contaminación y de la evaporación que produce la insolación solar, y purificarla con el paso del tiempo a través de las rocas. Con esto, logran canalizarla hacia la vegetación y abastecer las quebradas y los ríos.
Bajo esta preocupación, Mata indicó que previo al 5 de marzo, la agrupación Salvemos la Naturaleza de las Instalaciones Deportivas de la UCR denunció públicamente la ruptura del acuífero y el respectivo drenaje de las aguas subterráneas.
En la página de Facebook de la agrupación explicaron que las consecuencias de dicha ruptura incluyen que “los árboles y vegetación circundante, los cuales sobreviven las sequías de 6 meses gracias al agua que sus raíces obtienen del acuífero, pueden afectarse e incluso morir porque ya sus raíces obtienen menos o ninguna agua, en especial al final de la estación seca”.
Ante la situación, el equipo técnico de la UCR exclamó que “la Universidad no se encuentra drenando o extrayendo agua de la zona con tanquetas, para trasladarla fuera del campus, como aseguran las publicaciones del perfil Salvemos la Naturaleza de las Instalaciones deportivas de la UCR. Dicha agua se dispone en el sitio de la construcción y sobre la existencia del acuífero se hará referencia más adelante”.
Bajo la misma línea, Juan Francisco Rojas, arquitecto de la OEPI, expresó que el agua que sumergió los cimientos proviene de una capa permeable y no del acuífero, dado que el acuífero se encuentra a 45 metros de profundidad superior. Además, Rojas señaló que en el Estudio Geotécnico de junio de 2016 a cargo de la empresa INGEOTEC S.A. encontraron la presencia de niveles freáticos entre 5.4 y 7.65 metros de profundidad, los cuales son parte de la capa permeable y corresponden al agua encontrada durante las excavaciones.
El arquitecto también señaló que previo a la construcción anticipaban la presencia de dicha agua, por lo que en la construcción del edificio están contemplados muros de contención y un sistema de drenaje, el cual canalizaría el agua acumulada hacia la quebrada.
Por otra parte, Rojas indicó que existe otra naciente que fue dictaminada como intermitente alrededor del Estadio Ecológico, pero esta tiene un área de protección que no alcanza la construcción del edificio de la OBS. También, el arquitecto puntualizó que dicha naciente en realidad corresponde a una caja de registro del drenaje del agua; basado en los estudios hidrogeológicos que realizó la Escuela Centroamericana de Geología a cargo del investigador Marco Barahona Palomo.
Rojas indicó que en diciembre de 2021 se realizaron perforaciones geotécnicas de más de 4 metros de profundidad dentro del Estadio Ecológico y no encontraron el nivel de agua subterránea, por lo que las autoridades universitarias descartaron la presencia de una naciente en dicho punto.
Descontento comunal
Recurrentemente, la comunidad de Montes de Oca se ha pronunciado en contra de la “expansión urbana” en la Finca N°3, de manera que en 2017 presentaron una denuncia ambiental en contra de la Universidad ante el TAA. Originalmente, se acusó el delito de entubamiento de quebrada e invasión al área de protección de la naciente de la quebrada entubada en las instalaciones deportivas.
Desde entonces, según Mata, el proceso judicial ha avanzado y el actual centro de estudio es la determinación de asuntos referentes a los cuerpos de agua de la zona, dentro de los cuales resalta la naciente que permanece en la quebrada para así resguardar su área de protección.
Encima, la comunidad ha criticado la decisión de construir el edificio de la OBS en la Finca N°3. El vicerrector Guillén sale al paso de las críticas al afirmar que la UCR ha procurado realizar la construcción con la “menor afectación posible”, tomando en cuenta que la actual administración recibió el proyecto con la licitación aprobada.
“La Universidad tiene la responsabilidad de atender a los estudiantes […] Estamos pasando de unas instalaciones mínimas a unas instalaciones que nos permiten atender la salud de los estudiantes. Es un beneficio social muy importante que hay que poner en la balanza.”, aseguró Guillén.
Finalmente, el equipo técnico de la institución universitaria agregó que la construcción del edificio de la OBS cuenta con la aprobación de la Secretaría Técnica Ambiental, “mediante el otorgamiento de la viabilidad ambiental tal cual lo señala la Resolución Nº 1193-2016-SETENA”.
