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Ciclotrón permite explorar potencial de la medicina nuclear en el país

El principal objetivo de la herramienta es crear materiales radioactivos y médicos, los cuales eventualmente se podrán exportar. Esto adicional a la investigación, siguiendo siempre los estándares de la UCR.

Por lo general, muchas personas consideran que la energía nuclear es algo dañino y peligroso para la salud. Sin embargo, en la actualidad, la medicina nuclear es una de las principales herramientas en la lucha contra enfermedades oncológicas, cardiológicas y neurológicas.

En el caso de Costa Rica, el país cuenta con el Ciclotrón presente en la Universidad de Costa Rica (UCR), el cual permite la producción de radiofármacos para el diagnóstico temprano y el tratamiento de enfermedades.

La herramienta es un acelerador de partículas que cuenta con una serie de placas o bobinas que elaboran un campo magnético. Es allí donde partículas subatómicas son aceleradas y estrelladas contra un blanco (punto de extracción) para producir radioisótopos.

Actualmente las aplicaciones nucleares en la medicina se reparten en Oncología (85%), Neurología (10%) y Cardiología (5%).

Asimismo, el laboratorio cuenta con un equipo PET-TC que posibilita la elaboración de imágenes híbridas de estudios de tomografía (TAC), con lo cual se pueden identificar anatómicamente y con claridad puntos negros (tumores de tamaños milimétricos) en los órganos.

La caracterización del potencial de la medicina nuclear en el país, gracias al Ciclotrón de la UCR, fue expuesta por el físico médico Erick Mora Ramírez en el marco de un conversatorio organizado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en torno al uso pacífico de la tecnología nuclear.

El ciclotrón y sus funciones

En el punto de extracción llamado “blanco” es dónde se crean las reacciones nucleares para hacer materiales radioactivos. Sin embargo, Mora explicó que esas reacciones están muy lejos de llegar al nivel de un reactor nuclear.

El responsable del Ciclotrón- PET/CT comentó que la ventaja de este acelerador de partículas es que se pueden crear muchísimos materiales radiactivos, más de 100 aproximadamente, los cuales pueden ser utilizados en el ambiente clínico o en investigación.

La instalación de todos los equipos se inició el 6 de abril de 2020. Actualmente el ciclotrón ya se encuentra completamente operativo. (Foto: Laura Rodríguez).

En el campo clínico se aborda la creación de radiofármacos, o sea la unión de un material radioactivo con un material farmacéutico. Uno de los más conocidos es la fluorodesoxiglucosa, aplicada comúnmente para realizar valoraciones respecto al metabolismo de la glucosa en el corazón, los pulmones y el cerebro.

También está el caso del fluoruro de sodio, el cual es utilizado contra las lesiones óseas benignas y malignas, ya que tiene la ventaja de presentar una mayor incorporación en el hueso.

“La capacidad del ciclotrón podría aumentarse a su máximo para exportar materiales radiactivos fuera del país. En la actualidad, sus funciones están a media máquina y suplen a todo el territorio nacional”, reveló Mora.

El físico médico mencionó el caso del Tecnecio-99, el cual es un material muy particular, debido a que se utiliza en los servicios de medicina nuclear, específicamente para diagnósticos del funcionamiento de órganos del cuerpo humano. Sin embargo, en la actualidad se debe importar desde Canadá.

El experto mencionó que el país invierte medio millón de dólares al año en el proceso de traer esta materia prima. La buena noticia es que, actualmente, gracias al ciclotrón, los investigadores se encuentran en el proceso de poder realizarlo en Costa Rica. En este momento se está en la fase de desarrollo de los materiales.

Mora concluyó mencionando la importancia que brinda la medicina nuclear en la diversidad de tratamientos terapéuticos, ya que no siempre se trata de radioterapia.

El investigador adujo que se ha visto la utilidad de tratamientos combinados, como quimioterapia y radioterapia o quimioterapia con técnicas de medicina nuclear, para tratar enfermedades oncológicas.

“La importancia de este proyecto es que, como casa de estudio, podemos contribuir a nivel centroamericano”, finalizó.

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