Mundo Voluntarias costarricenses atrapadas en el lugar

Violencia se apodera de estado en Brasil por huelga de policías

Una costarricense que se encuentra en la ciudad de Vitória, asegura que llevan cinco días encerrados por la violencia que impera en el lugar.

La ola de violencia que se apoderó del estado de Espírto Santo, en Brasil, por una huelga de policías, tiene atrapados a la ciudadanos del lugar y entre ellos, a cuatro estudiantes costarricenses que viajaron para participar de un programa de voluntariado.

Katherin Elizondo, estudiante de Ciencias Políticas y Derecho de la Universidad de Costa Rica, relató a UNIVERSIDAD desde Brasil que la situación es muy compleja, por la violencia en las calles mantiene los comercios cerrados y hace imposible que la gente pueda salir de sus casas.

Según la agencia AFP, desde el sábado, familiares de agentes de la Policía Militar (PM) bloquean la salida de los cuarteles de varias ciudades del estado -y de su capital, Vitória- en reclamo de mejores salarios y condiciones laborales para los uniformados, que por la Constitución no tienen derecho a hacer huelga.

La ausencia de las patrullas derivó inmediatamente en una escalada de agresiones, asaltos y asesinatos en las calles de este estado situado 500 km al norte de Rio de Janeiro.

Aunque las autoridades no han dado un número oficial, el sindicato local de la Policía Civil (Sindipol) informó que Espírito Santo registró 101 muertes violentas entre el sábado y el jueves a mediodía.

Esta es la vista que tiene la estudiante costarricense Katherin Elizondo desde la casa que la hospeda en Vitória, estado de Espírito Santo, donde la violencia le impide salir a las calles desde hace cinco días. (Foto Katherin Elizondo)
Esta es la vista que tiene la estudiante costarricense Katherin Elizondo desde la casa que la hospeda en Vitória, estado de Espírito Santo, donde la violencia le impide salir a las calles desde hace cinco días. (Foto Katherin Elizondo)

“No podemos salir de las casas donde estamos hospedados porque es muy peligroso, todos los comercios permanecen cerrados por lo mismo. El gobierno no quiere negociar con los policías porque estos quieren mejores salarios, y ellos les dicen que no tienen dinero para cubrirlos dada la crisis en Brasil. Han habido amenazas de los policías de disparar a civiles”, aseguró Elizondo desde la zona de Serra, en Vitória.

De acuerdo con Elizondo, la intervención del ejército brasileño no ha sido suficiente para frenar la violencia y la delincuencia que los afecta, pues asegura que los pocos efectivos que han enviado al lugar, se han concentrado en las zonas más adineradas de la ciudad.

La costarricense se encuentra en Espirito Santo desde el viernes anterior y no ha podido iniciar su voluntariado con la organización Aiesec, dado que ni siquiera pueden salir de las casas de hospedaje para abastecerse. En el caso de las otras voluntarias, ya tienen más de un mes de estar en Brasil.

Según la AFP, el ejército brasileño decidió este jueves enviar paracaidistas y vehículos blindados, mientras que el gobierno del estado, por su parte, lanzó un llamamiento para que la población done sangre, explicando que las reservas “fueron reducidas al mínimo en estos últimos días”.

Tras finalizar sin acuerdo su reunión del miércoles, las autoridades y representantes de las familias de los policías volvieron a encontrarse este jueves para buscar una salida a la crisis.

Y mientras el sentimiento de inseguridad persiste en Espírito Santo, la inquietud crece en Rio de Janeiro por los rumores de que podría producirse una huelga similar en la segunda ciudad más grande del país.

El gobierno del estado explicó, sin embargo, que el pago de los salarios atrasados a sus funcionarios estaba en curso y que ninguna huelga estaba prevista, aunque los rumores que circulan por las redes sociales mantienen en alerta a la población.

El gobernador, Luis Fernando Pezao, afirmó este jueves a Radio Gaucha que pidió a las autoridades federales que el ejército esté listo para intervenir.

La costarricense aseguró que las otras voluntarias se encuentran bien, aunque también están encerradas en las casas de hospedaje a la espera de que la situación pase.

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