Más de 60.000 costarricenses viven actualmente en el extranjero. Sin embargo, no todos votan donde residen. Elías Arce es uno de ellos, y viajó 14.000 kilómetros en 30 horas desde Melbourne, Australia hasta Costa Rica para ejercer su voto. “No pudo viajar a Sidney en la primera ronda, así que no podía faltar a la cita de color por Costa Rica”, dice su papá, Wilson Arce.
Álvaro Gamboa vive en Long Island, New York desde 1995, donde tiene una empresa de renovación de viviendas. Esta semana, viajó a Costa Rica motivado a ejercer su voto.
“Vine a Costa Rica a votar motivado, aparte en contra de lo que creo ha sido una administración nefasta en muchos sentidos para el país, también por la oportunidad que se presenta, casi que única para que una persona como Fabricio pueda tener el chance de poder gobernar con una Asamblea Legislativa muy favorable y así poder pasar grandes proyectos en unidad con otros partidos representados en la Asamblea Legislativa. Veo en él un líder joven con una buena actitud para unir diversos sectores para tratar de sacar al país en el hueco que está”, aseguró Gamboa.
Susana Ramírez es otra de las costarricenses que dejó su casa en el extranjero para emitir su voto en el país que la vio nacer. A pesar de vivir en Guatemala desde hace cinco años, no tuvo tiempo para empadronarse, por lo que no pudo votar en la primera ronda electoral. Sin embargo, para este 1 de abril decidió tomar un avión y regresar a Costa Rica para ejercer el sufragio.
“Luego de ver la situación tan critica del país, y ver el riesgo que corremos no pude quedarme de brazos cruzados. Siento que es responsabilidad mía y de mi esposo venir a votar por Carlos y rescatar a la Costa Rica que tanto amamos. Rescatarla de la discriminación, de la ignorancia y del fanatismo. Mi familia y yo somos liberacionistas y jamás hemos votado por otro partido, pero esta vez la bandera de Costa Rica va delante de cualquier color político. Vine con mucho orgullo y convicción a votar por Carlos Alvarado”, explicó Ramírez.
Silvia Ramírez trabaja desde hace dos meses para una organización suiza y una indígena en Colombia, y voló a Costa Rica el pasado sábado 31 de marzo para votar. “Me dio susto. Sentí que había la necesidad de hacer algo y ahora el medio que tenemos es ir a las urnas”, contó sobre su voto.
La oceanógrafa Melania Guerra vivió 15 años en Estados Unidos mientras trabajaba en una investigación académica. En 2017, regresó a Costa Rica, pero hace dos semanas se mudó nuevamente al estado de New York en Estados Unidos para trabajar en la División de Asuntos Marinos y la Convención del Mar de Naciones Unidas. Aunque su primer día de trabajo es este lunes 2 de abril, Guerra viajó a Costa Rica, donde estuvo por menos de 24 horas sólo para ejercer su voto, y regresó a el norte de América.
