País Segunda encuesta del CIEP-UCR durante las protestas

Se reducen apoyo a la huelga y rechazo al plan fiscal

Nueva encuesta muestra una baja en el apoyo a la huelga y también un menor rechazo al plan fiscal

El apoyo popular a la huelga contra el plan fiscal se redujo después de su segunda semana, mientras creció el respaldo a este proyecto que impulsa el Gobierno para sanear las finanzas públicas, aunque este sigue siendo minoritario. Además, 7 de cada 10 personas favorecen la idea de que el Gobierno debe levantar cualquier bloqueo en las calles.

El total de costarricenses que dijeron apoyan la huelga pasó de 52% en los días 9 y 10 a 46% en el 22 y 23 de la protesta, según muestra la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Ahora solo es de 10 puntos la diferencia entre quienes apoyan la huelga y quienes la rechazan, pues este último porcentaje pasó de 26% a 36%, de acuerdo con los estudios realizados sobre 703 encuestas mediante teléfono celular. Esto se explica en parte porque el 16% de los encuestados dijeron haber cambiado de opinión en estas dos semanas.

La huelga que empezó el 10 de setiembre, convocada por sindicatos de trabajadores del sector público, cumple hoy viernes su jornada número 26, a pesar de ser declarada ilegal preliminarmente en algunas instituciones, y de los intentos de diálogo entre el Gobierno y los dirigentes sindicales.

El respaldo a la huelga sigue siendo mayor entre la población con solo educación secundaria, entre los más jóvenes y en los pobladores de las provincias Limón y Puntarenas.

El apoyo a la huelga se redujo, así como el rechazo al Plan Fiscal, según la última encuesta del CIEP. (Gráfico: Valeria López)

Este respaldo aún mayoritario a la huelga no se traduce en apoyo para los métodos de presión utilizados, como el bloqueo de calles (lo rechaza el 71%) o la paralización de servicios en centros de educación (74%) y de salud (89%).

La mayoría apoya la idea de que el Gobierno debe levantar los bloqueos en las calles. Este grupo alcanza el 69% de los encuestados, mientras que hace dos semanas un 73% rechazaba el uso de la fuerza policial para levantar esos bloqueos. En este tema, sin embargo, las preguntas planteadas fueron distintas entre un estudio y otro.

Las opiniones favorables a la potestad del Gobierno de levantar los bloqueos son abundantes incluso entre quienes aprueban la huelga: un 48%.

El 62% de los encuestados dice que el Gobierno no debe sancionar a los huelguistas, según el estudio. De los opuestos de la huelga, el 78% se inclina los los castigos y entre los que la favorecen, la cifra queda en 9%, según el reporte.

Estas encuestas se realizaron entre el martes 2 de octubre y el miércoles 3, pero acabaron antes del intento de agresión contra el presidente Carlos Alvarado, ocurrido al mediodía del miércoles.

Se reduce reprobación al plan fiscal

Uno de los grupos que se redujeron en esta encuesta fue el de los opuestos al plan fiscal, que pasó de 21% a 12%, mientras los que están a favor subieron de 14% a 20%. Sin embargo, sigue siendo muy superior el conjunto de encuestados que se inclinan por pausarlo, pues eran 65% y ahora son 68%, diferencia que está dentro de margen de error del estudio (3,7 puntos).

Esto significa que pierde respaldo popular el objetivo principal de la huelga aún vigente, que era la de descartar completamente el proyecto de reforma fiscal tramitada bajo el expediente 20.580 y lista para votarse en primer debate este mismo viernes.

Sobre el intento de negociación y la propuesta de acuerdo frustrada el fin de semana pasado, también hay una inclinación popular mayoritaria. El 60% de los entrevistados desaprueba la decisión de los sindicatos de rechazar la suscripción del documento en el que sus dirigentes habían participado y que establecía el fin de la huelga.

En línea con este último dato, el 82% de los encuestados consideraban necesario que el Gobierno insistiera en una negociación. El presidente Carlos Alvarado ha dicho que es innegociable el proyecto de reforma fiscal, pero ha manifestado apertura para negociar algunos componentes, aunque los líderes sindicales le achacan intransigencia.

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