País Controversia sobre el tipo de cambio en la campaña electoral

¿Qué pasará con el precio del dólar en Costa Rica?

El manejo del tipo de cambio fue uno de los temas económicos sobre el cual hubo más controversia en la segunda vuelta electoral.

El triunfo de Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC), en alianza con el abogado Rodolfo Piza, excandidato del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), aparentemente garantizaría una continuidad de la política seguida hasta el momento en cuanto al manejo del tipo de cambio.

Sin embargo, la señal definitiva la dará la designación de quien ocupe la Presidencia del Banco Central de Costa Rica (BCCR) después del primero de mayo.

Luego de la primera vuelta, el economista Gerardo Corrales, exgerente del banco BAC Credomatic y quien fungía como gerente de la campaña del excandidato Antonio Álvarez Desanti, del Partido Liberación Nacional (PLN), dio su adhesión al candidato Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional y se incorporó a su equipo económico.

El 7 de marzo, día de la presentación oficial de los nuevos apoyos adquiridos por el predicador, Corrales fue grabado en un vídeo por el diario La Nación cuando argumentó en favor de realizar una devaluación gradual del colón de hasta un 15%, con el argumento de que era necesario que el precio nominal de la moneda coincidiera con su “precio real”

Poco después, el economista y expresidente del BCCR, Jorge Guardia, publicó un video en el que refutó los argumentos que, como los de Corrales, buscan devaluar el colón y anunció su adhesión al entonces candidato del PAC, Carlos Alvarado

La polémica en torno a cómo manejar el tipo de cambio no era nueva. Guardia llevaba cerca de dos años contestando a los argumentos en favor de propiciar, como “en los viejos tiempos”, una devaluación inducida del colón con respecto al dólar. Eso a partir únicamente de tomar como referencia el año base (1997) establecido arbitrariamente como parámetro de su “precio real”, el cual, por lo demás, representa las condiciones económicas del país y de sus socios comerciales de finales de los años 90 del siglo XX.

A su vez, la cifra del tipo de cambio “real” se obtenía a partir de la teoría de la “paridad del poder de compra” entre países, para lo cual se asumía un escenario en el cual no había distorsiones entre mercados y se determinaba “la diferencia entre la inflación interna y la inflación internacional”, explicó Edurado Prado, gerente del BCCR.

“La consecuencia más evidente del régimen de paridad reptante fue la inflación observada en el lapso 1982-2006, cuando registró un promedio anual de 18,7%”, dice el Documento de Trabajo No. 03/2016 del BCCR.

Pero desde el 2006, cuando presidía la entidad el economista Francisco de Paula Gutiérrez, se acordó abandonar el predecible régimen de minidevaluaciones permanentes del colón en función del dólar y adoptar un régimen más flexible, conocido como de “bandas cambiarias” o también llamado de “flotación administrada”.

Este es el régimen vigente y el resultado más visible ha sido que permite mantener la inflación baja y estable, como ocurrió durante la presente administración.

Ganadores y perdedores

Con el régimen de las minidevaluaciones del colón ganaban principalmente los sectores vinculados a las exportaciones y el turismo, pero también aquellas entidades financieras y bancarias cuyo patrimonio se encuentra mayormente dolarizado.

Pero perdía el conjunto de la población, especialmente la más pobre, debido a la alta y sistemática inflación, así como las personas que tienen deudas en dólares, pero cuyos ingresos son en colones.

Por ejemplo, cuando el BCCR anunció, el año pasado, que establecería una nueva norma patrimonial para los bancos de modo que, para mejorar su posición patrimonial ya no podrían ayudarse con las ganancias de cada devaluación del colón, se supo que los bancos más dolarizados –y, por tanto, los que tendrían que hacer un mayor esfuerzo para cumplir con la norma–, eran BAC Credomatic, Lafise, Scotiabank y BCT.

En su momento, Javier Cascante, encargado de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), consideró necesaria la medida para lograr un equilibrio “entre el efecto de las ganancias por diferencial cambiario que van al patrimonio y el aumento en términos de colones que tienen los activos en moneda extranjera cuando sube el tipo de cambio”.

UNIVERSIDAD buscó al economista Gerardo Corrales para aclarar lo que buscaba el equipo económico del perdedor de la segunda ronda con su propuesta sobre el tipo de cambio, pero prefirió no opinar.

“El ganador de las elecciones es el PAC, su coalición y Carlos Alvarado. Corresponderá ahora a ellos nombrar al Presidente Ejecutivo del Banco Central, el cual, con su Junta Directiva, es el llamado a dictar la política cambiaria que regirá el país para promover la estabilidad externa del colón, el pleno empleo de los recursos y la competitividad de nuestro sector exportador, turístico, así como de la producción local respecto a los productos importados”, dijo.

Por su parte, el economista Marcos Adamson, excoordinador del equipo económico perdedor, aseguró que “nunca estuvo el interés por utilizar un parámetro (de tipo de cambio real) de esa época”.

“Siempre mantuvimos el argumento de que se seguiría una política cambiaria neutra, administrada para defendernos de ataques especulativos”, agregó.

A su vez, Edna Camacho, coordinadora del equipo económico del presidente electo, Carlos Alvarado, precisó los términos del acuerdo establecido entre este y Piza sobre el tema:

“El manejo del tipo de cambio bajo el sistema de flotación administrada debe tener las siguientes condiciones: (a) Permitir que el tipo de cambio responda a las condiciones reales del mercado. (b) Mantener un nivel de flexibilidad que conduzca a las personas a incorporar el riesgo cambiario en sus decisiones financieras. Esto es esencial para abrir espacios para el desarrollo de coberturas. (c) Dotar de mayor claridad a la intervención en el mercado cambiario, es decir, hacer más transparente el grado de administración de la flotación”, detalló.

Economista Edna Camacho: “Incorporar la idea de que existe el riesgo cambiario es esencial para abrir espacios para el desarrollo de coberturas”. (Foto: Katya Alvarado).

Actualmente, en el BCCR la discusión no se centra en la determinación del índice de tipo de cambio efectivo real (Itcer), pues utiliza el “índice de tipo de cambio efectivo real multilateral”, que se actualiza todos los meses.

“Dado que con algunos países comerciamos más que con otros, el procedimiento de cálculo permite incorporar la información de cada socio comercial de acuerdo con su importancia relativa en el comercio exterior de Costa Rica, en cada momento del tiempo. Es decir, el indicador de precios internacionales es un promedio ponderado de los precios de los diferentes países con los que tenemos relaciones comerciales. El ponderador es, precisamente, la importancia relativa de cada país en el comercio internacional de Costa Rica”, dijo Prado.

Eduardo Prado, gerente del BCCR: “Hoy se actualiza el valor de la moneda mes a mes”. (Foto: Katya Alvarado).

Así, “el cálculo logra capturar los cambios en los patrones de comercio internacional entre Costa Rica y el resto del mundo. Es decir, los ponderadores son móviles. Lo anterior implica que tanto los ponderadores como la información de precios se actualizan todos los meses y es en ese sentido que afirmamos que la actualización “es permanente”, agregó.

En lo que al mercado cambiario se refiere, la preocupación se centra, más bien, en los pasos que deben darse para democratizarlo, hacer la información más transparente y proteger al público de acciones especulativas como la ocurrida en mayo del año pasado, que obligó al Banco a intervenir fuertemente para evitar que el alza artificial del dólar continuara en beneficio de unos pocos.

De hecho, se espera la próxima publicación de un informe sobre Costa Rica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con recomendaciones en esta dirección.

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