El presidente de la República, Carlos Alvarado, dijo esta mañana de miércoles que los viajes y nombramientos que han estado en la discusión pública estos días en la Cancillería son legales, pese a que generan “zozobra e incertidumbre” en la ciudadanía.
El mandatario aseguró que no moverá a Campbell de la Cancillería, como lo han pedido diputados de distintas fracciones, porque se trata “de una voz muy importante para Costa Rica”. Además porque las designaciones han estado apegadas a los principios de legitimidad y legalidad.
Campbell ha sido objeto de críticas por supuestas irregularidades en nombramientos de dirección y confianza dentro de la Cancillería. La semana anterior incluso se le criticó haber designado a Catherine Rivera, su ahijada, como asesora del despacho. Los diputados han señalado a la jerarca estar incurriendo en acciones que ella misma criticó mientras era diputada de oposición.
“Yo lo que no comparto es que sean personas con consanguinidad, familiares (en los puestos de confianza) que eso es lo que la ley prohíbe, o que se nombren personas sin atestados. Que no cumplan lo que puede hacer este cargo”, dijo el presidente.
Alvarado dijo que en las designaciones de confianza lo que se busca es que haya cercanía, mientras no haya consanguinidad. “Yo particularmente lo que he censurado es cuando se nombran personas que no tienen competencias familiares. Yo sé que esto genera, la palabra que no la preciso en este caso, que es ahijada, muestra la preocupación en la ciudadanía, que ese es como el último pilar la que quiere referirme”.
Además, el jerarca se mantuvo fuerte con la posición de que no moverá a Campbell de su puesto ya que “tiene una representación importante en la diplomacia costarricense en la situación regional”. Destacó, por ejemplo, el tema de los derechos humanos, ambientales y la descarbonización
“Es una voz muy fuerte y muy escuchada en la región. Yo quiero contar con esa voz en mí Gobierno”, añadió el presidente.
Sobre el acompañamiento del esposo de la Canciller, Berni Venegas, durante las giras fueras del país, el mandatario dijo que está es una práctica común en otras cancillería del mundo, ya que “las cancillerías tienen que viajar y pasar constantemente en viajes”, por lo que muchas veces una forma de compartir es durante los viajes.
“Algo usual es preparar agendas para el canciller y para su cónyugue porque eso es una práctica. En el caso de doña Epsy, por la situación fiscal y también porque no es usual en Costa Rica no se financian esos viajes desde el público. Eso lo ha financiado él”, detalló el presidente.
El mandatario también se refirió a la crítica que han recibido por haber efectuado varios nombramientos de exministros del Gobierno del expresidente, Luis Guillermo Solís, y argumentó que las personas que se han designado hasta el momento tienen los atestados académicos y políticos.
“Ser un embajador, habiendo sido ministro, tiene un plus porque es nuestra representación ante Gobiernos de otros países, teniendo representación política”, añadió.
Críticas y cuestionamientos
Campbell compareció el jueves anterior ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público para rendir cuentas a los legisladores sobre posibles ilegalidades con los cargos que han sido nombrados hasta el momento en puestos de embajadores y dirección en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Un día después de la comparecencia, trascendió la noticia de que la Fiscalía General abrió una investigación para determinar presuntas irregularidades en nombramientos de puestos internos de la Cancillería, así como en el servicio exterior.
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Por la polémica que generaron los cuestionamientos, también se dio a conocer que la ahijada, Catherine Rivera, renunció a su puesto de asesora de despacho de la canciller el pasado lunes. Rivera envió una carta al Ministerio en la que expuso que hay sectores que no están conformes con que una mujer negra dirija las relaciones internacionales de este país”, por lo que no permitirá que usen su nombre “para que enciendan las voces de odio”.
En esta misma línea, el Consejo de Gobierno manifestó este martes después de la sesión de Consejo de Gobierno, que la jerarca de Cancillería era víctima de una campaña de “racismo, odio y misoginia”, por lo que pendían respeto al tiempo que respaldó solidaridad con la jerarca.