El pasado martes 3 de abril, dos patrulleras clase Libertador de 110 pies de eslora (largo), zarparon desde el Puerto de Baltimore, Estados Unidos, rumbo a Costa Rica para colaborar con los guardacostas nacionales en el combate al narcotráfico, así lo detalló el embajador de Costa Rica en Washington, Román Macaya.
Las naves bautizadas con el nombre de los héroes nacionales Juan Rafael Mora Porras y el General José María Cañas llegarán al Puerto de Caldera el próximo 26 de abril para integrarse al servicio activo del Servicio Nacional de Guardacostas.
De acuerdo con el embajador, las naves tendrán un gran impacto en el país, pues proyectarán la presencia del Estado sobre la totalidad de la zona económica exclusiva del país (540.000 kilómetros de mar) .
“Con la autonomía y el rango operativo que tienen estas patrulleras se puede patrullar el 100% de la zona económica exclusiva que es hasta el puro límite de las 200 millas más allá de la Isla del Coco”, señaló Macaya.
La zona económica exclusiva del país en el Pacífico tiene un área aproximadamente once veces más extensa que el área terrestre.
Costa Rica y Estados Unidos tienen vigente un acuerdo de patrullaje conjunto sobre el área marítima nacional desde octubre de 1999 con el objetivo de monitorear y reprimir el trasiego de drogas por el océano que es una de las rutas usuales de los carteles de la droga cuando no utilizan las vías terrestres o aéreas.
Actualmente, el barco más grande que tiene el Servicio Nacional de Guardacostas mide 80 pies y llegó al país en los años sesenta. Si la patrullera actual llega a la Isla del Coco, el combustible no le alcanza para ir más allá y debe regresar para reabastecerse.
El embajador Macaya también indicó que tras la donación de las naves, Costa Rica -por primera vez- podrá patrullar todas sus aguas territoriales.
“Será para todos los fines, para lo que es incautación de droga, para controlar todas las cosas que suceden en el mar, para pesca ilegal, para búsqueda y rescate”, indicó el diplomático.
El embajador explicó que lo que más preocupa es el tema del narcotráfico, pues empieza en el mar, llega a los puertos y luego a cualquier comunidad.
“Esa ilegalidad no solo aparece en el mar, sino que también llega a tierra firme. La que más nos preocupa es el narcotráfico porque hay barcos que salen con droga y van de paso por nuestros mares especialmente en el Pacífico y hay colaboradores en el camino -por toda Centroamérica- que van a reabastecer el combustible de estas lanchas o semisumergibles, y son pagados con droga. Cuando esos colaboradores de crimen organizado regresan a Puerto, ellos tienen que vender esa droga para monetizarla o hacerla efectivo. Entonces se involucran en el menudeo del narcotráfico”, aseveró Macaya.
Los barcos además mejorarán las condiciones de los guardacostas, quienes a veces zarpan y no tienen camarotes o cocina.
Donación y entrenamiento
Las patrulleras que arribarán a final de mes al Puerto de Caldera, formaron parte del Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos. Antes de ser donadas por ese país a Costa Rica fueron restauradas a condiciones operativas óptimas para así alargar su vida útil.
Cada una de las patrulleras tiene un precio aproximado de $9.5 millones.
Durante tres meses, 47 agentes del Sistema Nacional de Guardacostas se entrenaron en Baltimore para poder maniobrar, comandar y darle mantenimiento a las naves.