País

OIJ detiene a dos políticas rumanas por ser fugitivas de la justicia en su país

Exministra y exfiscal tenían alerta roja en el sistema de Interpol

Dos políticas rumanas que tienen causas pendientes en su país fueron detenidas este miércoles por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que pertenecen a la Policía Internacional (Interpol).

Se trata de la exministra de Turismo rumana, Elena Udrea, y su amiga, la exfiscal de la Dirección para la Investigación del Crimen Organizado y la Corrupción (Diicot) de Rumanía, Alina Bica, quienes aterrizaron hace unos meses en Costa Rica dejando atrás una estela de problemas judiciales y de condenas en su país natal.

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El OIJ comunicó que, tras investigaciones, vigilancias y seguimientos,  ambas mujeres fueron apresadas este miércoles por ser requeridas por la justicia rumana.

La Policía detalló que Udrea tenía una notificación roja en la base de datos de Interpol, por los delitos de soborno y abuso de poder, emitida por la oficina de esa Policía en Bucarest (capital de Rumanía).  Ella fue detenida en vía pública, a eso de las 10 a. m. en el sector de Sabana oeste.

Mientras que Bica presentaba alerta roja por los delitos de cohecho y corrupción, también presentada por Interpol en Bucarest. A ella se le apresó a eso de las 2 p. m., en vía pública, en el sector de Sabana este.

Las dos extranjeras habían presentado solicitudes de refugio en Costa Rica, procesos que están pendientes de resolverse en la Dirección de Migración y que incluso pueden ser apelados y conocidos por el Tribunal Administrativo Migratorio.

Por ello, las mujeres no pueden ser extraditadas de manera inmediata, sino que fueron presentadas ante el Tribunal Penal de San José, según indicó el OIJ.

A ellas se les podría dictar alguna medida cautelar mientras las autoridades migratorias deciden si les otorga o rechaza la condición de refugiadas.

En junio, UNIVERSIDAD, junto con Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y el colectivo de investigación rumano Proyecto RISE, dieron a conocer una investigación sobre los movimientos de estas rumanas.

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La investigación reveló que a Costa Rica también han llegado otros compatriotas de estas mujeres –amigos y familiares de ellas- que enfrentan sus propias batallas legales en el país europeo.

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Además, que en nuestro país han tenido la ayuda de un empresario rumano de apellido Radulescu (quien se nacionalizó costarricense al casarse con una joven tica), y quien tiene antecedentes penales en su país de origen.

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