El ministro de Comunicación, Juan Carlos Mendoza García, estrena su oficina de tres por tres metros en Casa Presidencial con la primera entrevista que brinda allí, “así, sentado”, reconoce el politólogo de 42 años que vivió en una especie de exilio el ultimo cuatrienio como embajador de Costa Rica ante Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.
Mendoza fue el primer presidente de la Asamblea Legislativa que ha tenido el PAC. Lo hizo en 2011 liderando una alianza opositora de cinco partidos, un año después de estrenarse como jefe de fracción. Al terminar su gestión intentó disputarle la candidatura presidencial a la hoy vicepresidenta Epsy Campbell y al expresidente Luis Guillermo Solís, con quien perdería finalmente la convención por tan solo 113 votos en julio de 2013.
Así estrena su puesto el primer Ministro de Comunicación que inicia funciones junto al presidente en las últimas cuatro administraciones, explicando, con sus manos unidas, por qué es necesario un político con experiencia en su puesto más que un comunicador de profesión para “dimensionar los aspectos políticos de la comunicación”.
¿Qué le dice a usted don Carlos cuando lo llama y le propone ser el ministro de Comunicación?
Que es un gran reto, que es un punto clave del gobierno, estamos en un mundo donde la política tiene que ir aparejada a la comunicación, donde todos los procesos productivos van aparejados a la comunicación. Sin duda, eso es clave en todas las relaciones humanas, más en estos tiempos en los que se ha vuelto esencial para las relaciones humanas. Creo que el presidente tiene clarísima esa visión y me la transmitió y, bueno, estamos con este reto que implica como él dice: trabajo, trabajo y trabajo.
¿Por qué elegir a un politólogo para el Ministerio de Comunicación?
Porque él (Carlos Alvarado) cree que estamos hablando de comunicación política, de una visión en que es necesaria tener experiencia política previa para hacer todas las valoraciones que implican las distintas relaciones que se dan entre la institucionalidad del país y los distintos poderes de la República. El haber pasado por estos espacios me permite dimensionar los aspectos políticos de la comunicación.
¿La experiencia del PAC en estos cuatro años le dice que en este puesto es más importante una formación política que de comunicación?
Pues yo creo que es una combinación, estamos hablando de un énfasis en la comunicación y eso requiere los dos elementos. Yo soy politólogo, tengo estudios en comunicación también (cursó la maestría de Comunicación en la UCR pero no la ha concluido), pero lo importante acá es el cúmulo de experiencias en la práctica de la comunicación política.
Como ministro de Comunicación, ¿usted se visualiza como un vocero del gobierno como lo fue Francisco Chacón, o va a ser un coordinador de comunicación interna como era la intención con Mauricio Herrera?
No estamos hablando en realidad de ninguna de las dos figuras, creo que en algunos momentos ejerceré vocería pero no es ser vocero la principal función. Tenemos un equipo de comunicación pero mi principal función no es coordinar ese equipo. Mi principal función es poder establecer con las distintas jerarquías una coherencia en todo el mensaje que como gobierno podamos emitir.
Quiero dedicarme mucho a hacer un ejercicio de escucha, estoy convencido de que en estos momentos Costa Rica necesita que exista un ejercicio sincero de escucha donde realmente dejemos la comunicación tradicional, en la que se piensa solo en el gobierno emitiendo mensajes, dando a conocer acciones y realmente que se genera una interacción, tenemos todos los recursos tecnológicos para hacerlo, estamos en una era que así lo requiere, en una era donde la ciudadanía demanda esa escucha y esa es mi principal función.
¿Cuáles son ejemplos de canales que van a utilizar para que la comunicación sea de ambos lados y no solo de emitir mensajes?
Hay dos grandes áreas: una es todo lo que podemos manejar por redes sociales donde hay un camino muy positivo andado, que se estableció una dinámica muy particular en la campaña política y la idea es poder continuar e incrementar ese tipo de contactos. Pero no solo las redes sociales se prestan para la comunicación, la comunicación también es persona a persona, desde la más ancestral de las comunicaciones, esa debemos de retomarla también.
¿Cómo van a manejar ustedes las críticas en redes sociales: los bots, los trolls, las fake news?
Cuando hablamos de escucha, tiene que ser una escucha a todo lo que está presente, obviamente pues se sabrán identificar algunas de estas herramientas que se utilizan para distorsionar ese tipo de comunicación, pero creo y me parece clave no presumir y siempre interactuar.
Es necesario realmente transparentar mucho una relación en esos espacios y eso pasa también por valorar digamos la verdad, dar elementos para poder valorar esa verdad. Estamos en una época donde se dice que lo que puede definir a un ciudadano de otro es su capacidad de discernimiento sobre la verdad, y creemos que hay una responsabilidad del Estado, en dar elementos, en dar distinta información, en educar también sobre el consumo de la información para que la gente pueda discernir la verdad en este mundo donde es tan clave y donde definitivamente marca eso una diferencia entre la ciudadanía.
En general Costa Rica claramente tiene un pueblo educado, un pueblo inteligente y que sabe generar esta distinción pero también hay gente que en determinados momentos puede dejarse seguir una tendencia a partir de información falsa, y creo que eso hay que trabajarlo y de nuevo: dar herramientas para que la gente aprenda aprenda a consumir, a producir contenidos e interactuar dentro de un marco cada vez más complejo de distinguir estas gacetas.
Don Ottón Solís dice que el Ministerio de Comunicación es un puesto que sobra, que la comunicación es automática cuando los hechos del gobierno son buenos, conociendo que él va a tener un rol como lo dijo el presidente, ¿cree usted en esa afirmación de él o lo piensa diferente?
Yo comparto el hecho de que el ejemplo es lo que mejor comunica, y ser coherente con las posiciones y demostrar en la acción, definitivamente es el mayor valor para después comunicar.
En sí mismo se puede comunicar con el ejemplo a las personas que están viendo esa situación en lo inmediato pero es claro que no todo el mundo está presencialmente en todo lugar, y que es necesario tener esa comunicación directa con la ciudadanía.
A eso queremos darle mucho énfasis, la tecnología en este momento nos permite traer a la ciudadanía a estos espacios y que realmente vean lo que se está haciendo; claro, hay que ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace y esa coherencia es parte de la comunicación que queremos lograr.
Las mayores críticas de don Ottón se han ido hacia partidas millonarias de instituciones del gobierno central y autónomas que riñen con el código de ética del PAC, que señala que los funcionarios se opondrán a que las instituciones se presten en pautar anuncios que resalten las obras realizadas, o que contraten personal, agencias o de publicidad para promocionar a las instituciones y sus jerarcas.
Yo creo que lo que entendemos típicamente como publicidad de gobierno, en eso yo coincido, este, hay que replantearlo. No podemos seguir marcando el mismo tipo de mensajes tradicionales: hemos hecho esto, hemos hecho lo otro.
Creo que eso no tiene efectividad, creo que hay formas incluso más baratas de poder establecer una relación con la ciudadanía desde otros lugares que no pasan por ese tipo de comunicación, creo que podemos con recursos sí, pero utilizados en este tipo comunicación, lograr, no dar a conocer las obras de gobierno, que insisto, esa no es la principal función, es involucrar a la ciudadana en la solución de los problemas nacionales, en dar las grandes discusiones, en lograr los acuerdos nacionales.
Ahora usted me hablaba de menos comunicados y más redes. Deme un ejemplo de lo que se debería hacer, ¿cuál sería la alternativa al comunicado de prensa?
Hacer referencia al debate que queremos generar, incluso ni siquiera tiene que ser siempre en función de comunicar un hecho como tal, quisiéramos comunicar y provocar reflexión en la ciudadanía, quisiéramos ver cómo podemos en determinado caso, por ejemplo: estamos hablando de un acueducto por decirle algo.
¿Qué es más importante en ese caso?, ¿el hecho de que se hizo el acueducto o también agregarle a eso una reflexión sobre la importancia del recurso hídrico y sobre cómo las comunidades se involucran en ese proceso?
Obviamente el producto para una cosa o para la otra son muy distintos, su creación, su concepción y su puesta en práctica son muy distintos. Realmente queremos provocar reflexiones en la ciudadanía y de nuevo, llamados a la acción donde la gente realmente participe de los procesos y se sienta convocada, que se involucre en las soluciones.
Gobierno.CR se utilizó como alternativa para responder ante la mala prensa pero también ha sido criticada por ofrecer más de lo mismo pero del otro lado ¿Gobierno CR va a seguir en esa línea? usted habla de transparencia, ¿Qué exactamente significa esa transparencia a la hora de comunicar resultados y noticias que en ocasiones no son buenas noticias?
Desde el gobierno hay que mantener un ejercicio de autocrítica. Cuando hablamos de diálogo no es el diálogo en sí mismo. Cuando hablamos de escucha no es la escucha como una fachada, es realmente una escucha sincera, un diálogo sincero. Y cuando hablaba hace un momento sobre los elementos para distinguir la información real de la que no es, este, pues eso hay que aplicarlo en toda su extensión.
Tenemos que ser coherentes en como presentamos la información pero además yo creo que tenemos que pasar de la típica información institucional, a mecanismos en el mundo digital que definitivamente permitan esa interacción, y no son esos formatos tradicionales de información, de comunicados, los que nos van a permitir ese tipo de dinámica.
Ahí hay un mundo completo de oportunidades que vamos a explotar, en los que podemos buscar, provocar reflexiones en la gente, en los que queremos provocar preguntas en la gente, en los que queremos hacer llamados a la acción; porque esto, la comunicación no es un fin en sí mismo, es en función de lograr cosas, ¿y qué queremos lograr? Transformaciones sustanciales en una serie de campos en este país que estamos claros no se hacen desde el gobierno, se hacen con la gente, involucrando a las personas, a todos los sectores de la sociedad civil.
Realmente una ciudadanía empoderada es lo que queremos provocar y eso creemos que es parte de esa responsabilidad de la comunicación política desde el gobierno.
Usted habla de que su función va a ser coordinar con el gabinete para unificar los mensajes, ¿Va a haber algún tipo de directriz con las oficinas de prensa como se hizo en el gobierno anterior en el que se le daba la pauta ya sea desde la dirección de Casa Presidencial (la directriz DC-BR-103-2014 ordenaba a las oficinas de prensa solicitar la “aprobación previa del director de Comunicación del gobierno”)?
Lo que queremos generar es una coherencia del mensaje, esa coherencia del mensaje se da desde la planificación de los hechos, verdad, los hechos se tienen que entrelazar de una forma que se puedan presentar a la ciudadanía con coherencia, con claridad, sin entrar en contradicciones.
Eso pasa por un diálogo a lo interno del gobierno entre los distintos jerarcas, en cómo vamos a articular esa coherencia del mensaje, a cómo vamos a resolver las diferencias que puedan existir; pero eso más que un ejercicio centralizado, yo no lo concibo como un ejercicio centralizado, lo concibo como un ejercicio respetuoso de interacción con todos los jerarcas donde podamos realmente armonizar ese proceso.
Pasa porque además este concepto de comunicación, trascienda al Presidente de la República y lo logremos generar con todos los voceros, porque el vocero no solo es el presidente. Hay múltiples voceros en los ministros, en los viceministros, en directores; hay una serie de personas que están ejerciendo puestos de poder que aspiramos a que logren este tipo de comunicación, es un proyecto muy ambicioso en ese sentido y requiere de muchísima articulación entre nosotros.
Colaboró el periodista Ever Víquez