La denuncia contra el expresidente Óscar Arias por el delito de violación, publicada por UNIVERSIDAD este martes, motivó a otras mujeres a contar historias sobre agresiones sexuales que sufrieron de parte del político, según afirman.
Una de ellas fue la periodista y expresentadora de televisión Eleonora Antillón, conocida popularmente como “Nono”.
Esta mujer de 60 años asegura que los hechos se dieron antes de que Arias obtuviera la presidencia de la República por primera vez (1986-1990), durante la precampaña electoral.
Antillón trabajaba para el noticiero de Canal 6, y en ese momento cubría la guerra civil en Centroamérica. Sostiene que el mismo Óscar Arias llegó al canal a decir que tenía interés en los servicios de la periodista.
“Yo dije que no, que no me interesaba la política y que no sabía quién era él. Él dijo que iba a ser el próximo presidente de la República”, contó la comunicadora a UNIVERSIDAD luego de dar a conocer su caso en sus redes sociales y en otros medios.
Antillón cuenta que, tras una negociación, aceptó la propuesta de trabajar para el exmandatario por tres meses, por lo que se reunieron en el restaurante Ana, ubicado entre calle 26 y calle 28, cercano al edificio donde hoy está Scotiabank.
“A él se le cedía un cubículo en el restaurante, una mesa privada donde se le cerraba la puerta. Me habló de aspectos que tenía que tener en consideración para las cartillas de prensa”, dijo Antillón, quien cuenta que apenas se cerró la puerta, la actitud de Arias cambió.
“Cuando se cerró la puerta, el hombre puso mi mano en su pierna y se me lanzó al cuello. Quedé paralizada y me corrí. Me dijo que era para que entráramos en confianza. Le dije: pero usted está casado, y él respondió: ¿acaso ella está aquí?”, relata la periodista, sobre el primer encuentro desafortunado con Arias.
“Desde el día uno ya él tenía planeado algo, porque me llevó a un espacio donde no nos sentamos públicamente. Me llevó a un restaurante donde nos cerraron la puerta porque él parecía que hacía con regularidad ese tipo de reuniones, supongo”.
El segundo encuentro
El segundo evento, según Antillón, se dio en la Casa de la Victoria, un lugar donde se reunían los liberacionistas (como el Balcón Verde), ubicado en Sabana Oeste, y en el cual Óscar Arias tenía su oficina en el segundo piso.
“Me preguntó sobre qué temas se le tenía que brindar información a periodistas. Había una huelga para ese momento y sugerí que temas sobre trabajadores. Él dijo que iba a tener una agenda personal de temas. Le dije que yo nunca había funcionado así. Luego se levantó, cogió mi mano y me la puso en su pene, que claramente estaba erecto. Yo lo aparté con la mano, tiré la silla para atrás, me levanté, él se me abalanzó, me cogió de los hombros y me tiró contra el ropero que tenía la puerta abierta. Luego me puso los brazos a los lados, como que me encarcela y me pone su boca en mis labios. Yo cierro los labios y él me vuelve a poner mi mano en su pene, lo vuelvo a tirar y boto una silla, luego tocaron la puerta, por suerte”.
A partir de ese momento, Antillón cuenta que se comenzó a preguntar “¿qué pasó?, ¿por qué?, ¿qué hice o cómo colaboré en esto?”. La periodista agregó que a partir de ese encuentro solo asistía acompañada a reuniones con el entonces precandidato.
Tres décadas después de lo sucedido, Nono Antillón afirma que leyó el reportaje en UNIVERSIDAD y sintió un hipo, como un vómito instantáneo. “Solo acaté a decir, yo le creo, porque a mí me hizo algo igual”.
“Si a mí un abogado me dice que puedo reabrir el caso, lo hago. Si se puede hacer eso en Costa Rica, aquí tiene a una persona que tiene disposición. No le tengo miedo ni a Óscar Arias ni al descrédito, porque yo no vivo de los aplausos ni de las críticas. Soy un ser humano con claridad mental y facilidad de palabra, puedo ponerme al servicio de la que se traba, de la que no puede decirlo y de la que no puede ser contundente”, dijo.
Mujeres hablan
Además de la denuncia pública de Antillón, también salió a la luz el testimonio de Emma Daly, directora de Comunicaciones de la ONG Human Rights Watch, con sede en Nueva York.
Daly le dijo a The Washington Post que el expresidente Arias le tocó los senos en el vestíbulo del Hotel Intercontinental, en Managua, durante una actividad del proceso electoral de ese país, en 1990.
Not how I want to feature in a news story, but I think it’s important to speak up since I have that privilege #MeToo
Two women accuse former Costa Rican president Óscar Arias Sánchez of sexual misconducthttps://t.co/xQchCLtwHa pic.twitter.com/zyvtsZmPKW
— EmmaDaly (@EmmaDaly) 6 de febrero de 2019
Según relata el medio, Daly trabajaba para el Tico Times y pidió hablar con el expresidente, quien se acercó y metió la mano en la blusa de la periodista, y le dijo: “no llevas brassier”. Daly narró al medio que los nervios le impidieron tomar acciones, y que solamente respondió: “sí ando”.
Daly, de nacionalidad británica, afirmó a UNIVERSIDAD que la agresión suya la considera menos grave que la denuncia interpuesta por la activista, pero que tuvo una connotación humillante.
“En mi caso lo sentí como una humillación, él me vio, se negó a tomarme en serio como profesional y me envió un mensaje como diciendo que yo no importo”, dijo Daly.
“No sé que pasó entre la activista y él, pero no me sorprendieron sus alegatos y los encontré muy creíbles. No sé si es verdad o no, pero parece que lo que le hizo a ella es mucho más severo”, agregó la comunicadora. Daly reconoció que si el caso de la activista llega a juicio, estaría dispuesta a colaborar con las autoridades.
Otra periodista costarricense, Mónica Morales, publicó en Revista Perfil su experiencia visitando la casa del expresidente, a quien entrevistó por la aprobación del Tratado de Comercio de Armas, en 2013.
“Al finalizar la entrevista se desplazó a su escritorio para buscar algunas fotos en su computadora. Allí me insinuó (con un gesto) que me sentara sobre su pierna para que pudiera ver en la pantalla. No sé qué cara hice pero recuerdo que me mencionó que su esposa no se iba a enojar”, relató Morales, quien aclaró que no hubo agresión sexual, pero que las acusaciones en su contra le hicieron recordar ese episodio.
Se intentó conversar con Óscar Arias, pero su abogado, Erick Rojas, afirmó que no se darán declaraciones por respeto a la denunciante y que el descargo se realizará por las vías judiciales.