País Verdiblancos tienen divisiones y conflictos tras debacles electorales

Liberación Nacional: en busca del camino perdido

Militantes abogan por reconstrucción ideológica y renovación de liderazgos.

Después de un segundo terremoto electoral consecutivo, en donde, esta vez, el Partido Liberación Nacional (PLN) ni siquiera logró participar de la segunda ronda, militantes, líderes del partido, analistas e integrantes de la juventud, llaman a replantearse la razón de existir de la agrupación.

Las sugerencias llegan después de que el excandidato presidencial del PLN, Antonio Álvarez Desanti, quedara relegado a un tercer lugar y las disputas entre militantes se intensificaran al tener que expresar su voto a través de candidatos de otros partidos en la segunda ronda electoral.

La crisis del PLN no es nueva y arrastra una serie de rencillas acumuladas que ahora salen a la superficie tras la polarización de la elección presidencial, explicó el ex vicepresidente Kevin Casas, quien tomó un rol visible al final de la campaña, tras pronunciarse abiertamente contra el candidato Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (PRN).

“Si vos le preguntás a alguien cuál es la causa que defiende el PLN, no hay forma de dar respuesta”, argumentó Casas, quien afirma que el partido vive una época de acefalia, en donde no hay una cabeza visible que tome las decisiones que necesita el partido.

“El partido tiene que abocarse a contestar una pregunta que no tiene una respuesta obvia o que aún no ha sido articulada: ¿Cuál es la causa de Liberación Nacional?”, aseveró Casas.

El ex vicepresidente afirma que para contestar esa pregunta no se requiere un congreso ideológico que desemboque en un documento de 300 páginas, sino de un ejercicio “más acotado” que involucra una revisión de la carta fundamental del partido, con el fin de llevarla al siglo XXI.

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Por su lado, Francisco Antonio Pacheco, expresidente del PLN, exdiputado, exministro –y figura cercana al expresidente Óscar Arias–, considera que, a lo interno de la agrupación, las heridas las curará el tiempo.

“A pesar de que ahora noté más agresividad en las redes o en algunos chats, entre unos y otros en el proceso de elección del candidato del partido, pienso que eso va a quedar superado”, apostó.

Pacheco considera que el mayor problema del partido es haber querido “arrimar” a sus filas a toda clase de electores: de izquierda, derecha, pro derechos humanos y  conservadores.

“El PLN se ha hecho omnívoro, quiere quedar bien con todos. Era mejor perder definiendo bien principios claros, que perder con una lista de supermercado, añadiendo cosas que le interesan a ciertos grupos de poder”.

Es claro, en su opinión, que la dirigencia actual debe renunciar, para que otras figuras intelectuales en el partido emprendan el análisis correspondiente. “He visto intervenciones importantes de Kevin Casas, por ejemplo”, apuntó.

En el caso de Leonardo Garnier, afirmó que la dirigencia llevó al partido a la centroderecha y hacia una posición muy conservadora de temas culturales y de derechos humanos. “Cierta dirigencia tradicional decían que los que traicionamos al partido eran los que nos fuimos con Carlos (Alvarado)”, agregó.

Para el exministro de Educación (1994-1998), el PLN debe aspirar a un modelo de socialdemocracia del siglo XXI, emulando a los países nórdicos y la línea propuesta por el senador demócrata Bernie Sanders, en las pasadas elecciones estadounidenses.

El exministro del PLN Leonardo Garnier se adherió a la campaña de segunda ronda de Carlos Alvarado y fue crítico con su partido. (Foto: Lucía Molina)

“El PLN nació como un partido progresista, miembro de la internacional socialista, dio figuras como Rodrigo Facio, Luis Alberto Monge, Daniel Oduber, José Figueres Ferrer. Era un partido de avanzada, luego se convirtió de centroderecha y eso no atrajo ni siquiera a los liberacionistas”, comentó Garnier.

El exministro de Comunicación y Planificación (2010-2014), Roberto Gallardo, considera que el PLN sigue siendo un partido socialdemócrata que defiende la importancia del Estado como un actor indispensable en la sociedad.

“No hemos sido tan claros en temas de carácter cultural y eso nos ha diferenciado. Sin embargo, no puede supeditarse el carácter socialdemócrata a un solo aspecto de su práctica política, puedo entender que en algunos temas el partido se movió hacia la derecha, pero en la lucha contra la desigualdad, el partido sigue siendo socialdemócrata”, comentó Gallardo.

 

Posiciones irreconciliables

En la otra acera, Fernando Zamora, actual Secretario General del PLN, apuesta por una mordaza explícita que amarre a sus militantes y afirma que no era conveniente para el partido que algunos militantes anunciaran públicamente su adhesión a un candidato en segunda ronda. Además, anunció reformas en los estatutos del partido para que “esto no vuelva a suceder”.

“Una cosa es dar el voto en privado como liberacionista a alguien y otra cosa es hacer proselitismo o propaganda por otro partido, no me parece correcto de parte de un militante. Habrá que regularlo en los estatutos”, afirmó.

En cuanto a la polarización del partido por los temas de matrimonio igualitario y las alianzas con partidos religiosos, Zamora sostiene que existen posiciones irreconciliables dentro de la agrupación.

“Ese tema hay que resolverlo. Está distrayendo demasiado de otros temas que son de urgencia inmediata”, comentó.

Zamora, califica de injustificadas las críticas de los partidarios que piden la renuncia del directorio partidario.

“El directorio no tuvo participación en el comando de campaña, yo entiendo que don Francisco Antonio quiere asumir pero, por el contrario, en la única campaña que pudimos incidir, hubo un éxito rotundo, y eso fue en las municipales”, alegó Zamora.

 

Derechos LGBTI dividen

Una coincidencia entre figuras del PLN es que hoy los temas relacionados con los derechos de las poblaciones LGBTI tienen la misma importancia, o inclusive mayor, que sus posturas económicas.

Para el líder de la bancada electa del PLN, Carlos Ricardo Benavides, la opinión sobre el matrimonio igualitario es uno de los asuntos que divide al partido de manera más radical.

“Este es un tema que genera una división mucho más importante y desgastante de la que resulta normal. Yo creo que una mayoría de los partidarios estaban más convencidos de la unión civil entre personas del mismo sexo. Ese es mi caso. Y había un grupo más cercano, convencido del matrimonio igualitario. Creo que ahora, a partir del fallo de la Corte IDH, es un tema que está zanjado”, dijo Benavides.

Carlos Ricardo Benavides, jefe de la fracción electa del PLN. Foto: Katya Alvarado.

Sin embargo, considera que el PLN “le planteó con éxito al país un modelo económico que es exitoso, pero que no mueve las fibras de la gente desde una perspectiva cultural”.

“Creo que el PLN se ha identificado más con una posición tradicional conservadora desde el punto de vista cultural y menos alineado con los usos y costumbres de la gente más joven”, agregó.

 

Apoyo a Gobierno

El pasado miércoles por la noche, el Directorio Político del PLN decidió no participar en el gabinete del presidente electo Carlos Alvarado; en su lugar, el partido se limitará a apoyar el acuerdo nacional impulsado hace dos años por el diputado Ottón Solís.

La decisión no es compartida en todos los extremos por el expresidente José María Figueres Olsen (1994-1998), quien aboga por participar activamente en el gabinete de Alvarado.

“La respuesta de Liberación Nacional es adecuada en el sentido de que es sobre propuestas concretas que se pueden lograr acuerdos que solucionen algunos de los retos que tiene el país. Pero también pienso que no es correcta, porque una vez que se concierten los programas de trabajo y acción, el Gobierno haría bien en llamar a las mejores personas que puedan ejecutarlos, y esas mejores personas van a estar en todos los partidos, incluyendo a Liberación”, comentó.

El exmandatario declinó referirse al futuro del partido y los cambios necesarios, debido a que el partido debe concentrarse en ponerse al servicio del nuevo Gobierno, a su criterio.

El expresidente José María Figueres considera que el PLN no debe rechazar cargos en el gabinete de Carlos Alvarado.

“El futuro del PLN no es lo importante acá. Todos necesitarán de mucho tiempo de reflexión y mucho esfuerzo para sobreponerse de las dificultades en las que vivimos”, agregó.

 

Desde afuera

Una urgente renovación y transformación del PLN es compartida por analistas políticos, quienes afirman que el partido está lejos de desaparecer, pero que deberá retomar el camino socialdemócrata.

De acuerdo con el politólogo Gustavo Araya, el PLN “tiene que dejar por fuera a los oportunistas, a los que hacen negocios y a los que mueven el partido en favor de sectores económicos”.

“No bastan dos fracasos para que el partido desaparezca, pero tienen que plantearse nuevas estrategias y vislumbrar nuevos liderazgos. No me refiero a personas jóvenes, me refiero a liderazgos carismáticos y aglutinar nuevos jóvenes, que sepan conducir el proyecto político”, analizó la politóloga Ilka Treminio, directora de Flacso.

La politóloga Gina Sibaja señaló que Liberación está en una encrucijada si no plantea un proyecto político que pueda llevar desde la oposición.

“Va a tener serios problemas para articularse electoralmente. Hay que ver cómo se perfilan los liderazgos dentro de cuatro años. Tienen la oportunidad para retomar cuadros, incluir gente joven. Mucha gente de Coalición Costa Rica es gente de Liberación Nacional. Los jóvenes que incorporan no son vasallos, son actores políticos con capacidad de decisión y agendas propias”, dijo Sibaja.

Con respecto a la incorporación de juventudes, el presidente provincial de la Juventud Liberacionista, Juan Pablo de la Herrán, afirmó que los esfuerzos por incluir a las juventudes han sido importantes, pero aún insuficientes.

“Nuestros logros no enamoran a una generación. Ya nadie vota por confianza o por legados, la gente vota por entusiasmo o ilusión de volver a creer. En esa lucha, la juventud liberacionista debe levantar las banderas para que la gente vuelva a creer en la política”, agregó.

El Partido Liberación Nacional del siglo XXI parece alejado del verso del corrido a don Pepe que decía: Bajo la sombra siempre querida / de aquel simbólico Guayacán/ de triunfo en triunfo fueron las armas / hasta alcanzarnos la libertad”.

Su destino político es ambiguo, dominó la escena nacional por más de medio siglo, tiene la fracción legislativa más numerosa del Congreso y acumula el control de 47 de las 81 municipalidades del país (58%). Sin embargo, para sus principales dirigentes se ha vuelto difícil –o hasta ahora imposible– enamorar al futuro.

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