El gobierno de la República inauguró este viernes el acueducto Sardinal-El Coco-Ocotal, una obra que arrancó desde el 2008 y que durante el proceso de construcción generó un sin número de trabas y problemas entre autoridades y comunidad.
Según detallaron los encargados, el proyecto beneficiará a 34.000 guanacastecos y significó una inversión de ₡1.823 millones. La construcción de la infraestructura estuvo a cargo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
El nuevo acueducto aportará 70 litros por segundo para alimentar el servicio de agua a las comunidades y está conformado el campo de pozos, las tuberías, la línea de impulsión y un tanque de almacenamiento de 2.500 metros cúbicos.
Esta mañana, tras la inauguración, el alcalde de Carrillo, Carlos Cantillo, recordó “las páginas anteriores” del proyecto y añadió que el acueducto además de abastecer a viviendas, solucionará problemas de empleo.
“Hoy cuando uno ve estos tanques que están almacenados de este preciado líquido y ver las páginas hacia atrás, uno dice: Tantos años que pasaron. Esto no es el momento de cuando uno quiere sino el momento de Dios”, apuntó Cantillo
Por su parte, la presidenta Ejecutiva del AyA, Yamileth Astorga, destacó dos “temores” que fueron considerados durante la fase de construcción. “Uno, que el agua se nos va a acabar con esa tubería tan grande, que el proyecto se iba a llevar todo el agua para la zona costera. Dos, el agua no solo va para los ricos o para los hoteles”.
Astorga comentó que “el acueducto no sólo va para un hotel” sino “ a los que la necesitan” en especial a la comunidad de Sardinal quienes “se abastecían de pozos artesanales”.
Largo proceso
La visión de este proyecto al momento de su arranque, fue la de ampliar y proveer de agua potable a tres comunidades: Sardinal-El Coco- Ocotal desde hace una década.
Durante el camino enfrentó una serie de cuestionamientos por parte de líderes comunales quienes acusaban al AyA una falta de criterio y sostenibilidad ambiental. Además, sostenían que la intención era privatizar y tener fines específicos para el sector turismo y no tanto para la población.
En el 2008, un grupo de vecinos de la comunidad de Sardinal detuvieron las obras de construcción, luego de que un grupo de empresarios agrupados bajo la figura de fideicomiso que pretendían explotar 167 litros por segundo para proyectos turísticos ubicados en El Coco y Ocotal.
Las obras estaban avanzadas y desde entonces se mantuvo un pulso entre los vecinos de la comunidad el Comité pro Defensa del Agua de Sardinal, los empresarios y el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Los vecinos de la comunidad presentaron un recurso de amparo contra el AyA, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento. El objetivo era detener la intención de esas instituciones de afectar el manto acuífero de la localidad y que continuara el proyecto.
En el 2009, la Sala IV le dio la razón a la comunidad y declaró inconstitucional el acueducto El Coco-Ocotal pues determinaron que no se consultó a la comunidad la construcción ni se cumplieron trámites y permisos de ley, y no hubo estudios técnicos que garantizaran la existencia de agua suficiente para abastecer el proyecto.
Tras años de que el trabajo estuvo paralizado, el AyA reactivó la iniciativa a partir del 2016 y presentó nuevos estudios. A finales del 2017 hubo un nuevo enfrentamiento entre la comunidad y las autoridades de la Fuerza Pública. En medio de una serie de protestaban los oficiales arrojaron gases lacrimógenos y resultaron varios heridos.
En el 2018, el Gobierno creó una Comisión para el Manejo Integrado de los Acuíferos que sustuvo la intención de “gestionar adecuadamente los acuíferos Sardinal”.
Comunidades
Eunice Contreras, presidente de la Comité Pro Defensa de Agua de Sardinal, alegó este viernes desconocer la actividad de inauguración de las obras.
“El pueblo como siempre lo han dejado aislado, nunca le han tomado en cuenta. No estamos enterados de qué es lo que van a inaugurar y cuáles son los beneficios porque el AyA le debe un montón de respuestas a la comunidad. A nosotros no nos queda claro cómo van a inaugurar un acueducto donde la señora Yamileth Astorga nos debe un estudio nuevo con el que se comprometió para nuevamente al manto acuífero”, dijo Contreras.
“Es muy fácil decir: Agua hay ¿pero dónde están esos estudios? Nosotros sí queremos compartir el agua con nuestras comunidades lo que no queremos es el desperdicio de agua porque el suministro de agua debe de ser regulado, con un buen plan regulador”, añadió.
