La Sede de la Universidad de Costa Rica en Puntarenas se mantiene cerrada desde este mañana, luego de que un numeroso grupo de estudiantes decidiera tomar las instalaciones en protesta por los recortes en cursos y programas que afectan sus estudios.
Los estudiantes reclaman la aprobación de un presupuesto de cargas académicas para el 2020 que permita atender la creciente demanda de cupos y el correspondiente nombramiento de docentes.
Además reclaman el cierre de proyectos de Acción Social que benefician a poblaciones de niños y adultos mayores en una provincia que lucha con altos índices de pobreza y desempleo.
El presidente de la Asociación de Estudiantes de la Sede del Pacífico, Didier Chavarría, explicó que el movimiento se organizó desde la tarde del martes en una asamblea, donde se analizó la situación de los recortes y cierres de cursos, pues la demanda para 2020 crecerá, pero no así el presupuesto.
“Estamos exigiendo que Docencia y Rectoría nos aseguren que para el otro año vamos a tener todos los tiempos necesarios para no hacer cierres de carreras, para no reducir los cupos, para no ver afectada la regionalización y la acción social de la universidad”, comentó Chavarría.
El dirigente estudiantil también criticó el “vallecentrismo” en las políticas de la Universidad y la falta de apoyo a las regiones.
Chavarría aseguró que la toma será indefinida mientras no se tenga una respuesta de la Vicerrectoría de Docencia y aclaró que antes de tomar esta medida, ya se habían agotado todas las vías de diálogo.
La toma de la Sede de Puntarenas ya recibió el apoyo de la Comisión Especial de Sedes y Recintos, que integra a los presidentes de las asociaciones y representantes ante el Consejo Superior Estudiantil (CES).
La Comisión Especial respalda la demanda de tiempos docentes para la Sede del Pacífico y reclama por el cierre de proyectos de investigación y acción social, y lo que consideran la negativa de las autoridades universitarias para llegar a un diálogo y mediar en una solución para esta sede.
Los estudiantes también apoyan a sus colegas del Pacífico en el reclamo por la limitación al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) que para el próximo año obligará a las universidades estatales a destinar ₡70.000 millones para infraestructura.
Esta limitación hace que los centros de educación superior no puedan contar con esa cifra para el gasto corriente, lo que les obligará a grandes recortes en plazas y programas.
También reclaman un distribución más justa del presupuesto universitario hacia las sedes.
Situación complicada
Una profesora interina de esta Sede –quien solicitó mantener su nombre en el anonimato por temor a represalias laborales- confirmó a UNIVERSIDAD que desde hace meses se han dado recortes en plazas y programas, así como cierre de cursos.
Esta profesora contó que fue contratada tiempo completo para el primer semestre y posteriormente se le rebajó a medio tiempo, hasta que el finalmente se le dejó sin nombramiento.
“La tónica en la sede es una situación de mucha inestabilidad y el estudiantado se les hace difícil no solo por el cierre de cursos, sino por las becas, la gran mayoría de la sede son estudiantes becados y se han reducido sustancialmente”, afirmó.