El repunte de la imagen del presidente Carlos Alvarado y de su gobierno al principio de la pandemia de COVID-19 resultó ser un balón de oxígeno que pronto volvió a desinflarse. Cuatro meses después, las valoraciones negativas volvieron a ser mayoritarias y las positivas quedaron reducidas a la minoría de la población.
Esto lo revela la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizada en la segunda semana de agosto, cinco meses después de que el coronavirus llegó al país y alteró la dinámica sanitaria, económica y política.
La gestión de Carlos Alvarado recibe ahora una opinión favorable de solo el 26%, mientras que en abril obtenía el 65%. La balanza se inclinó porque antes las valoraciones negativas eran solo el 20% de la muestra total y ahora son el 50%, cerca de los porcentajes de los tiempos pre-COVID19, como señala el equipo de investigación del CIEP-UCR.
Lo mismo el Gobierno como un todo: la percepción popular era favorable en un 75% de la muestra en abril, pero cayó a 30%, mientras las calificaciones negativas crecieron desde 10% hasta un 46% en agosto. Volvió a acercarse a los márgenes críticos que imperaban antes de la pandemia, aunque no los supera aún.
El retrato de la impopularidad del mandatario y su gobierno lo da el estudio que el CIEP-UCR hizo con base en 877 encuestas telefónicas realizadas entre el 3 de agosto y el 11 del mismo mes, por lo que pudo haber recogido una parte de las reacciones a la noticia sobre el cuestionado viaje de Alvarado a un hotel de playa con su ministro André Garnier.
“En abril se consideró que la atención de la crisis sanitaria podía ser una explicación a ese aumento en la imagen”, recuerda el informe de la encuesta, pero de inmediato señala que ese efecto se diluyó y retornó a las cifras de baja evaluación ciudadana.
Otros hallazgos generales de la encuesta es la confirmación del desempleo como el principal problema nacional, la perpetuación del pesimismo por el rumbo del país y el debilitamiento del apoyo hacia las medidas gubernamentales durante la pandemia, aunque es fuerte la disposición de acatar las recomendaciones sanitarias.
Aunque el estudio no identifica los motivos de la caída fuerte en la evaluación popular, esta coincide con manifestaciones variadas y numerosas en contra de las medidas acordadas por el Gobierno para atender la pandemia, con un fuerte impacto en la actividad económica.
También se han presentado cuestionamientos al manejo de la atención sanitaria de la pandemia, que llegó a cumplir cinco meses en Costa Rica con un acumulado de casi 30.000 contagios y 300 fallecidos, con proporciones inferiores a las de otros países, pero fuera de la situación controlada que había hasta el mes de mayo.
El deterioro en la calificación de la gestión de Alvarado se reparte de manera uniforme en los distintos segmentos de la población, sin que se marquen diferencias por sexo, por edad, nivel educativo o provincia, según el informe del estudio adelantado a UNIVERSIDAD y a las radios de la UCR.
Pesimismo
La tendencia que se mantiene estable es la de la opinión sobre el futuro del país y el rumbo, con valoraciones hundidas en el pesimismo. El rumbo del país es “negativo” para el 58% de la población, aunque era peor a finales del 2018, en el momento pico de la discusión fiscal de entonces. Ahora solo el 16% ve bien el rumbo del país, aunque este rubro nunca ha superado el 20% de la muestra durante el gobierno de Alvarado.
El presente de la situación económica está tan mal visto como el futuro. Pese a que tampoco supera todavía el momento de finales del 2018, una abrumadora mayoría de 82% de la muestra expresa una mala opinión, 15 puntos más que lo reflejado en la encuesta de abril. Los optimistas sobre el presente son solo el 7% de la muestra, menos de la mitad de los de hace cuatro meses.
Estas valoraciones coinciden con los indicadores de deterioro de la situación económica, que se resume en el 5% como proyección de la contracción del PIB en este 2020 y con un desempleo histórico de 24% que duplica el que se presentaba hace un año.
Todo este panorama incide en la nota de reprobación que dan los encuestados al Gobierno: un promedio de 5,1, por debajo del 6,9 que se otorgaba al Ejecutivo en la encuesta de abril.
Al revisar la nota que reciben las dependencias de Gobierno, solo el Ministerio de Salud y la Policía reciben una calificación superior a 7, aunque descendieron levemente en estos últimos cuatro meses, como casi todas las entidades por las que se consultó.
Otras entidades con calificación superior al 7, pero ajenas al Gobierno central, son la Universidad de Costa Rica (8,6) y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS, con una nota de 8,1), además del Organismo de Investigación Judicial (7,5) y el Instituto Costarricense de Electricidad (7,1).
La Asamblea Legislativa, que había registrado en abril una mejoría en la nota promedio al pasar de 4,8 a 6, recibe ahora una calificación de 5, con lo que parece haber perdido también el bono de confianza que obtuvo hace cuatro meses. Esta nota, sin embargo, no permite distinguir entre partidos políticos o legisladores en particular.
Cae apoyo a medidas para enfrentar la pandemia
Con la caída del apoyo a la gestión del presidente Carlos Alvarado y del Gobierno, también sus decisiones para encarar la pandemia de COVID-19 quedan debilitadas ante la opinión popular, aunque sigue habiendo confianza en ellas.
La encuesta CIEP-UCR de agosto muestra que un 27% de la población desconfía de las decisiones del Gobierno, casi cuatro veces lo que se reportaba en la encuesta de abril pasado. Mientras, los que dicen confiar descendieron de 75% a 46%.
Al precisar en las medidas, en el área sanitaria sigue habiendo un apoyo mayoritario, con 69% de la muestra, aunque este rubro alcanzaba un 94% en abril pasado. Los que daban una opinión negativa sobre las medidas sanitarias eran solo 4% en abril, pero ahora son el 13%.
Más dureza o escepticismo hay frente a las medidas económicas emitidas por el Ejecutivo, pues solo el 27% de los encuestados da una opinión de aprobación (era 71% en abril) y el 44% las reprueba (era 20% en abril).
Al detallar en los segmentos de la población encuestada, favorecen menos al Gobierno las personas que han perdido el empleo en meses recientes o que tienen a alguien en la familia con esa condición. Por ejemplo, un 49% de ellos repudia las medidas económicas del Gobierno, diez puntos más que quienes han visto de lejos el aumento del desempleo.
En las respuestas también parece incidir el antecedente de voto en las elecciones del 2018, pues es menor el favor popular de parte de quienes votaron en la segunda por el candidato presidencial Fabricio Alvarado (entonces de Restauración Nacional). Un 58% de ellos critican las medidas económicas, frente a un 40% de quienes hicieron ganar la Presidencia a Carlos Alvarado.
Respaldo a la democracia también baja
El apoyo popular promedio al sistema político en Costa Rica se mantiene alto a pesar de la pandemia y del descenso que tuvo en los últimos cuatro meses, después de un gran salto que se reflejó en la encuesta CIEP-UCR del mes de abril.
El índice reflejado en este mes de agosto se sitúa en 65 puntos (resultado de cuatro variables que se consideran sustantivas para expresar apoyo al sistema político). Son 11 puntos menos que el indicador de abril, pero aún así supera las cifras de los últimos 15 años registrados por el Barómetro de las Américas y el CIEP.
El equipo de investigación del CIEP indagó si el shock social y económico de la pandemia impactó el apoyo en el sistema político y determinó que ha resistido bien el embate, aunque tampoco está inmune a riesgos para el futuro.
El respaldo a la democracia en Costa Rica es mayor entre quienes gozan una buena situación económica y quienes son más benevolentes al calificar la gestión del Gobierno, del presidente Carlos Alvarado o de sus decisiones en materia económica.
Ligado a esa consulta, el CIEP midió el apoyo al autoritarismo y determinó que tampoco ha aumentado con la situación actual. El índice ahora es 76, similar al que se presentaba en el período 2012-2016.
“En síntesis, la presencia de actitudes autoritarias en la población era alta antes de la pandemia y sigue siendo alta, pero la pandemia no la ha modificado”, se lee en el informe de investigación.
Como se ha visto en el pasado, las tendencias autoritarias se presentan más en segmentos de la población específicos, como el de mayor edad, de menor nivel educativo y quienes viven en las tres provincias costeras del país: Guanacaste, Puntarenas y Limón.
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El desempleo se asoma en cada esquina: 53% lo vive en su familia
La mitad de la población ha visto reflejado en su propia familia el impacto del aumento del desempleo en Costa Rica. Un 53% de la encuesta CIEP-UCR dice haber perdido el empleo o tener un familiar que lo perdió.
De ese grupo, dos de cada siete entrevistados lo reportan por partida doble, pues asegura que perdieron el trabajo, al igual que otro miembro de la familia.
Estas cifras se corresponden con la estimación oficial de desempleo en el país, según la cual este se duplicó en el último año y ahora llega a 24%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Otras personas no han perdido el empleo completo, pero sí parte de él de manera temporal. Dos de cada tres entrevistados contesta que no se ha visto afectado en su núcleo familiar con la reducción de jornada laboral, mientras que en abril era solo la mitad.
Del grupo que reporta afectación por reducción de jornadas, uno de cada cuatro la ha experimentado por partida doble, en sí mismo y en un familiar, según el informe de la encuesta.
“Estas cifras altas lo que indican es que hay un efecto extendido del problema del desempleo en la población”, explica Ronald Alfaro-Redondo, coordinador de la investigación.
El resultado calza también con las respuestas de los encuestados ante la pregunta sobre el principal problema del país. El desempleo aparece en primer lugar seguido de la propia pandemia que ha ayudado a agravarlo, aunque es usual que esté entre los tres más mencionados en los estudios de opinión pública del CIEP desde 2014.
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Los negacionistas de la pandemia son casi cero en Costa Rica
Solo un 1% de los encuestados considera que no es real el peligro de la pandemia como para que amerite tomar alguna medida sanitaria para protegerse de ese contagio del COVID-19.
A pesar de manifestaciones esporádicas de grupos pequeños que niegan el peligro del contagio masivo de coronavirus y sus repercusiones sobre la salud y la vida humanas, la encuesta CIEP-UCR deja claro que en la muestra general ese negacionismo lo expresa solo un grupo más pequeño que el margen de error.
En contraste, un 95% de los encuestados contestan que prefiere acatar las recomendaciones sanitarias para protegerse y proteger a las personas a su alrededor. Incluso, un 85% se inclina a seguir los lineamientos que vengan del Gobierno, mientras solo 4% prefiere actuar por la libre.
“Esto muestra que hay casi un consenso sobre la amenaza que representa la pandemia y que no son representativos los grupos que se rebelan contra las medidas sanitarias, como tampoco lo ha habido en el pasado en el tema de las vacunas, por ejemplo”, explica el investigador Ronald Alfaro.
Agregó que esta circunstancia hace poco probable la politización de las medidas sanitarias, como ha ocurrido en otros países donde usar la mascarilla o no puede verse como la pertenencia a un grupo político determinado.
En Costa Rica hay casi consenso sobre el uso de mascarillas (promedio 94 en la escala 0-100 al preguntar si está de acuerdo). Entre las medidas sanitarias le sigue la restricción vehicular (86) y la prohibición de fiestas o actividades sociales (84), según la encuesta.
Menos respaldo tienen medidas como el cierre de bares y restaurantes (60 están a favor), la prohibición de ingreso a turistas que se aplicó hasta el 1 de agosto (54), el cierre de centros de culto o la cuarentena obligatoria (50).
La medida que menos aceptación tiene en la población es la prohibición al funcionamiento de los comercios, ordenada por el Gobierno por períodos, horarios y zonas geográficas específicas. El promedio de acuerdo es solo 13.
Las actitudes de los entrevistados varían poco al separar los que votaron por el gobierno actual de los que votaron por el candidato Fabricio Alvarado en 2018. El rubro en el que más se diferenciaron fue en el apoyo a la decisión de cerrar los centros de culto, porque en los primeros el respaldo es 52 y en los segundos, 40.