Una vez más el Semanario Universidad abre generosamente las páginas de su sección Opinión digital a Josué Jiménez Álvarez y José David Ramírez Roldán para que estos historiadores nos acusen, directa o veladamente, de falaces, de censores y de enemigos de la libertad de expresión.
No sorprende la generosidad del Semanario dado que, en artículos anteriores, hemos señalado la irresponsabilidad con que procedió este órgano institucional de la Universidad de Costa Rica al publicar, sin revisar primero la exactitud y veracidad de sus contenidos, un extenso artículo de Jiménez y Ramírez sobre la reforma social y la guerra civil de 1948.
Según el Semanario, no es de su competencia revisar en esos términos los artículos enviados a la sección de Opinión, una política editorial que hemos calificado de completamente irresponsable.
En el caso específico del artículo enviado por Jiménez y Ramírez, esa irresponsabilidad fue todavía mayor, ya que el Semanario, ante lo que parecía ser un artículo especializado en el campo histórico, optó por publicarlo tal cual, sin revisión previa y basado puramente en lo que aparentaba ser.
Puesto que Jiménez y Ramírez son historiadores que, hasta donde se conoce, no han producido conocimiento original sobre el tema del que trata su artículo, el Semanario debió proceder con particular cuidado antes de aceptar su publicación.
Jiménez y Ramírez reclaman ahora el derecho de que su artículo sea tomado en serio académicamente, pero su reclamo no es de recibo porque, desde el inicio, decidieron enviarlo a un medio como el Semanario que precisamente tiene como política editorial no revisar lo que se le envía.
De hecho, no existe ninguna evidencia de que el artículo de Jiménez y Ramírez haya sido revisado tan siquiera por alguna persona profesional en el campo de la historia antes de ser publicado por el Semanario.
En tales circunstancias, la defensa que el Semanario, Jiménez y Ramírez hacen de la libertad de expresión está más cerca de la forma en que Donald Trump y Fox News aplican ese principio, que de su aplicación por parte del periodismo serio y responsable.
Si el día de mañana alguien envía a la sección de Opinión del Semanario un artículo para afirmar que el coronavirus realmente se originó en los laboratorios invisibles que los marcianos tienen en la Luna, no dudamos que, con base en esa particular concepción de la libertad de expresión, también será publicado.
